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Relatos cortos (No 11): Temas al azar.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

El Royal:


En un país caribeño como Venezuela, el beisbol es el deporte que más engancha a los niños, jóvenes y adolescentes. Lo que queda para el común mortal que adolece de condiciones para desarrollar habilidades que lo lleven a ser competitivo en este deporte, es consumir la pasión en las famosas caimaneras.


En las caimaneras, todos tienen la oportunidad de participar en el juego, pero no por eso se está a salvo para evitar las críticas, reclamos, consejos, recomendaciones o felicitaciones de algún avezado participante o de un autodenominado manager. Mi amigo Toño, quien casi siempre estaba en estas funciones de dirección, empezaba su arenga con la frase “No importa, dice el manager”, y con eso significaba que se había fallado en el logro de alguna jugada la cual quedaba en tácito entendimiento y que posiblemente tenía que retíranos del juego. Por lo menos, el No Importa, era un tolerante reclamo que uno aceptaba sin ningún reconcomio.


En la época de mi juventud en la Urbanización Urdaneta, teníamos temporadas de beisbol con una variante de la más ordinaria que se conoce, pero también con reglas, como la duración en innings, el número y posiciones de los participantes y la delimitación del terreno.


Esta variante es conocida como el juego de flichitas, siendo una flicha, la tapa metálica de una botella de refresco (gaseosa) o de otras bebidas que tomaba el lugar de la pelota. Antes de los juegos, debíamos recolectar suficientes flichas hasta completar una bolsa completa.


Las flichas se acumulaban en los depósitos de los destapadores de los refrigeradores en los abastos.



Para el juego, la flicha es lanzada por quien hace las veces del pitcher del beisbol hacia el bateador que utiliza un palo de escoba recortado que hacía las veces del bate. El bateador consume el tiempo en que sea decretado out en tres ocasiones. Generalmente para el juego de flichitas, solo se utilizaban estos dos jugadores, aunque también podían aceptarse otros que permanecen en el campo, con la misión de capturar la flicha bateada, bien sea en el aire o rodando por el suelo antes de que detuviera su movimiento, en estos casos se decretaba el out y si no es así, resulta carrera. El juego lo gana quien anota mas carreras.


Por más básico que parezca, en el juego de las flichas era impresionante las habilidades de los lanzadores, con técnicas para conseguir movimientos extraños en la trayectoria de la tapa metálica y las habilidades de los bateadores en lograr conectar la flicha con el palo de escoba que tiene apenas una o un poquito más de una pulgada de diámetro.



En otras variantes del beisbol se utilizaban pelotas de trapo o de goma. Las pelotas podían ser lanzadas por un pitcher hacia un bateador y este utilizaba su propia mano abierta como bate. A veces el mismo bateador lanzaba la pelota hacia arriba y al descender la golpeaba con la mano cerrada en una técnica tipo tenis. Estas variantes utilizaban solo dos bases con jugadores que las cubrían y un jugador cuidando los jardines.


En ocasiones, cuando existían aspiraciones de los participantes en sumar un grado más de dificultad en las variantes, decidíamos jugar un partido de beisbol con las reglas más aproximadas a las oficiales y para eso nos movíamos a un gran terreno plano que existía en la proximidad de la cañada Morillo, que se conocía como el Royal. En esas caimaneras, teníamos las tres bases con sus jugadores defensivos, tres jardineros, el pitcher y un cátcher rastrero. Un cátcher rastrero, es el jugador que, con un guante, está detrás del bateador, pero no en la posición en cuclillas y recibe la pelota después de pasar por la línea del bateador, pero no de aire, En mi caso en particular, siempre lograba participar en los juegos, ya que, ante la escasez de las herramientas de juego, tenía guante y bate de mi propiedad y los cedía para que se diese el juego. Mi posición de siempre y no la que más quería, era la de cátcher rastrero; allí causaba menos daño colectivo.


Aunque algunos del grupo tenían mejores capacidades para el juego que las mías, no eran las suficientes para llegar a ser un prospecto para las ligas profesionales del beisbol, los cuales pasan por un nivel de exigencia y de respuesta apropiada en la destreza con el bate, habilidad para pitchear, capacidad de fildeo, velocidad al correr y potencia del brazo. Existen otros detalles físicos como la estatura del jugador, el peso, los niveles de grasa corporal, la condición aeróbica, agilidad, flexibilidad y los resultados de las pruebas de fuerza máxima al cumplir ejercicios específicos. En el béisbol es una minoría la que llega a Grandes Ligas y aún más reducido es el grupo de los privilegiados que triunfan. Por tal razón, si eres un jovencito que aspira jugar a nivel profesional y reúnes la mayoría de estas cualidades, probablemente encuentres tu futuro en este deporte que tanto apasiona, pero si resulta lo contrario recuerda que siempre habrá un libro, una carrera técnica o universitaria que hará de ti un hombre exitoso. Siempre con dedicación, hay mil maneras para ganar el campeonato de la vida.



El codazo duele:


En nuestra juventud en la Urbanización Urdaneta contamos con una cancha de basketball con un diseño con dos tableros para la competencia profesional. Allí podíamos desarrollar partidos con las mismas reglas de este deporte, 2 equipos enfrentados con 5 jugadores cada uno. En mi memoria, no existen buenos recuerdos en cuanto al éxito de nuestro equipo, casi siempre, salíamos vapuleados, por el contrario. El equipo del club Rosario Solarte de la vecina Urbanización La Pomona y su estrella Nemesio eran siempre superiores a los mejores nuestros encabezados por Jorge Jerez, Levi Márquez y Humberto Barboza. Pero, de todas maneras, fuimos afortunados al tener esta cancha, conocer de este deporte e intentar ser competitivos, esto nos mantuvo muy sanos, alejados de las drogas y de la delincuencia.



Los partidos de basketball mas comunes para nosotros eran en un solo tablero, media cancha, con dos equipos de tres jugadores y sin árbitros, con limites en el tiempo o en la puntuación previamente definida que se alcanzara primero con encestamientos de dos o tres puntos. La ausencia del árbitro conllevaba a que las faltas eran cantadas por el mismo jugador ofensivo, es decir el que tenía posesión del balón e intentaba encestarla.


En uno de estos partidos y estando defendiendo una posición ante un jugador ofensivo sentí un golpe en mi abdomen producto de un codazo que me hizo perder mi respiración por unos minutos y hasta nauseas provocaron. Recuerdo al jugador todavía, Antonito Rivera, QEPD.


En ese momento lo considere una agresión muy injusta y totalmente inapropiada entre los amigos que éramos. Este incidente no tuvo ninguna repercusión, ni en lo inmediato ni a largo plazo. No hubo reclamo ni hubo disculpas, todo quedo en el silencio como si nada hubiera ocurrido.


En el básquet, al ser un deporte de contacto, existe mucha fricción entre atacante / defensor. Cuando hay contacto ilegal entre dos oponentes se produce una falta personal y se cobra con tiros libres que lo que valdría su canasta (puede ser de dos o tres). A diferencia de las faltas personales, que son de carácter físico, las faltas técnicas del baloncesto son en su mayoría por conductas o expresiones inapropiadas y las faltas antideportivas en baloncesto representan a los contactos físicos desmedidos. El codazo fue una falta que pasó por debajo de la mesa, pero fue antideportiva.



Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.


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