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Relatos cortos (60): el commodity.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

Mi primera oficina en Pacific Rubiales en Bogotá, era un espacio compartido con otro ingeniero de petróleo venezolano, estando ambos en condición de empleos temporales. Mi acompañante estaría con esa condición laboral hasta la terminación de una tarea y yo estaba en la espera de los permisos de trabajo. En la realidad, esa oficina solo la llegamos a compartir por una semana y lamenté no estar más días junto a una persona y a un profesional de la talla de mi “room partner”, uno de los gigantes que habitó en nuestra inmensa Tierra de la Ingeniería de Petróleo.


En ese tiempo juntos, mi compañero de oficina terminó un informe sobre la inspección a unos taladros de perforación. Con ese informe, la directiva de la empresa obtendría el insumo técnico para decidir si era factible la adquisición de una empresa de servicios de perforación y rehabilitación de pozos de petróleo, con lo que podría ejecutar la actividad en sus pozos, asumiendo la propiedad de sus taladros.



Eso ocurrió a mediados de agosto del año 2008 y una vez que entregó el informe, inmediatamente se retiró. En la opinión de quien le recibió el informe, parecía que estaba muy molesto, pero en la realidad, su comportamiento fue en respuesta a una preocupación agobiante por su salud, que estaba siendo afectada en Bogotá con la hipertensión arterial.


En el año 2008, el dólar mostró un fuerte debilitamiento frente a las demás monedas y en consecuencia se dio una escalada alcista en el precio del crudo durante varios meses. En abril, alcanzó los 113 dólares y en mayo 127 dólares por barril. Con algunas oscilaciones, la euforia en los mercados se mantuvo hasta julio, cuando el precio ya superaba los 145 dólares.


Bajo ese escenario de prosperidad alrededor del precio del petróleo, entre los más beneficiados estarían las empresas y los trabajadores, quienes podían optar a mejores puestos, salarios y beneficios. Si mi compañero de oficina pensó en eso, mientras hacia las inspecciones, se sintió confiado y prefirió la posibilidad de un mejor empleo, en un área más acorde con su salud, con una de las tantas empresas de comprobada permanencia en el negocio y ya no seguir en Bogotá, aspirando en una empresa que recién se iniciaba en el nicho de los hidrocarburos en Colombia.


Pero al final del mes de agosto, el precio del petróleo mostró una recaída de más de 20 dólares por barril y luego se redujeron consecutivamente mes a mes. En septiembre cayó a 96 dólares y en el último trimestre, bajó hasta 72, 52 y 40 dólares por barril. Esa caída de los precios, acabó con la holgura de las posibilidades de empleos del “room partner” y también con la intención de la empresa Pacific Rubiales por incorporar a una empresa de Perforación.


En el lobby de la entrada en la sede de la empresa, habían colocado un monitor gigante en donde se transmitía la información diaria sobre los indicadores de rendimiento de Pacific Rubiales.


El volumen de la producción, crecía día a día, gracias a la perforación de los nuevos pozos horizontales en los campos Rubiales-Pirirí, y eso era un detonante para el júbilo de cada empleado, pero inmediatamente se aparecía un muro desencantador, con la información de Bloomberg sobre los precios de los commodities de energía y entre ellos el Brent crude (ICE), que caía día a día. El aumento de la producción no contrarrestaba al efecto negativo de la reducción de los precios en la ecuación de los ingresos por ventas de la empresa.



Para mantener activa la empresa, fue necesario obtener un préstamo de efectivo, desde una cadena de bancos colombianos al fin del año 2008, el cual afortunadamente fue pagado antes del tiempo programado, debido al repunte de los precios en el año 2009.


Los firmantes de los documentos para acceder y responsabilizarse por el préstamo, fueron los representantes legales de las dos filiales operadoras de Pacific Rubiales.



Un día a finales de ese año 2008, visité la sede de un bufete de abogados en el Edificio Los Venados del Centro Financiero Bogotá, en la carrera séptima. Allí asistí como el segundo representante legal para la firma de los documentos de garantía de ese préstamo. En el tiempo transcurrido desde agosto hasta esa fecha, ya era un empleado a tiempo indefinido de Pacific Rubiales y había sido nombrado vicepresidente ejecutivo de una de sus filiales operadoras.


Antonio Jimenez.


Post crédito: Honor a René Faría quien falleció en julio del año 2022. Nuestro encuentro de agosto del año 2008, cuando compartimos tiempo y espacio en una oficina en Bogotá, fue el primero en Colombia y luego tuvimos otros más en ese país, bajo diferentes circunstancias en el espectro laboral.

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