La eugenesia es una filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante diversas formas de intervención manipulada y métodos selectivos de humanos.
El eugenismo pretendería el aumento de personas más fuertes, sanas, inteligentes o de determinada etnia o grupo social para lo que promueve directa o indirectamente la no procreación de aquellos que no poseen esas cualidades llegando a considerar su aplicación como una ventaja en el ahorro de recursos económicos para los países.
Los métodos del eugenismo del siglo XIX y XX incluían desde la esterilización forzada hasta el genocidio. Los métodos eugenistas modernos se centran en el diagnóstico prenatal y la exploración fetal, la orientación genética, la fecundación in vitro y la ingeniería genética.
Históricamente, la eugenesia ha sido usada como justificación para diversas formas de discriminaciones coercitivas y violaciones de los derechos humanos que fueron promovidas por sistemas políticos, por ejemplo: casos de esterilización forzosa de personas con defectos genéticos, asesinatos a personas por su raza, religión u orientación sexual así como el genocidio de razas o culturas consideradas inferiores.
La experiencia más traumática la encontramos en Alemania, donde los nazis pusieron en práctica su ideología racial. Durante el programa de esterilizaciones masivas, más de 400 mil personas fueron esterilizadas contra su voluntad, mientras que 275 mil fueron asesinadas.
Esta política de higiene racial también tuvo como consecuencia el exterminio sistemático de millones de personas (6 millones de judíos, 800 mil gitanos), llevado a cabo en los campos de concentración y exterminio, utilizando métodos como el gaseamiento que habían sido desarrollados e implementados previamente por los médicos durante el programa de eutanasia. Incluso en algunos casos se utilizó al mismo personal médico y sanitario de aquel programa, pues estos fueron los encargados de establecer los criterios y seleccionar en los campos de exterminio a la gente que debía ser eliminada.
El programa Aktion T4, fue creado y ejecutado bajo la responsabilidad principal de médicos y enfermeras durante el régimen nazi, entre 1939 y 1941.
Entre las personas asesinadas se encontraban hombres y mujeres de todas las edades, desde niños, que fueron los primeros asesinados, hasta ancianos. Había entre ellos enfermos mentales y portadores de enfermedades o defectos hereditarios, según criterios médicos. Por ejemplo, determinados grados de epilepsia podrían suponer el asesinato del enfermo, su eutanasia.
El nombre T4 viene de los cuarteles generales de la organización que ejecutaba estos planes, que estaban situados en Berlín en la Tiergartenstraße 4 (calle del Jardín Zoológico, número 4). El programa se realizó en seis centros situados en Alemania y en la Austria anexionada: Grafeneck (Baden-Württemberg), Brandeburgo, Bernburg (Sajonia-Anhalt), Hartheim (Austria), Sonnenstein (cerca de Pirna, Sajonia) y Hadamar (cerca de Limburgo, Hesse).
Bajo este programa algunos médicos alemanes estaban autorizados a seleccionar pacientes considerados enfermos incurables, tras un examen médico crítico y consecuentemente administrarles una muerte misericordiosa. En octubre de 1939 Adolf Hitler firmó un "decreto de eutanasia" fechado el 1 de septiembre de 1939 que autorizaba al Reichsleiter Philipp Bouhler, jefe de su Cancillería, y a Karl Brandt, médico personal de Hitler, a llevar a cabo las muertes.
El programa nazi de eutanasia, Aktion T4, tuvo una relación íntima, tanto desde el punto de vista ideológico-político como económico-financiero, con las organizaciones internacionales y el movimiento médico internacional a favor de la eugenesia y con las respectivas legislaciones y programas llevados a cabo en varios países, como por ejemplo la esterilización masiva de gente señalada como enfermos hereditarios en países como Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Noruega, Francia, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Islandia y Suiza, durante la primera mitad del siglo XX.
