Relatos (9): el techo.

En la madrugada del martes 8 de abril del 2025, colapsó el techo de la discoteca Jet Set en Santo Domingo, ocasionando la muerte de más de 233 personas, incluyendo al merenguero Rubby Pérez. Ese techo cedió y cayó sin dar tiempo para el escape de los asistentes a la discoteca.

A pocas horas de lo ocurrido explotaron las redes sociales con lo trágico del evento, y fue dantesco un video mostrando al cantante con una vida que se apagaría unos segundos después a consecuencia del desplome del techo. Como suele ocurrir con la ocurrencia de un evento de ese tipo, la gente aprovecha para buscar en su pasado algo relacionado con una similar circunstancia, y así sucedió con una persona, quien en la tranquilidad de su hogar se paseó hasta mediados de la década de los años 90.

En esos años, que ya acumulan un pasado de más de tres décadas, se le ocurrió con sus particulares propósitos, al gerente general de una filial de la estatal de petróleo, la asignación de las tareas para la realización de un encuentro deportivo a uno de sus gerentes del área operativa, y siendo que esa tarea no figuraba entre las responsabilidades del puesto de ese designado, arribaron en él y secuencialmente la sorpresa inicial, inquietudes, preocupaciones y hasta futuras confrontaciones con quienes sí tenían el rol en las gerencias de recursos humanos y asuntos públicos.

Para el colmo de males, para esa tarea no se aceptaba que ocurriera ningún inconveniente y tenía que ser exitosa, puesto que era una de las atenciones para el presidente de la empresa, y afortunadamente así lo fue, ya que la realización de un partido de softball le agradó al valioso invitado por lograrse una convocatoria de jugadores de buen nivel en un campo apropiado y con la asistencia de un público entusiasta de la comunidad y de las autoridades civiles.

El gerente del área operativa, quien se identificaba con una ficha de la empresa con los números 2545067, demostró tener buen carisma social, y eso le ayudaría a ser posteriormente elegido como el presidente de la junta directiva del principal club de esparcimiento y recreación de la empresa, e inclusive fue el seleccionado en una reelección para un segundo periodo.

Bajo el liderazgo del #2545067 en ese club, se dedicó mucho esfuerzo y tiempo en el reacondicionamiento de su infraestructura, con lo que se logró disminuir el impacto negativo del ambiente cálido y lluvioso, mermando la asistencia a los eventos y al uso de las instalaciones. La incidencia insoportable de los rayos solares y la elevada temperatura del ambiente se hacían sentir hasta en la propia agua de la piscina, haciendo que muy pocos usuarios se atrevieran a darse un chapuzón en un agua hirviendo.

La solución para esos problemas llegó con la instalación de un techo en la periferia de la piscina de los conocidos como una malla espacial, al que se le agregó una polisombra refrescante. La instalación de unos chillers en el sistema de bombeo sirvió para enfriar el agua mientras se recirculaba a la piscina, y con ambas medidas hubo un buen repunte en la asistencia.

Ese mismo concepto de malla espacial se utilizó para construir un techo de gran dimensión cubriendo toda el área de la pista de baile y de la tarima, para evitar la frustrante suspensión de los eventos musicales. La malla espacial con varillas de acero soldadas se construyó totalmente en el piso y luego se izó con cadenas y tecles de palanca (señoritas) para anclarlo mediante soldadura en varios pilares metálicos, como a doce metros de altura.

El izamiento de una estructura de ese tamaño fue emocionante y espectacular, al emular el despegue del Enterprise de Star Trek. La protección contra el agua de las lluvias se logró finalmente con el empleo de láminas de fibrocemento impermeabilizadas, constituyendo una estructura liviana y resistente.

A pocos días de la culminación de esa obra, se efectuó una fiesta inaugural con un cantante famoso del género tropical, resultando en un evento sold out. La gran mayoría de los asistentes disfrutó toda la noche, contrarrestando la aspiración de una lluvia constante que no logró malograr el espectáculo, tal como siempre ocurría.

La única persona que no estuvo atenta del show fue precisamente el #2545067, quien no lograba despegar su vista del techo, recorriendo infinitas veces toda su estructura. La seguridad física de los asistentes debajo de ese techo lo preocupó y lo obligó a no sentirse confiado ni ante la mínima posibilidad de colapso.

El disfrute vendría con los eventos presentados a continuación.

Antonio Jiménez.