En las tempranas horas de la noche del viernes, 12 de febrero del año 2010, mi esposa y yo, llegamos al antiguo edificio de la Aduana de Barranquilla, en la avenida 40. Un edificio que fue construido en 1919 y que marcó un período de progreso y de gran dinámica económica y social en Barranquilla.
En el espacio del frente de su fachada, se realizaría una fiesta con motivo del carnaval, bajo el sponsor de la empresa transportista y distribuidora del gas en la costa caribe, de la cual Pacific Rubiales era uno de los usuarios e invitados.
Justo antes de iniciar el show principal, amenizado por el célebre acordeonero y cantante de vallenatos, porros y cumbias, Alfredo Gutiérrez, se hizo un anuncio para saludar y agradecer la presencia del presidente de un partido político y que hacía unos meses atrás, había oficiado como ministro de la defensa del país. Fue tan evidente la popularidad de esta persona, que, siendo recibido con muchos aplausos, se atrevió luego a un recorrido por las mesas, una por una, para saludar a todos, con mucha deferencia y cordialidad.
De ser una actividad en la víspera de los desfiles del carnaval, pasamos a una actividad en la víspera de una campaña electoral, por quien todavía no era un candidato presidencial.
En un par de semanas después de esa fiesta, la Corte Constitucional de Colombia no aprobó la participación para unas próximas elecciones, del presidente en ejercicio, en las que aspiraba a concurrir, para ser el elegido por una tercera vez.
Con esta decisión de la corte, el panorama electoral cambió y se impuso un plan B, seleccionando como candidato oficial, a la misma persona del encuentro en la fiesta del carnaval en Barranquilla. Este candidato, finalmente llego a ser el elegido como el presidente número 59 de Colombia, en una segunda vuelta electoral, efectuada el 20 de junio del 2010.
Colombia posee la democracia más antigua de América Latina, iniciándose en 1810, con la elección con voto popular de un alcalde, lo que se convirtió en el primer acto democrático que se celebró en la América. El país solo estuvo bajo una dictadura militar en el período del general Gustavo Rojas, etapa que sólo duró cuatro años y durante el cual se dieron avances democráticos como el derecho al voto de la mujer en 1957.
El país ha mantenido oficialmente su institucionalidad y de estabilidad democrática continua, aun con la existencia de amplios períodos de estado de sitio, de la influencia del narcotráfico y de los grupos armados al margen de la ley.
En la realización de ambas vueltas presidenciales del 2010, la población se comportó con absoluta calma y se mantuvo en la misma rutina familiar de cualquier día normal. Algo que me resultó impactante, por la diferencia con los últimos procesos cuando participé como elector en Venezuela, al son de un despliegue excesivo de la fuerza militar en la toma de las instalaciones educativas y del control de los votos y de la evidente manipulación de los partidos, para crear una elevada tensión civil.
El sábado, 7 de agosto del 2010, el presidente y su vicepresidente, se juramentaron y tomaron posesión de sus cargos. En esa misma segunda semana de agosto, ocurrieron dos eventos altamente impactantes para probar la solidez de la democracia en el país.
En un primer evento, al cumplirse el segundo día desde el acto oficial, el vicepresidente debió ser intervenido por una enfermedad coronaria e inmediatamente a los cinco días, ocurrió una explosión muy fuerte usando un coche bomba, en un ataque terrorista de las FARC, a la sede Caracol Radio en Bogotá.
La salud de los mandatarios y la seguridad del país, dada la inmediatez de los eventos, podrían ser premonitorios.
En el año 2012, al vicepresidente se le trató de una infección urinaria, seguido de una intervención por un accidente cerebrovascular que luego requirió de rehabilitación de una limitación motriz y finalmente fue tratado con sesiones de radioterapia para eliminar un tumor canceroso en la próstata. En ese mismo año, al presidente se le sometió a una operación por cáncer de la próstata. Estas complicaciones de salud no les impidieron a ambos, el cumplimiento de sus mandatos.
Las acciones de la defensa militar en contra de las FARC fueron importantes, logrando la muerte de varios lideres de su cúpula y el rescate de secuestrados.
El presidente gobernó por este y otro periodo a continuación, ocho años, hasta agosto del año 2018. Logró firmar un acuerdo de Paz con las FARC y ganó el premio Nobel.
Solo dos presidentes en la historia, gobernaron por dos periodos consecutivos, en una reelección permitida. Desde el 2018 se volvió a una alternancia de 4 años. Estaremos atentos a lo que pueda suceder.
Antonio Jimenez.
Buen relato del acontecer histórico de Colombia, nuestra patria de acogida!!!