Mi amigo Nelio Espina, es una persona que siempre permanece en el cariño de la gente que lo conoce, él es un ex compañero de trabajo por más de dos décadas, con experiencia inigualable en Ingeniería y Operaciones de Perforación. Nacido en Isla de Toas, un promontorio constituido en gran parte de piedra caliza que se ubica en el estrecho de salida al mar del lago de Maracaibo en Venezuela. Nelio aprendió a cantar al lado de Víctor Alvarado, un cantante profesional muy famoso en el occidente de Venezuela, conocido como “El cantor de la isla”.
Sin descartar sus virtudes familiares, Nelio también tiene el don de administración de negocios, por lo cual es ampliamente conocido y recordado. Él se constituyó en una especie de leyenda por los resultados de su gestión como presidente de un club durante varios años de la década de los años 1990 y comienzo de los años 2000. Este club desde su inicio, funcionaba para el segmento de la nómina mayor de la empresa, una nómina de trabajadores profesionales universitarios o a quienes habían ascendido hasta ella por sus méritos laborales. El Club tenía dos sedes, norte y sur, ubicadas en los campos residenciales Carabobo y Terminal, en Lagunillas, en la costa oriental del lago de Maracaibo, en el Estado Zulia, en Venezuela.
Una mañana normal de trabajo del año 1994, mientras me desempeñaba como gerente de desarrollo de la costa oriental del lago, un cargo que estaba en vías de extinción, por la inminente restructuración organizacional hacia las Unidades Estratégicas de Explotación, recibí una visita en mi oficina, de un representante de la organización de Recursos Humanos, el cual a su vez se ocupaba como secretario de asuntos sociales en el Club Carabobo, bajo la administración de Nelio. Sus palabras, o más o menos las que logro recordar, fueron las siguientes: “Tenemos que organizar un encuentro deportivo en honor al nuevo presidente de Pdvsa, Luis Giusti, quien nos visitará en dos semanas, dentro de un programa de recorridos que hará a las áreas operacionales de la empresa y hemos pensado en que tú nos podría ayudar en la planificación de un encuentro deportivo con las actividades y los invitados. Si estás de acuerdo con esta asignación, debemos iniciar con el programa a la brevedad posible”. Mi decisión fue afirmativa, quien no lo haría.
Luis Giusti nació en una clínica del propio campo petrolero de Lagunillas, un ingeniero de petróleo de la Universidad del Zulia en 1966, con maestría en la Universidad de Tulsa, Oklahoma, en 1971. Se inició en la empresa Shell de Venezuela en 1966 y luego de un corto paréntesis fuera de la Industria, reentró en 1976, a la filial operadora Maraven. En 1994 fue nombrado presidente de Petróleos de Venezuela y bajo su liderazgo, la estatal venezolana logró captar inversiones extranjeras directas estimadas en $ 30 mil millones ($ 30 billones) para el periodo del año 1995 al año 1998.
El encuentro deportivo programado en honor a Luis, fue un partido de beisbol, en el estadio Regulo Arapé de Lagunillas, que sería reacondicionado en el terreno y en las gradas, para que dos equipos con jugadores competitivos, hicieran un buen espectáculo en honor a Luis.
El mismo Guisti se destacó en el encuentro bateando y fildeando en el center field, realizó algunas atrapadas importantes e hizo tiros a las bases con mucha precisión. Dentro de las pautas, le dimos mucha importancia a que algunas veces y con los jugadores más habilidosos, se bateara en la dirección de la posición de Luis, para mantenerlo activo y animado en el juego, lo exigimos y sudó ese esfuerzo. Esto es algo que se mantuvo confidencial hasta el día de la publicación de este post.
La única nota negativa del encuentro, fue un tiro desviado del short stop de uno de los equipos, que con fuerza fue directo a la cara del entonces alcalde de Ciudad Ojeda, Albenis Arrieta, quien, como buen político, no respetó la invitación para estar sentado y protegido en la tribuna central y prefirió estar en el terreno y cerca de la primera base. Afortunadamente nada grave ocurrió con su salud. Al final del partido, con un suculento plato de chivo al tarkari con sus respectivas gaseosas, cerramos el encuentro socio-deportivo que mereció los elogios del presidente.
Uno de los efectos colaterales por haber coordinado este encuentro deportivo, es que me gane méritos para ser considerado y ser elegido como el presidente del Club Carabobo entre los años 1995 y 1997, un paréntesis de dos periodos consecutivos, reemplazando y siendo reemplazado por Nelio Espina.
La gestión de trabajo en el club es ad honorem y la vocación de servicio te envuelve sin considerar que tienes otras obligaciones familiares y de trabajo que no se deben descuidar.
En mi caso en particular, estuve entre el grupo de gerentes que fueron nombrados como pioneros en las unidades estratégicas de explotación y en el periodo que ejercí la presidencia del club, no solo estuve en una, sino en dos unidades estratégicas, Lagocinco y a continuación Tierra Este Pesado. Unos años que sin ninguna duda fueron de máxima exigencia física y mental.
