Desde hace algunos años y de manera cada vez más frecuente, ocurre un extraño fenómeno en el que miles de personas aseguran tener claros y firmes recuerdos de cosas que, al revisar la historia oficial, no hay evidencias de que hayan ocurrido, y nunca han sido, como las recuerdan. Pareciera que esos recuerdos vinieran de una realidad alterna a la existente.
A este fenómeno se le ha denominado “El Efecto Mandela”, pues de las primeras cosas reportadas fue el claro recuerdo que tenían algunos de que Nelson Mandela había muerto en prisión, cuando la historia nos dice que salió, se convirtió en presidente de Sudáfrica, ganó el premio Nobel de la Paz y murió en 2013.
Nelson Mandela falleció el cinco de diciembre del 2013 debido a los efectos de una infección respiratoria. El deceso del primer presidente de color de Sudáfrica y uno de los principales iconos de la lucha contra el apartheid se produjo en su casa después de un prolongado período de agonía a los noventa y cinco años de edad, siendo recogido por la mayoría de principales medios de comunicación.
Sin embargo, existe una gran cantidad de personas que se sorprendieron de este hecho, afirmando que recuerdan que el expresidente sudafricano falleció en prisión e incluso declarando rememorar escenas de su funeral. No se trata de un caso aislado, sino que en otras ocasiones se ha comunicado un fenómeno semejante en el que algunas personas recuerdan cosas que en principio no han sucedido. Si bien existen numerosos casos anteriores al deceso del mandatario sudafricano, dicho fenómeno se ha denominado efecto Mandela.
El efecto Mandela es un fenómeno relacionado con la memoria que fue expuesto por primera vez por la escritora Fiona Broome en 2010. Fiona Broome, es una investigadora y apasionada de lo paranormal quien estaba convencida de que Mandela había fallecido en los años 80, sin llegar a salir de la cárcel. Broome compartió su creencia con varios conocidos y se encontró con que muchos de ellos también pensaban que Mandela estaba muerto.
La principal característica del efecto Mandela es que afecta a más de una persona. A diferencia de la “memoria falsa”, los recuerdos inexactos provocados por este fenómeno suelen ser compartidos por grandes grupos. Cabe destacar que estos individuos no tienen conexiones entre ellos y los factores emocionales son diferentes. Ese convencimiento iba más allá de recordar un dato erróneo ya que la mayoría recordaba nítidamente haber visto imágenes de la noticia en televisión, incluyendo grabaciones del funeral.
La autora, consecuente con su interés por lo paranormal, expuso una teoría que achacaba El Efecto Mandela a la existencia de mundos paralelos. Propuso una teoría basada en la física cuántica y que se refiere a esta experiencia como una "posibilidad dentro de distintas realidades paralelas".
Este tema puede desafiar tus más profundas creencias, a nivel lógico, científico y religioso, y es propenso a la falta de interés, a burlas, a descalificaciones y ataques de quienes no lo viven o no lo entienden.
Lo que pudo haber quedado sólo como una anécdota de recuerdos erróneos, si no fuera porque el número de cosas que la gente recordaba de manera diferente, fue en aumento, abarcando prácticamente cualquier aspecto de la vida. Y para 2016 dichos “Efectos Mandela”, así como la gente que se ve afectada por este fenómeno, se incrementaron de tal forma que en septiembre de 2016 ya era de atención mundial, y miles de personas estaban comentando sus experiencias y compartiendo pruebas que respaldaban sus recuerdos, evidencias de «esa otra realidad», distinta a donde estamos actualmente.
La principal característica del efecto Mandela es, precisamente, el hecho de que se tratan de recuerdos compartidos por mucha gente y no solo errores de memoria individuales. En contradicción con las teorías paranormales o paracientíficas, los psicólogos señalan que el fenómeno se basa en el funcionamiento de la memoria humana.
La explicación del efecto Mandela según la psicología pasa por tener claro que la memoria es una habilidad cognitiva que tiene lugar en nuestro cerebro y que, por lo consiguiente, tiene un gran componente subjetivo. Cuando generamos un recuerdo, activamos una red de neuronas que transfieren una información concreta a distintas partes del cerebro encargadas de almacenar información, como el hipocampo o el córtex prefrontal.
Eso significa que el nacimiento del recuerdo no está en la experiencia en sí, sino en el procesamiento mental de dicha experiencia, por lo que podemos generar recuerdos que jamás han sido realidad.
