Tirso y Celso, eran dos baby boomers nacidos en Maracaibo a mediados del siglo XX, quienes, siendo muy dominantes en el trato con los demás, entre ellos mismos se respetaban y congeniaban.
A los progenitores de esos boomers les agradaban los nombres per se y no recalaron en sus significados, siendo Tirso, un bastón de mando que se utilizaba en los bacanales romanos como un símbolo fálico con una fuerza vital asociada a un Dios y Celso, un ser excelso, sublime y elevado.
Los boomers maracuchos les correspondían a los nombres y ellos podían considerarse como únicos e irrepetibles, creyentes en la esperanza en el futuro y en nunca rendirse.
Tirso y Celso, eran muy amantes del juego del beisbol, siendo una pasión que heredaron de sus familiares mayores, inmersos en la embriagante rivalidad de unos equipos de la liga occidental en Venezuela, conocidos como el Pastora y el Gavilanes.
Con el transcurrir del tiempo, los boomers se convirtieron en fanáticos y defensores a ultranza de diferentes equipos profesionales de las grandes ligas. El equipo favorito de Tirso, era uno de los poderosos en sus arcas y siempre podía armar un trabuco, adquiriendo del mercado de agentes libres, a excelentes jugadores, habilidosos y competentes, del más alto nivel profesional y con los más altos salarios.
Celso, por el contrario, admiraba los esfuerzos de equipos con menor pulmón financiero; dedicados a mejorar la relación costo-beneficio, con el empleo de técnicas de selección de jugadores y de predicción del comportamiento, basadas en estadísticas. Entre 30 equipos era muy fácil la selección con esas diferencias estratégicas y tácticas.
Con ambas estrategias se podía lograr la captura del banderín ya que el camino para ello resultaba largo y extenuante, por la multiplicidad de factores imponderables, que afectan el rendimiento de los equipos, por lo que nada está escrito a priori.
Tirso y Celso, también eran profesionales universitarios del sector de la principal fuente de riqueza y de trabajo de la región, la industria del petróleo, y ambos desarrollaron sus carreras en el upstream, con buena progresión jerárquica en las empresas en donde laboraron.
Las fuerzas que movían la vida de esos boomers, tanto en su pasatiempo principal como en el trabajo, se manifestaban en sistemas complejos. Ellos estaban en pleno conocimiento de que esos sistemas estaban compuestos de partes interrelacionadas, que como un conjunto exhibía propiedades y comportamientos no evidentes a partir de la suma de las partes individuales. Esto que suena inentendible, se facilita en su interpretación, si se considera a los efectos de las variables imponderables en el resultado final.
En el beisbol, esos factores imponderables pasan por lesiones y slumps ofensivos de los jugadores, aprovechamiento de la oportunidad, decisiones arbitrales y de los managers, entre muchas otras causas.
En el negocio del petróleo, los niveles esperados de la producción de los hidrocarburos, en yacimientos con características estáticas y dinámicas muy complejas, no son fáciles de predecir y demandan de una mayor atención de profesionales de las geociencias y de recursos presupuestarios adicionales. En consecuencia, la actividad se encarece y se hacen cada vez menos rentable.
Al ganar menos, las juntas directivas de las empresas operadoras, someten a constante escrutinio al rendimiento de esos negocios marginales y a quitar el apoyo a los esfuerzos profesionales en el análisis y en las acciones de mejoramiento. En una mala racha, podrían decidirse por los cambios de los cuadros gerenciales, al igual que ocurre en el beisbol con la salida de los managers.
La personalidad y el profesionalismo de Tirso y Celso, resultaron apropiados para defender sus posiciones en los dos planos, en el deportivo y en el laboral.
Antonio Jimenez.
Un sistema complejo constituido por agentes conectados, interdependientes, diversos y adaptativos; exhibe propiedades y comportamientos no evidentes, a partir de la suma de las partes individuales. La dinámica del desarrollo estan llenas de complejidades.