El programa Aktion T4 fue ampliamente aceptado por la totalidad de los médicos, con muy pocas reservas y ninguna resistencia real. Por el contrario, fue la resistencia y presión popular, principalmente de parte de los afectados (familiares, allegados, pacientes, etc.) y también de parte de algunos círculos religiosos, tanto católicos como protestantes, lo que condujo a que oficialmente se declarara suspendido el programa en 1941, pero eso no implicó el desmontaje de la organización establecida para desarrollar estos planes ni tampoco el cese de los asesinatos en sus centros.
El programa de niños continuó oficialmente y el asesinato masivo de adultos y ancianos prosiguió de una manera menos centralizada y más secreta, consiguiendo los médicos un mayor margen de maniobra y facultades más amplias con menos requisitos burocráticos para llevar a cabo el objetivo de exterminio. En esta segunda fase hubo más asesinatos que en la primera. El asunto incluso se extendió más allá del final de la guerra y del régimen nazi, pues algunos médicos continuaron matando gente todavía después de la ocupación aliada.
La eugenesia en Estados Unidos ha desempeñado un papel significativo en la historia y cultura de este país. La eugenesia, entendida como el estudio y práctica de la mejora de las características genéticas de las poblaciones humanas a través de la cría y esterilización selectiva, fue practicada en Estados Unidos muchos años antes de que tuvieran lugar los programas de eugenesia nazi y, de hecho, los programas estadounidenses proporcionaron gran parte de la inspiración para estos últimos.
Este método era muy popular a inicios del siglo XX, ya que era considerado un método para establecer orden y uniformidad en la población. Al popularizar la idea de un carácter genético ideal, el movimiento eugenésico proveyó a las personas un fin último que alcanzar. Según las últimas investigaciones, unas 60 mil personas fueron esterilizadas forzosamente en Estados Unidos entre 1909 y 1979, 20 mil de ellas en California donde existía la Ley de Eugenesia.
El movimiento eugenésico estadounidense se originó en las ideas deterministas biológicas de Sir Francis Galton, expuestas en los años 1880. Galton estudió las clases altas del Reino Unido y llegó a la conclusión que su posición social se debía a su configuración genética superior.
Los primeros defensores de la eugenesia creían que la especie humana debía dirigir su propia evolución a través de la cría selectiva. Asimismo, tendieron a creer en la superioridad genética de los pueblos nórdicos y anglosajones; por lo que apoyaron leyes estrictas de inmigración y anti miscegenación y apoyar los programas de esterilización forzada de los pobres, discapacitados e inmorales.
El movimiento eugenésico estadounidense recibió amplio financiamiento de varias fundaciones corporativas muy importantes como el Instituto Carnegie, la Fundación Rockefeller y de la fortuna del magnate ferroviario Edward Henry Harriman. La eugenesia era ampliamente aceptada en la comunidad académica estadounidense, para 1928, había 376 cursos universitarios diferentes en algunas de las escuelas líderes de Estados Unidos, con una asistencia de más de 20 mil estudiantes, que incluían a la eugenesia en su currícula.
En su pico de popularidad a principios del siglo XX, la eugenesia fue apoyada por una amplia variedad de personalidades, incluyendo a Churchill y Roosevelt.
La esterilización forzosa o forzada es aquella esterilización que se produce en una o más personas sin su consentimiento ni justificación médica o clínica, con intención eugenésica, punitiva o anticonceptiva forzosa.
La esterilización forzosa es considerada como un crimen de lesa humanidad o un crimen de guerra y un delito grave de violencia sexual. Fue reconocido como crimen de guerra en el proceso de Núremberg desarrollado entre 1945 y 1946 por iniciativa de las naciones aliadas vencedoras al final de la Segunda Guerra Mundial, en los que se determinaron y sancionaron las responsabilidades de dirigentes, funcionarios y colaboradores del régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler. Mientras que, según el Estatuto de Roma, la esterilización forzosa constituye un crimen contra la humanidad.