Ser nombrado como presidente de un club pasa por cumplir objetivos en la parte recreacional, deportiva, social y de integración de los trabajadores y sus familiares. Algo para ser tomado con mucha seriedad y responsabilidad, que obligaba a contar con un grupo de compañeros de trabajo, acompañándome en la directiva. No tengo ni un recuerdo que me haga disentir de la junta y solo se efectuaron algunos cambios por motivos laborales.
Nuestra primera actividad, fue una dura prueba durante la semana santa del año 1995, la cual nos obligó a quedarnos en el campo y a trabajar en eventos por largas horas, habiendo para eso, cancelado planes de viajes por turismo en esos asuetos extendidos.
En el tiempo de nuestra junta directiva, el club no bajó la guardia en la presentación de eventos musicales con artistas de renombre, temas culturales como teatro y exposiciones, eventos deportivos que incluyeron un triatlón y una noche de boxeo, noches musicales con la participación del público en sesiones de karaoke, juegos de dominós, cartas, casinos, eventos especialmente dirigidos a jóvenes, niños y a la mujer, etc., y muchos otros que se me escapan de la memoria.
Si alguien me pregunta en que seremos recordado o en que dejamos un legado, le respondería que nuestra directiva se convirtió en la ejecutante de los cambios en la infraestructura del club. La barrida fue en todos los ambientes, desde la remodelación de los más espacios más sencillos como salones y bares, hasta las piscinas y espacios más amplios y concurridos.
La temperatura del área de la piscina, tanto dentro como fuera del agua, se convirtió en un problema mayor que disminuyo la asistencia de la familia a estas áreas. El proyecto de remodelación de la la piscina, incluyo la construcción de una malla aeroespacial con telas oscuras con orificios en todo su perímetro. De esta manera se logró evitar la exposición directa del sol y la reducción de la temperatura ambiental en varios grados centígrados. Para la piscina en sí, se colocó un Chiller de enfriamiento, desincorporado de las oficinas de Caracas, en la propia tubería de recirculación de las aguas. La operación de este chiller lograba enfriar el agua en varios grados de temperatura y con esto se logró que la piscina llegara a ser muy confortable y el sitio más concurrido del club.
En el club se manejaba un presupuesto muy limitado, que incluía los aportes de su membresía con una cuota baja y unos aportes extras de la empresa a través de su política de Responsabilidad Social. Se consideraba como una institución sin fines de lucro, lo cual implicaba que el manejo apropiado del presupuesto permitía ofertar más programas de recreación, esparcimiento social y deportivos hasta agotar los fondos dispuestos para eso.
Los espectáculos musicales con artistas de renombre que estuvieran vigentes y con amplia aceptación popular, se consideraban muy caros, pero al menos un buen espectáculo al año era factible, con entradas de relativo alto valor para todo público. Muchas veces estos espectáculos fueron cancelados o interrumpidos a causa de la lluvia. Una perdida miserable del esfuerzo, del dinero y del significado del servicio por un bien común.
El proyecto de construcción de un techo aeroespacial con láminas de drywall impermeabilizadas, en toda la superficie de la pista de eventos del club, hizo posible su realización, disminuyendo el riesgo de cancelación o interrupción por lluvias. En su construcción su usaron más de 9 kms lineales de cabillas en la malla y varias tuberías de revestimiento recuperadas de los pozos para sus pilares.
Lo espectacular del proceso fue su izamiento desde el suelo que fue el sitio de su construcción hasta la altura de unos 12 metros. Esa tarde del izamiento, a partir de las 3 de la tarde, se elevó toda la estructura con cadenas y tecles de palanca (señorita) apoyadas en los pilares metálicos. A mí se me pareció, en su camino a las alturas, al Enterprise de Star Trek. Todo un espectáculo inolvidable. Finalmente, con ese techo, se les daría la ansiada garantía a los asistentes a los eventos musicales de que no se suspendería por lluvia. Tan pronto se efectuó el primer evento techado, en toda la multitud solo una persona estaba atento al funcionamiento del techo, me perdí de gran parte del espectáculo, pero al final me dio mucha satisfacción por el trabajo cumplido.
En la actualidad, las instalaciones del club no han escapado de la destrucción de los gobiernos autoritarios en Venezuela bajo la guía de Cuba, en los últimos 22 años. La imagen de la piscina del Club Carabobo en estos días es un ejemplo de todos los vicios y maldades reunidas. Las costumbres y la cultura social no pueden ser manchada de esa manera con una inconmensurable desidia e incompetencia. Muy pronto llegara el día del rescate del país ya que nada es eterno. Los Nelios y los Antonios abundarán y estarán en esa nueva época de oro en Venezuela.
Antonio Jimenez.
Excelent article portraying a relative recent history events related to Maraven development.