Por esclavitud sexual se entiende la coacción y restricción de la libertad de personas para la realización de varias prácticas sexuales como la prostitución forzada, la esclavitud sexual individual, una esclavitud ritual, a veces asociada con prácticas religiosas tradicionales y la esclavitud que en principio no es con fines sexuales, pero donde el sexo puede ser común o permisible.
En general, la naturaleza de la esclavitud significa que el esclavo está de derecho disponible para su uso sexual y las costumbres sociales y la protección legal que limitarían las acciones de un propietario de esclavos dejan de tener efecto en este contexto.
Por ejemplo, el sexo extraconyugal entre un hombre casado y una esclava no era considerado adulterio en la mayoría de las sociedades que aceptaban la esclavitud. Las esclavas corrían el riesgo máximo de abuso y esclavitud sexual.
Las expresiones "esclavo sexual" y "esclavitud sexual consentida" son usadas a veces en BDSM un término que se refiere a un grupo con prácticas eróticas libremente consensuadas entre compañeros sexuales.
La trata de personas o el comercio de seres humanos con propósitos de esclavitud reproductiva, explotación sexual, trabajos forzados, extracción de órganos, mendicidad, utilización en guerras, constituye una de las más aberrantes realidades del siglo XXI.
Los países más desarrollados son los que detectan un mayor número de víctimas, la esclavitud sexual es la causa principal de este comercio ilegal de seres humanos y, dado que la demanda de este tipo de servicios es casi siempre masculina, las mujeres y las niñas se convierten en las principales víctimas de la trata constituyendo un abrumador 98%. Por tanto, la trata no es un crimen neutral en términos de género, sino que es un tipo de violencia de género, ejercido casi exclusivamente sobre la mujer.
Lamentablemente, la esclavitud sexual es el negocio criminal de más rápido crecimiento en el mundo, esta práctica degradante es la actividad ilegal más lucrativa después del tráfico de drogas y de armas. Cada año, al menos 20.6 millones de adultos y niños son secuestrados para ser comprados, vendidos en la industria del comercio sexual ilegal en todo el mundo.
Para poner las cosas en perspectiva, en el año 2013 Burger King reportó ventas netas de 1.15 billones de dólares, la estimación anual de ingresos para la esclavitud sexual es de 32 billones de dólares y aproximadamente 10 billones se generan solamente en Norte América.
Si puede generar entre 8 y 10 mil millones de dólares al año, las Naciones Unidas, estiman que alrededor de 2.5 millones de mujeres y niños son mantenidos bajo servidumbre sexual en un determinado momento, pero muchos expertos creen que el número real es mucho más alto.
Generalmente, cuando se comercializa con objetos, estos pueden venderse sólo una vez, en cambio, ¿cuántas veces se puede vender el cuerpo de una mujer? Algunas de ellas, son obligadas a mantener relaciones sexuales hasta 20 veces al mismo día.
Debido a su naturaleza clandestina, es difícil determinar la magnitud de la esclavitud sexual. De hecho, se estima que el número de seres humanos que son víctimas identificadas de trafficking representa sólo el 4% del número total de todas las víctimas en el mundo.
El Protocolo de Palermo define la trata como la captación, transporte, traslado, acogida o recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.
Las condiciones socioeconómicas, políticas y culturales imperantes en muchos lugares del mundo exponen de manera particular a las mujeres y las niñas al riesgo de ser víctimas de la trata.
Dos son las condiciones necesarias para la existencia de este tipo de violencia hacia la mujer: la primera es la existencia de demanda de estos servicios, y la segunda, la feminización de la pobreza.
Existe una estrecha relación entre la demanda de servicios sexuales y la trata de personas, los usuarios de la prostitución son responsables de generar la demanda que propicia la trata de personas. El demandante es el principal reclutador y el principal responsable a la hora de reducir la edad de las víctimas obligadas a prestar servicios. Quienes pagan por tener sexo, sin importar la edad, origen o situación de la víctima son iguales de responsables de la trata ya que sin ellos, no existiría la oferta. No basta sólo con penalizar a las organizaciones criminales que trafican con seres humanos y a los proxenetas, sino que hay que perseguir también a quien genera el negocio, que no son otros que los “consumidores”.
La mayor parte de las personas que viven con 1 dólar o menos al día son mujeres. La brecha de género continúa ampliándose, siendo las mujeres las más afectadas por la pobreza, causa estructural de la Trata Sexual de Mujeres. Las desigualdades económicas, junto con las desigualdades de género registradas en todas las esferas de la sociedad, empujan a las mujeres de países del tercer mundo a emigrar buscando resolver sus problemas económicos, lo cual les sitúa en una situación vulnerable ante la captación de redes.