Otra de las teorías psicológicas que intenta explicar el efecto Mandela se basa en la criptomnesia. La criptomnesia es un fenómeno que se conoce como el hecho de experimentar como propia una vivencia de otra persona, o creer haber tenido una idea original y genuina, pero, en realidad, dicha idea ya existía y provenía de un recuerdo que se ha almacenado anteriormente de manera involuntaria.
Sin embargo, si algo podemos afirmar de la psicología y la mente humana es que la memoria es muy sugestionable y los recuerdos pueden ser fácilmente moldeables. Por lo tanto, las personas que han experimentado el efecto Mandela no tienen intención de mentir, simplemente intentan construir recuerdos a partir de información que no han vivido en un pasado.
Aunque algunos psicólogos relacionan ambos fenómenos, la mayoría tienda a señalar que son diferentes. Según los expertos, la criptomnesia podría ser, como mucho, una de las causas de la aparición del efecto Mandela.
Si algo ha hecho que el efecto Mandela se multiplicará han sido las redes sociales, por una parte, existen multitud de seguidores que se dedican a compartir esos falsos recuerdos en internet, buscando gente que también los tengan, y por otra parte, los foros de internet han propiciado el fomento del pensamiento conspiranoico, muchas veces asociado El Efecto Mandela.
Así, muchos consideran que esos falsos recuerdos compartidos son reales y que alguna entidad está intentando cambiarlos por diversos motivos. Esto acaba potenciando que algunos adquieran esa falsa memoria y considere que es lo real.
Según los expertos, la principal diferencia que han traído las redes sociales es la posibilidad de expansión de esos recuerdos. Antes, solo se podían compartir con gente cercana. Ahora es posible encontrar personas en todo el mundo que compartan el mismo recuerdo erróneo.
La confabulación puede ser uno de los elementos que expliquen El Efecto Mandela. Se trata de un fenómeno mediante el cual las personas completan los huecos en su memoria. Para que el recuerdo sea coherente, el cerebro rellena esos huecos de manera inconsciente, aunque siguiendo una lógica. Este fenómeno se ha estudiado en los casos de amnesia o demencia, pero no es inhabitual en personas sanas. Igualmente, suele ser frecuente en aquellos que han sufrido traumas severos y que generan falsos recuerdos para protegerse del sufrimiento sufrido.
Aunque se trata de un tema bastante controvertido, existen investigadores que defienden la posibilidad de inducir recuerdos falsos. Las evidencias presentadas por estos expertos apuntan que algunos procesos hipnóticos o basados en la sugestión pueden crear recuerdos con facilidad.
En el caso del Efecto Mandela, la inducción se produciría por la repetición de ese recuerdo falso por parte de otras personas. Al final, el sujeto podría convencerse de que lo que le cuentan es lo que ocurrió en realidad.
Otro de los Efectos Mandela más conocidos está relacionado con la santificación de Teresa de Calcuta. La monja albanesa fue canonizada en 2016, después de un proceso que duró muchos años. El recuerdo falso compartido por muchas personas confunde la fecha de canonización con la de beatificación, que se produjo en 2003. Otros, incluso, la adelantan a 1990.
El cine es una gran fuente de Efectos Mandelas, con diálogos que todo el mundo piensa que han oído pero que no aparecían en el metraje. Uno de los ejemplos más típicos es el famoso “espejito, espejito, ¿quién es la más bella del reino?” de Blancanieves, la película de Disney. Sin embargo, la frase no aparece tal cual en ningún momento del film. La malvada madrastra siempre decía “espejo mágico” y no la frase que, de alguna manera, la mayoría de la gente cree recordar.
El año 1989 es recordado, entre otras cosas, por las manifestaciones desarrolladas en China pidiendo más democracia. Una imagen en concreto se convirtió en símbolo de esas movilizaciones: un joven, de pie, plantado frente a un tanque en la plaza de Tiananmen.
El efecto Mandela hizo que mucha gente esté convencida de que el video tenía una continuación trágica. Para estos, el tanque no se detuvo y acabó arrollando al joven. Sin embargo; las imágenes demuestran que no ocurrió eso y que el tanque se detuvo. A pesar de esa prueba, aún mucha gente sigue convencida de que contempló la muerte del manifestante.
Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.
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