Cuentos de siempre (16): de ayer y de hoy.

El Jota M, era el nombre encubierto de un joven oficial en una incipiente marina de guerra, que luchaba por la independencia de un pequeño país suramericano, sometido a un yugo imperial. Ese oficial, era un integrante de un grupo libertario, cuyo esfuerzo, aunque truncado en varias ocasiones, fue persistente y con eso lograron la independencia definitiva de Venezuela del imperio español, tras las batallas de Carabobo en 1821 y de la naval en el lago de Maracaibo en 1823.

Ese nombre encubierto, se confundía con el de otro patriota, el Jota M2, quien, ya no tan joven ni militar, era un clérigo chileno viviendo en Venezuela. El Jota M2, en un instante único e irrepetible de su vida, se aprovechó de las circunstancias, para usar un dedo de su mano con una señal de negación, instando al pueblo a desconocer la autoridad.

El Jota M2, cuyos méritos en ese momento eran incuestionables, luego se apartó y desistió de la lucha. Él era José de Madariaga, un cura quien, visionó la salida de Vicente Emparan, un capitán general con alto talante y progresista como mandatario, quien renunció al mando, por la manifestación pacífica de rechazo del pueblo, el 19 de abril de 1810. Ese cura en ese momento, no visionó la respuesta agresiva y asesina de los reemplazantes.

Luego de Emparan, desfilaron otros trece capitanes generales en Venezuela, en un periodo de 13 años, incluyendo a un cubano como su sucesor inmediato, siendo seguido por sucesivos mandos militares despiadados, contra quienes, se libró la guerra de independencia.

El proceso libertario de Venezuela, hace más de doscientos años, transcurrió por un camino largo y dificultoso, a pesar de un inicio que auguraba ser todo lo contrario, corto y fácil.

El Jota M, encubría a José Tomas Machado Afanador, el primer hijo nacido en Venezuela, de padre y madre portugueses. Él, es el antepasado venezolano más remoto de María Corina Machado, la seleccionada en las primarias de la oposición de octubre del año 2023, como su candidata para la presidencia de Venezuela, en unas elecciones del año 2024.

José Tomas Machado Afanador, dejó impresa su firma en la constitución y otras leyes del país en 1817, luego de participar en varias batallas, muchas de ellas en el bando perdedor y de haber sido encarcelado. Por sus servicios a causa de la libertad del país, se le otorgó tierras y nombramientos, para ejercer varias veces de autoridad en una región, en honor a unos reconocimientos de honestidad, equidad y justicia, que nadie los colocó en dudas. Los restos de Machado Afanador reposan en el Panteón Nacional de Venezuela desde el 16 de diciembre de 1942.

“Tenemos ocho horas escuchando a usted describir un país muy distante del que estamos sintiendo todas las madres y mujeres venezolanas. Se ha dedicado a expropiar las propiedades de empresarios, comerciantes, pequeñas posadas, a quienes ni siquiera se les ha resarcido su propiedad. Cómo puede usted hablar de que respeta al sector privado en Venezuela, cuando se ha dedicado a expropiar, que es robar. El tiempo se les acabó, es el momento de una nueva Venezuela, acepte el debate, presidente”.

Esas palabras y no solo un dedo negando, se dirigieron a Chávez, el autoritario y todo poderoso presidente de Venezuela, en la ocasión de presentar su memoria y cuentas del año 2011, en un acto público de la asamblea nacional en enero del año 2012. La vocería es de María Corina Machado, actuando con mucha valentía para defender a sus electores. Esa valentía de aquel entonces, se mantiene en la actualidad, sin dejarse afectar, luego de perder su curul, de ser inhabilitada en varias ocasiones por decisiones amañadas y hasta soportando abusos físicos. Ella nos trae la más firme oportunidad, para cambiar el rumbo del país hacia mejores propósitos.

Sus antecesores y su propia historia, tienen suficientes argumentos para confiar en que será una lucha hasta el final.

Antonio Jimenez.