Aurora era una maestra jubilada, quien, ya entrada en años y en gordura, se pintaba su cabello de colores vivos para llamar la atención. Ella era militante del partido socialista del gobierno en Venezuela y formaba parte de una junta comunal, en la cual resultó elegida como una jefa de calle, a cargo de una manzana completa de casas en una urbanización en Maracaibo.
Iría era la superior jerárquica de Aurora en la junta comunal, una mujer vociferante que empleaba un lenguaje destemplado para hacerse notar e intimidar a los habitantes de la urbanización. Con esos atributos que eran considerados en la junta comunal como de un excelente don de mando, fue seleccionada como la coordinadora del comité local de alimentos y producción.
A ese comité y a su proceso, lo abreviaban como el “clap” y así se hizo tan popular, que pocos representantes del gobierno, de las juntas y del pueblo, conocían lo que significaba. El “clap” para el pueblo era un resuelve mensual alimenticio, contentivo de una bolsa que, a un costo equivalente a un dólar y medio, incluía un paquete de harina de maíz de baja calidad, un kilo de arroz picado, dos paquetes de espaguetis, un sobre de chicha en polvo, una lata de sardina y un kilo de azúcar.
Aurora con el ejercicio del cargo, cambió de su comportamiento amable a uno tiránico y adquirió un poder relativo que utilizó para la sumisión de sus vecinos. Ella efectuaba la distribución de las bolsas, favoreciendo a algunos según su propio criterio, del cual no se obviaba la segregación y otras acciones perversas.
Entre el grupo de Aurora había una familia con un hijo adolescente llamado Sheldon de Jesús, siendo bautizado así, por el fanatismo de sus padres con la serie de televisión “the big bang theory”, muy famosa en los años de mediados de la década de los 2000. En esos años, la serie podía ser vista a través de cableras en Venezuela, antes de que el país cayera en el mundo de las tinieblas en la década siguiente, en un periodo de recesión económica y crisis.
El tránsito por esas tinieblas, trajo consigo la hiperinflación entre los años 2017 y 2019 y con ella se manifestó una escasez de alimentos, que convirtió la bolsa del “clap” en oro en polvo y en el mejor instrumento de dominación de las clases más necesitadas del país.
Los alimentos en esa época no tenían un precio fijo en el mercado, sino que variaban diariamente según la tasa de cambio monetario entre el bolívar y el dólar. Entre las tasas se manejaban un dólar oficial y un dólar paralelo, siendo este último, el indicador que marcaba las transacciones diarias. Para definir el valor del dólar paralelo, se utilizaban estimados de publicaciones de internet, como la de “DólarToday”.
Sheldon de Jesús, entonces de 12 años, acudió a un abasto de la urbanización que ofrecía más variedad de alimentos que sus competidores, pero con precios de los productos, que el mismo dueño ajustaba diariamente con la tasa de cambio más alta del dólar paralelo, en una clara acción no solidaria con los vecinos. Una ocurrencia de Sheldon de Jesús fue la de bautizar el abasto como el dólar today y así con ese nombre quedó registrado popularmente.
En el abasto dólar today, trabajaba Marian, una madre soltera con varios hijos, entre los cuales destacaba un niño de 10 años, llamado Richard, quien, era muy fuerte para su edad, por estar dedicado al carreteo de pipas de aguas en una carretilla.
Marian despresaba los pollos, para la venta en partes según lo requerían los clientes. Para ese trabajo, utilizaba una mesa que daba al patio del abasto, pegada a una pared de casi tres metros de altura, que la separaba de una vereda pública.
Marian, cada vez que podía, al no estar vigilada por el dueño del abasto, lanzaba un pollo entero por encima de la pared y del otro lado lo recibía Richard, sin dejarlo caer al piso, quien, rápidamente lo llevaba a su casa para preparar el almuerzo.
En lo cotidiano de esa época de crisis, lo que las personas tenían por costumbre hacer de manera habitual, cambió radicalmente y emergió los verdaderos caracteres, ambiciones, bajezas, aspiraciones, malas crianzas, malos ejemplos y cualquier otra acción para imponerse a los demás.
Antonio Jimenez.
Los habitantes y sus particularidades en un espacio social, definen la vida cotidiana. Eso no es ajeno a la situación política, económica y cultural del contexto. En épocas de crisis, se presentan cambios drásticos entre las relaciones interpersonales