Mientras no haya una igualdad en el acceso a los recursos y a las oportunidades por parte de hombres y mujeres, y se deje de ver a las mujeres como mercancías susceptibles de ser comercializadas o “consumidas”, la explotación sexual seguirá manteniéndose y destruyendo la vida de millones de mujeres y niñas.
Tenancingo podría ser un pueblo mexicano cualquiera, con su iglesia en el centro, sus calles de casas bajas y los caminos de tierra en los alrededores. Pero no lo es, Tenancingo, es considerada "la capital de la trata de personas".
Así la han bautizado organizaciones de ayuda a las mujeres, que advierten que, en esta localidad de apenas 10.000 habitantes, ubicada en el estado de Tlaxcala, cerca del 10% de la población se dedica al reclutamiento, explotación sexual y venta de mujeres.
Este lugar tiene una larga historia de complicidad con la explotación de mujeres. De aquí han salido las más importantes familias de proxenetas o "padrotes", como dicen los mexicanos, y según el gobierno de Estados Unidos, es el mayor foco de trata de personas en Norteamérica.
La trata se ha enraizado tanto en Tenancingo que la explotación de mujeres se ha convertido en un negocio familiar más. Y la especialidad de los padrotes de Tenancingo, su denominación de origen, es conquistar a sus víctimas.
Se han presentado casos de rapto a la salida de puestos de trabajo y escuelas, o incluso venta de mujeres en las comunidades indígenas, pero la técnica más utilizada es el “enamoramiento", los tratantes van a lugares del país altamente marginados, se presentan como comerciantes y enamoran a las mujeres. Les prometen una casa, un buen coche y todo lo que ellas nunca podrían tener. Luego las traen a Tenancingo, donde las convencen para prostituirse como única alternativa para que la familia sobreviva.
Los hombres heredan las técnicas de seducción de sus padres, las madres se encargan de preparar las bodas entre el padrote y la víctima, de convencer a las mujeres de que la prostitución es el único camino. Y de quedarse con sus hijos cuando éstas son enviadas a Ciudad de México o a alguna gran ciudad de Estados Unidos, asegurándose así de que las mujeres no escaparán a denunciar.
Muchas mujeres explotadas se niegan a reconocerse como víctimas. En otros delitos, las víctimas acuden a las autoridades y denuncian, pero ellas viven enganchadas al tratante o están amenazadas por ellos.
Frida Farrell, una ex modelo de 38 años es el actor, guionista, director y productor de la película "Selling Isobel", que cuenta la historia de una joven madre cuya vida cambia cuando un encantador extraño la invita a participar en una sesión de fotos, sólo para ser secuestrada y vendida al comercio sexual.
La historia se basa libremente en lo que le sucedió a Farrell hace 14 años, a los 24 años mientras vivía en Londres. En el año 2004, la modelo caminaba por la calle en Londres cuando fue abordada por un fotógrafo. Me dijo que iba a haber un casting y preguntó si estaba interesada, el casting fue completamente normal. Poco después, el fotógrafo llamó a Farrell y le dijo que consiguió el trabajo. Farrell volvió a la misma dirección para asumir el contrato. Farrell afirmó que una vez que la puerta estaba cerrada, el fotógrafo sacó un cuchillo de caza.
No quería que me lastimara, era un hombre grande con un cuchillo enorme, nadie me iba a escuchar en este lugar corporativo y elegante de Londres. Su captor le ofreció un vaso de leche, ella lo bebió y se desmayó. Durante tres días, los hombres aparecieron en el apartamento y la violaron mientras el fotógrafo alimentaba sus dosis de una droga desconocida. Se vio obligada a posar para fotos pornográficas en ropa interior usada.
También fue agredida sexualmente por el supuesto fotógrafo. Al tercer día tuvo su oportunidad de escapar, salió a la calle y logro ponerse a salvo. La policía informó que su captor había alquilado el apartamento con dinero en efectivo y comprado una tarjeta para usar un teléfono celular, no se logró ubicar físicamente ni aparecía en ningún registro y que las huellas dactilares no revelaban una identidad. "Selling Isobel" fue lanzada en todo el mundo el 6 de noviembre. "Vender Isobel" ha sido retitulado a "Apartamento 407."
Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.
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