Los Estados Unidos fue el primer país en emprender concertadamente programas de esterilización forzosa con propósitos eugenésicos. Los propulsores de este programa eran ávidos creyentes en la Eugenesia y defendieron frecuentemente este programa, por lo que se sintieron devastados cuando fue clausurado debido a problemas éticos. Los objetivos principales del programa estadounidense fueron los retrasados mentales y los enfermos mentales; pero, bajo muchas leyes estatales, también se centraron en los sordos, ciegos, personas con epilepsia y físicamente deformes.
Los amerindios y las mujeres afroamericanas fueron esterilizados contra su voluntad en muchos estados, a menudo sin su consentimiento, mientras estaban hospitalizadas por otras razones (por ejemplo, para dar a luz). Algunas esterilizaciones también tuvieron lugar en las prisiones y otras instituciones penales, fijando como objetivo la lucha contra la criminalidad, pero fueron una minoría relativa. Al final, más de 65 mil individuos fueron esterilizados en 33 estados por medio de programas estatales de esterilizaciones forzosas en los Estados Unidos.
Entre 1909 y principios de la década de 1950, el estado de California había esterilizado a más de veinte mil pacientes en instituciones del gobierno para enfermos mentales y deficientes mentales. De los muchos estados que tenían programas de esterilización obligatoria, California era, con mucho, el primero en términos de pacientes esterilizados, que fueron casi tantos como la suma de los totales de los siguientes cuatro estados con mayor número de esterilizaciones.
La mayoría de las leyes sobre esterilización podía ser dividida en tres categorías principales de motivaciones: eugenésica (referida a la herencia), terapéutica (parte de una teoría médica aún en ese entonces oscura por la cual la esterilización llevaría a la vitalidad) o punitiva (como un castigo a los criminales), aunque por supuesto estas motivaciones podían combinarse en la práctica y en la teoría (la esterilización de criminales podía ser tanto punitiva como eugenésica, por ejemplo).
Después de la Segunda Guerra Mundial, la opinión pública hacia la eugenesia y los programas de esterilización se volvió más negativa a la luz de la conexión con las políticas genocidas de la Alemania Nazi, aunque un número significativo de esterilizaciones continuó en unos pocos estados hasta principios de la década de 1960. La junta de Eugenesia de Oregón, más tarde renombrada la Junta de Protección Social, existió hasta 1983, con la última esterilización forzosa ocurrida en 1981.
El programa Manos a la Obra (en inglés: Operation Bootstrap) es el nombre que con el que se conoció el ambicioso proyecto que dio inicio a la industrialización de Puerto Rico al final de la Segunda Guerra Mundial. Dentro de este programa, el sector secundario del país fue ganando importancia de forma progresiva. Se partía de la concepción de que la economía de Puerto Rico, basada en el sector agrícola y ganadero, era insostenible, entre otras cosas por la elevada densidad de población.
Durante la realización de ese programa, el gobierno estableció políticas agresivas el control de la natalidad, fomentando la esterilización quirúrgica y facilitando la emigración de puertorriqueños, para hacer descender artificialmente las cifras de desempleo.
Durante los años 1950 y 1960, agencias privadas como la International Planned Parenthood Federation, y el gobierno de Puerto Rico, llevaron a cabo campañas financiadas por el gobierno federal de EEUU para el control de la población de la isla, con el objeto de esterilizar a tantas puertorriqueñas como fuese posible. Con este fin, se reclutó a trabajadores de la salud pública, para alentar a las mujeres de Puerto Rico a someterse a procedimientos de esterilización a un costo mínimo o gratuitamente.
En 1968, un demógrafo puertorriqueño concluyó en un estudio de que un tercio de las mujeres en edad de procrear en la isla habían sido esterilizadas. Esta tasa indica que existían diez veces más mujeres esterilizadas en la isla que en EEUU. Más de un tercio de las mujeres entrevistadas desconocía que la ligadura de trompas era un método irreversible de contracepción. El eufemismo "ligar las trompas" hacía que las mujeres pensasen que el procedimiento era fácilmente reversible. Todavía en 1981, más del 39% de las puertorriqueñas aptas para concebir estaban esterilizadas.
