El dolor emocional que sienten los padres causado por la desaparición forzada de un hijo, sin tener la certeza de que haya ocurrido su muerte, se alivia un poco con la mínima esperanza de que permanezca con vida, sin llegar a importar las condiciones en que se encuentre.
Existen dos casos emblemáticos de desapariciones de indefensos, los cuales a 5 y a 20 años de haber ocurrido, no es todavía el tiempo determinante para el olvido y los padres y demás familiares siguen presionando el sistema, para lograr una respuesta a su angustia.
La desaparición forzada de Iguala de 2014, en México, fue una serie de episodios de violencia, ocurridos entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre, en el que la policía municipal y estatal de Iguala, persiguió y atacó a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, a los cuales acusaban de haber tomado en forma ilegal unos autobuses en la terminal local. Los hechos resultaron en 9 muertos, 27 heridos y 43 estudiantes desaparecidos.
En los antecedentes del caso, se tiene que los estudiantes habían venido secuestrando autobuses y robando combustible por una semana antes de los sucesos, para tener provisto el medio de transporte a la ciudad de Mexico, y asi, poder asistir, a la conmemoración de la masacre de Tlatelolco para el 2 de Octubre de 2014. Con ese programa de adquisiciones ilegales, llegaron a Iguala y lograron un botín de 5 autobuses. En esa operación ilegal, participaron unos 100 estudiantes, de los cuales 92, tenían apenas una semana de ingreso en la escuela.
En la ciudad de Iguala se dieron dos enfrentamientos entre la policía y los estudiantes para recuperar los autobuses, también se dió la participación en contra de los estudiantes, de un grupo criminal, cuya relación con el alcalde de la ciudad, fue luego comprobada.
En esos enfrentamientos, se produjo la muerte de 9 personas entre estudiantes y otros civiles y la desaparición de 57 estudiantes, de los cuales 14 regresaron sanos y salvos a sus casas y 43 permanecieron en calidad de desaparecidos.
La búsqueda de los desaparecidos se inició inmediatamente y se centró en la localización y revisión de cadáveres en fosas comunes, se hallaron 5 fosas con 36 cadáveres y ninguno se correspondía con los 43 estudiantes desaparecidos.
Los hechos según las declaraciones del Procurador General de México, se corresponden a que la policía de Iguala con las órdenes del alcalde, entregaron a los 43 estudiantes a la policía de la población vecina de Cocula y estos a su vez los entregaron a un grupo criminal conocidos como el Cartel de los Guerreros Unidos. Según declaraciones de algunos de los integrantes del cártel que fueron capturados, 15 estudiantes murieron asfixiados y los 28 estudiantes restantes murieron a causa de un tiro en la nuca. Los cuerpos fueron incinerados en un basurero y las cenizas recolectadas y lanzadas a un río.
Esta versión ha sido cuestionada nacional e internacionalmente por los resultados tan magro de la investigación y en eso la presión de los padres ha sido determinante.
En enero de 2019, se instaló una comisión para facilitar y dar seguimiento a una nueva investigación.
Los niños de Vargas, es como se conoce al caso de la desaparición de 119 niños, con evidencias de haber sobrevivido al Desastre de Vargas en Diciembre de 1999.
El Desastre de Vargas, es la tragedia producto de un conjunto de deslaves, corrimientos de tierra e inundaciones ocurridas en las costas caribeñas de Venezuela el 15 de diciembre de 1999 y especialmente trágica para el Estado Vargas. El Desastre de Vargas, es considerado el peor desastre natural ocurrido en el país, después del terremoto de 1812. Las cifras de muertos, aunque sin carácter oficial, se calculan desde centenares hasta miles (desde 700 hasta 30000 dependiendo de la fuente) mientras que los damnificados se cuentan en decenas de miles. La organización Guinness World Records reconoce al Desastre de Vargas, como el de mayor número de muertos en un deslizamiento de lodo (highest mudslide death toll), con estimado entre 10 y 30 mil muertes.
El 15 de Diciembre de 1999, es recordado como “el día en que la montaña avanzó hasta el mar”, las fuertes lluvias de los últimos días dieron lugar a extensos deslaves y derrumbes en las laderas montañosas del Avila, que ocasionaron crecidas inmensas del caudal de los ríos.
Los ríos allí presentes, van de 2700 mts sobre el nivel del mar a 0 mts, en apenas 10 kms a lo sumo, por lo que las pendientes son muy grandes y dichos ríos con apreciables volúmenes de agua fueron capaces de arrastrar sedimentos y rocas inmensas de hasta 9 mts de diámetro, con velocidades de hasta 50 kms por hora.
En los conos de deyección de los ríos, con pendientes más suaves, se originó toda la destrucción, al acumularse los sedimentos y las rocas en esas áreas y propiciar la inundación de los asentamientos habitacionales.
No es sino hasta el 17 de Diciembre cuando se inicia el rescate de los sobrevivientes, por el aire, saliendo de primero los niños y los adultos mayores. Posteriormente, a los rescatados se le enviaban a varios refugios siendo el principal en el poliedro de la Rinconada en Caracas.
De la tragedia se contabilizaron 119 niños sobrevivientes, cuyo paradero es un misterio a casi 20 años de la tragedia. De sus paraderos no existen pistas, aunque a algunos de ellos fueron vistos en escuelas, calles, fotos e incluso en los listados de los rescatados.
Hay un caso muy promocionado de una niña que fue vista en una transmisión televisiva al lado de la primera dama de esa época, quien era la presidente de la fundación del niño, encargada del cuido y albergue de niños rescatados. La niña nunca apareció, aun cuando la propia madre efectuó innumerables intentos, que incluyeron pruebas de ADN sin éxito en dos casos con probabilidades de ser la niña extraviada y de lograr el involucramiento del Presidente Chávez, para que colaborará en su localización.
Otra madre denunció que una de sus hijas estaba en manos de una pareja de nacionalidad norteamericana.
Sin embargo, no se tiene la certeza de que todos los niños denunciados como extraviados, hayan sobrevivido al deslave, de 521 restos, solo se reconocieron 231.
Una versión más comprometedora de la acción de gobierno, con respecto el manejo inadecuado del destino de los niños, tiene que ver con el centro de acogida en la residencia presidencial a cargo de la esposa del presidente. Los niños fueron distribuidos provisionalmente, al cuidado de familias durante el tiempo de la emergencia o hasta que aparecieran sus padres o familiares y los reclamaran. Para eso se hizo un registro de la identidad del niño y las familias receptoras. Nunca se efectuó alguna devolución. El registro desapareció sin explicaciones y no hay responsables ni pistas del seguimiento.
Al pasar de los años y a casi 20 de la tragedia, las desapariciones se mantienen latentes en la memoria de sus padres y familiares.
Recopilación de la información y Estructuración por Antonio Jiménez.
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