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Relatos cortos (38): desclasificado.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

Unas horas antes del retorno del hombre con el crucifijo en su mano, sucedieron unos eventos internos en nuestra empresa que presuntamente fueron clasificados como confidenciales. En ese momento, no se estableció si eran secretos o reservados, por lo cual, comentándolos en este post ya transcurridos 20 años, no se estaría cometiendo una infidencia, o lo que es lo mismo, violando la confianza y la fe debida a otros.


En la euforia colectiva que se vivió en Venezuela el viernes 12 de abril del año 2002, parecería cierto que nadie analizó unos escenarios con la probabilidad de una vuelta del renunciado y en la inmediatez del siguiente día, mucho menos. En la madrugada de ese día 12, la información sobre las pugnas militares causaba estragos mentales. Era difícil conciliar el sueño y todo por causa del general de brigada y recientemente fallecido en prisión, Raúl Baduel, que, con el respaldo de tanques, se manifestó abiertamente para restituir al presidente, desafiando a una veintena de generales de más rango, pero de escritorios y sin tropas, que defendían la salida del presidente y que negociaban su exilio.



Al igual que con los militares, en la propia empresa Pdvsa, existían grupos con diferencias de opiniones. En la mañana de ese día recibí una llamada de un colega muy apreciado:


“Hola Antonio, buenos días, como estas, que grande es Pdvsa, esto que pasó es un ejemplo de lo que nuestra empresa puede hacer. Tu actuación no estuvo del todo bien vista, pero yo tengo confianza en que todo resultará bien contigo”. Al final de la conversación me confié en el poder de Dios y luego agradecí por ese apoyo. El tema tratado en la conversación me produjo un desconcierto, al descubrir que, en la mente de algunos colegas muy dedicados y competentes, se manejaba como mejor opción, de que sería bajo el espectro de las ciencias políticas, en donde se decidiría mi futuro. Desafortunadamente, el destino nos alcanzó a todos, ya que unos meses después, una manipulación radical de la política, fue lo que terminó con las carreras profesionales de la mayoría en Pdvsa.


Entrada la mañana, emergió la figura de la suspensión laboral, abarcando acciones desde altos cargos en las organizaciones de los diferentes negocios. Para proceder con la sanción administrativa de la suspensión, en algunos casos se adujo una falta de confianza, quizás soportada por comentarios o críticas emitidas públicamente e interpretadas en contra de las acciones convenidas por la mayoría. En otros casos, la medida no dejo de tener una justificada razón. Las suspensiones consistían en el retiro de la credencial con la prohibición para acudir a las oficinas. Se acordaba con el suspendido, una espera con una estadía en casa, mientras se decidía el destino final, de si se reincorporaban o se retiraban permanentemente de la empresa. En la sede en Barinas, se suspendió a dos funcionarios de las gerencias de tierras y de control de perdidas.


El funcionario de la gerencia de tierras era un radical partidario político de Chávez. En la reunión para informarle la decisión de su suspensión, actuó con mucha prepotencia, vociferando sobre el pronto retorno del presidente y de lo cruel que sería su revancha.


Acusó de traición a Luis Miquelena, quien apenas hasta el día anterior fue el mentor político más cercano a Chávez. En ese momento pude constatar la determinación de esta gente en seguir a su líder, habida cuenta de que Miquelena también fue el padrino de la boda de este trabajador. El funcionario de la gerencia de control de perdidas, estuvo muy afectado emocionalmente, un hombre humilde pero también convencido de la obra de Chávez.


Aceptó la decisión y nunca emitió comentarios sobre revanchas. Ambos funcionarios fueron reincorporados a sus puestos de trabajo a los dos días de esta suspensión.


Al final de la mañana, participé en una rueda de prensa para periodistas de Barinas. Recuerdo que fui muy comedido en no caer en juicios personales sobre Chávez. Sin embargo, se emitieron opiniones de la gestión de su gobierno en contra de Pdvsa y de las razones del conflicto que llevaron a su renuncia. La información allí tratada, alguien la utilizó para engrosar un expediente y proceder en mi contra con una acusación administrativa. Algo que no dio tiempo a gestionarse por la corta estadía en la empresa a partir de la creación de ese expediente.



Durante toda la tarde del día 12, ocurrieron hechos públicos preocupantes como los arrestos de funcionarios públicos, el asedio a la embajada de Cuba y la alocución oficial con la primera orden ejecutiva del nuevo gobierno de transición, en la cual se incluyó la disolución del órgano legislativo y la destitución de los ocupantes de los otros poderes públicos. Cada una de estas acciones fueron festejadas públicamente por mucha gente, sin darle mucha atención a la trascendencia de las medidas, abiertamente anticonstitucionales.



En esos momentos, considero que desafortunadamente cambiamos y adoptamos una forma de acción con signos de revancha, violencia e irracionalidad, como si nos hubiéramos contagiado con el virus de quien realmente no escuchaba ni rectificaba, ni que nunca buscaba un dialogo de convivencia.


Antonio Jimenez.

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