En un informe realizado en El Salvador, Honduras, México y Nicaragua, se concluyó́ que las mujeres que viven con VIH y cuyos proveedores de salud lo sabían al momento de quedar embarazadas, tenían seis veces más probabilidades de experimentar esterilización forzada o coaccionada en estos países. Asimismo, muchas de estas mujeres informaron que los proveedores de salud les dijeron que por vivir con VIH se anulaba su derecho a elegir el número y espaciamiento de los hijos que deseaban tener, así como el derecho a utilizar un método anticonceptivo de su elección; empleando información errónea sobre las consecuencias para su salud y la de sus hijos y negando acceso a tratamientos que minimizan la transmisión madre-hijo del VIH para coaccionar las a esterilizarse.
En el Perú, el presidente Alberto Fujimori (1990-2000) ha sido acusado de genocidio y de crímenes contra la humanidad por causa del programa de esterilizaciones efectuado durante su gobierno, el cual tuvo como objetivo a las mujeres indígenas (esencialmente analfabetas) de los andes peruanos.
El 9 de septiembre de 1995, Fujimori presentó un proyecto de ley que modificaba la "ley general de población", denominado "Plan de salud pública", con el fin de autorizar la esterilización de mujeres en situación de pobreza que contaran con varios hijos. También se legalizaron otros métodos de contracepción. Todas estas medidas fueron fuertemente criticadas por la Iglesia católica. El plan fue financiado principalmente por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) con 36 millones de dólares, y con una cantidad mucho menor por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
En febrero de 1996, la propia OMS felicitó a Fujimori por su plan de control demográfico.
Se estima que entre los años 1990 y 1999 más de 314 mil mujeres fueron esterilizadas, muchas veces sin su consentimiento, empleando presión psicológica o a cambio de alimentos o dinero.
En otro tipo de manipulación médica sin estar directamente relacionada con la eugenesia, se presentó el caso de los experimentos sobre sífilis en Guatemala que tuvieron lugar entre los años 1946 a 1948, dentro de un programa patrocinado y ejecutado por el gobierno de los Estados Unidos en Guatemala. Fueron experimentos con seres humanos en los cuales médicos, generalmente estadounidenses, infectaron mediante inoculación directa y sin consentimiento ni conocimiento de las víctimas, ciudadanos guatemaltecos, entre ellos soldados, reos y pacientes psiquiátricos con sífilis y otras enfermedades venéreas como gonorrea, para comprobar la efectividad de nuevos fármacos antibióticos como la penicilina y otros tratamientos.
Los experimentos los impulsó en su totalidad la Secretaría de Salud Pública del gobierno federal estadounidense, bajo la administración del demócrata Harry S. Truman, por medio del médico John Charles Cutler, quien también participó en otra experimentación con seres humanos en Alabama, Estados Unidos, en el conocido Experimento Tuskegee entre población afroamericana.
Precisamente, la información respecto al experimento en Guatemala, se descubrió en los archivos del caso Tuskegee. Se calcula que más de mil quinientas personas fueron infectadas. No se hallaron, en los documentos, pruebas de que los afectados tenían consciencia de las consecuencias y, de hecho, muchas personas no fueron informadas sobre lo que se les estaba haciendo, según datos en los archivos. El gobierno guatemalteco de la época otorgó permiso para realizar la investigación, como también consta en los documentos.
En octubre de 2010, el gobierno de Estados Unidos reconoció los sucesos, que consideró abominables y gravísimos, y se disculpó públicamente por éstos, con una inusual excusa presentada por la secretaría de Estado al pueblo guatemalteco. Junto con el reconocimiento de culpabilidad, Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, sostuvo comunicación telefónica con el presidente guatemalteco Álvaro Colom, expresando su profundo pesar por lo sucedido y pidiendo perdón. En Guatemala, la opinión pública ha considerado los hechos como un crimen de lesa humanidad. Se desconoce el número de víctimas sobrevivientes que podría haber en la actualidad. Hubo un médico guatemalteco que conoció los eventos, así como una mujer anciana que siendo menor de edad fue contagiada en un orfanato, quienes han rendido declaraciones públicamente.
Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.
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