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Relatos cortos (54): en lo seco.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

A finales de octubre del año 2007, el olor a descomposición en el ambiente era insoportable y nuestra reacción inmediata fue la de ubicar su procedencia.


Al mirar hacia la calle desde la sede de la empresa en Villahermosa, notamos que unas bolsas de desperdicios desbordaban los containers y se acumulaban tan alta como un montículo, en el estacionamiento de un edificio de apartamentos en la Avenida de los Ríos.


Era evidente que el servicio de recolección de las basuras venia interrumpido por unos días.



Desafortunadamente eso no terminaba allí, la basura estaba sin recolectar a lo largo de las cinco cuadras de mi recorrido a pie, entre el hotel en donde estaba hospedado y la oficina.


Los temas de la conversación de esos días en la oficina, no se relacionaban para nada con los proyectos contratados con Pemex, como era lo habitual. Los comentarios trataban sobre el racionamiento del servicio del agua potable, de cómo escaseaban los alimentos y de las inmensas filas de personas en los frentes de los supermercados, de cómo avanzaba la orilla del agua de la laguna de las ilusiones, permitiendo que los cocodrilos incursionaran más cerca de las viviendas y de cómo se elevaba la altura de un muro de sacos de arena, en la ribera del rio Carrizal en frente del complejo de oficinas de la Región Sur de Pemex. Todos ellos, eran unos temas relacionados con una catástrofe en ciernes.



Ante ese panorama, activamos un plan de contingencia y salimos de la ciudad, tomando la ruta al oeste hasta la ciudad de Veracruz. En los primeros kilómetros, el agua corría libremente sobre la autopista, pero afortunadamente en pocos centímetros de altura, que no impidieron el paso del vehículo. Superado eso, ya no hubo más problemas en el recorrido y en Veracruz estuvimos por un par de días, desde donde continuamos nuestro éxodo, pero ahora por avión hasta ciudad de México. Allí esperamos un par de semanas por la normalización de la situación en Villahermosa y antes del regreso, nos aplicamos un kit de vacunas preventivas, para protegernos de la hepatitis y de la influenza.


Desde la ventanilla del avión en su aproximación al aeropuerto de Villahermosa, los estragos de la inundación eran impresionantes, se observaban grandes lagunas cubriendo zonas comúnmente verdes y muchas otras habitadas. De las zonas residenciales inundadas, el fraccionamiento Gaviotas, para habitantes de menores recursos económicos, fue uno de los más afectados. Mucha gente permaneció en los techos de sus casas por varias semanas, resguardando sus pertenencias de los saqueos de piratas que se aprovechaban para robar de lo ajeno.


De lo poco en lo seco en la ciudad, estaban la zona del hotel, de la oficina y de las cinco cuadras que solía caminar entre ellas, eso fue algo que me hizo reflexionar sobre mi comportamiento de unos días antes, cuando injustamente me quejaba del mal olor y de los servicios en una ciudad sometida por la fuerza de la naturaleza.


Todavía en diciembre se sentían los efectos de la humedad en el ambiente de la ciudad, un olor inconfundible a moho que se mezclaba con el del combustible de una fumigación masiva en sus calles.


La inundación del 80% del territorio de Tabasco resultó en un millón de personas damnificadas, 7 mil millones de dólares en pérdidas y más de 23 mil unidades vehiculares siniestradas.


Antonio Jimenez.

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2 Comments


Heriberto Bravo Portillo
Jul 11, 2022

Yo también viví esos momentos, pero entre Comalcalco, donde habitaba, y Dos Bocas, donde trabajaba!!!

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Sr Jimenez
Sr Jimenez
Jul 11, 2022
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Lo recuerdo Heri. Un abrazo

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