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Relatos Cortos (No 1): Bloque 2, Apartamento B5.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

A mis abuelos le asignaron una vivienda en la Urbanización Urdaneta, en Maracaibo, Venezuela; en el año de 1946. Este desarrollo habitacional del entonces Banco Obrero, fue proyectado por los célebres; el arquitecto Carlos Raúl Villanueva (1900-1975) y el ingeniero Francisco Carrillo Batalla (1916-1994). La urbanización incluía las casas de un solo modelo estructural unifamiliares, pegadas unas a otras, y distribuidas en sectores de calles y veredas, existía un gran colegio público, un dispensario de salud conocido como la puericultura y negocios comerciales de abastos, peluquería, etc.



Unos años más tarde, en dicha urbanización, se construyeron varios edificios de 3 pisos, siendo uno de ellos el Bloque 2. El apartamento B5 fue ocupado en el año 1957, por mi familia, los Jimenez Fuenmayor, padre, madre y cuatro hermanos y en la próxima década esta familia crecería con otros dos hermanos. No recuerdo de haber pasado por ninguna incomodidad en ese apartamento, pequeño en área, pero inmenso en voluntades, hasta para recibir la visita de otros familiares en época de vacaciones, como sardinas en latas.



De niño, me gustaba pasar las horas asomándome por las ventanas, para observar el tráfico vehicular y los movimientos de los vecinos, el típico averiguador. La vecindad era de gente humilde, trabajadora, agradable y amistosa, con un alto nivel de contacto visual diario, allí estaban los Queipo con su futuro y famoso pintor Edgar, los Velazco con un futuro compañero de trabajo en Pdvsa, Nelson, los Caldera, los Ferrebús, los Acostas, el boxeador Romeo Diaz, los italianos y portugueses dueños de las bodegas, los vendedores de terminales de lotería, los apostadores de carreras de caballos en los recordados remates clandestinos, algunos integrantes de la banda de rock Los 007 y los entonces aspirantes a cantantes y gaiteros, de los cuales muchos llegaron y triunfaron. A ellos, en lo bueno y en lo malo, les debo mi formación personal, educativa y profesional y es a ellos a quienes les dedico estos relatos cortos de nuestras vivencias.


El incendio:


Esa mañana ya tan lejana del año 1960, los 4 hermanos mayores, nos quedamos en casa con nuestra madre, no asistimos al colegio por algún motivo que no recuerdo. Después del desayuno, algo amenazante en la cocina nos asustó, al observar mejor, la amenaza consistía de una llama con más fuerza que la normal de una estufa. La reacción de mi mama que era la única que importaba entre nosotros, fue la de evacuarnos del apartamento.


Inmediatamente las llamas tomaron fuerza, el color cambio de rojo a naranja, cubrió y consumió la edificación para una pérdida total. Afortunadamente, todos en la familia, resultamos ilesos gracias a la decisión de mi madre.


La cocina de nuestro apartamento era de querosén, con hornillas y horno que quemaban el querosene liquido gasificado, estando el querosén liquido en recipientes a un lado de la cocina.


Para el momento antes del incendio, las hornillas se encontraban encendidas en la preparación del almuerzo. En ese año 1960, estaba en ejecución una transición energética que exigía el cambio de las cocinas de gas de querosene por cocinas que utilizaban el gas doméstico transportado por tuberías. Ese día, un trabajador del gasplant (instituto del gas municipal) atendía la instalación de un medidor de gas para un solicitante en el mismo edificio y en su labor equivocó la válvula destino, conectándola hacia nuestro apartamento.


Eso abrió el flujo de gas hacia las estufas encendidas de nuestra cocina y que se convirtiera en un poderoso medio que propiciaría un incendio considerable. El operador alertado de lo que estaba ocurriendo, cerro la válvula, pero ya fue demasiado tarde para evitar la propagación de las llamas.


No recuerdo cuanto duro el siniestro, los vecinos en primer lugar carretearon ollas de agua y utilizaron mangueras, pero nada de eso fue efectivo, finalmente los bomberos de Maracaibo se apersonaron y controlaron las llamas. La angustia y el desespero de los vecinos era evidente ante la posibilidad de que las llamas se extendieran a los otros apartamentos. Todo ese momento fue de confusión y angustia, afortunadamente sin lesiones personales ni muertes.


Por cierto, la ley reconoció el error del operador y el fallo a nuestro favor, compensando el costo de los daños.


El magnicidio del catire del norte:


El clima durante los meses de noviembre en Maracaibo, es muy caluroso, con temperaturas de 32 °C y que rara vez bajan a menos de 30 °C y con probabilidades de lluvias entre 37 % al inicio hasta 18 % al final del mes. Las lluvias son comunes durante la realización de la feria de la Chinita y en el propio día de la patrona, cuando se efectúa el juego de beisbol y la procesión en honor a la Virgen.


El 22 de noviembre de 1963, fue un día de lluvia en Maracaibo, un día gris como presagio al dolor mundial por el magnicidio del presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy. El asesinato de John F. Kennedy (1917-1963), trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, tuvo lugar el viernes 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas, Estados Unidos a las 12:30 pm hora estándar del centro de ese país y 15:00 pm, hora de Maracaibo.


La popularidad del presidente Kennedy en Venezuela estaba en el tope, producto de su exitosa visita al país casi dos años antes, en los días 16 y 17 de diciembre de 1961, con el objetivo de desarrollar en Venezuela el proyecto conocido como Alianza para el Progreso.


Al conocerse la noticia de la muerte de Kennedy, una multitud de vecinos salieron a la calle y manifestaron su tristeza por lo acontecido, hasta con el llanto de algunas damas presentes. A mis 9 años de edad para ese momento, el recuerdo de ese sentido duelo por una persona es inolvidable.



Sabéis cuando, cuando se caiga el puente:


El puente Rafael Urdaneta fue inaugurado, el 24 de agosto de 1962 y dos años más tarde, el 6 de abril de 1964, aproximadamente a las 22:45, el súper tanquero Esso Maracaibo de la Creole Petroleum Corporation, cargado con 262 mil barriles de petróleo crudo, golpeo los pilares 31 y 32 ocasionando el derrumbe de 259 m de la estructura. Perdieron la vida 7 personas que iban en tres vehículos y un camión, que cayeron al vacío.


Un profundo sentimiento de solidaridad embargo a los zulianos, por la caída de uno de sus símbolos más preciados, pero para mi familia se sumó una preocupación más por la probabilidad de que nuestro padre estuviera entre las víctimas. Mi papa tenía programado su retorno a Maracaibo de un viaje a la Costa Oriental en las horas en que se produjo el evento. Afortunadamente para nosotros se mantuvo ileso del desastre. En esa época las noticias viajaban más rápido a través de la radio con los operativos de la banda ciudadana. Eso nos mantuvo en vilo varias horas del día siguiente hasta que mi padre apareció sano y salvo.



Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.


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