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Cuentos de siempre (10): Dieguito y su manía.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

Dieguito, logró ser un bachiller siendo menor de edad, era delgado, mediano de estatura y se comportaba como un fanfarrón para pasar de citadino. Tan pronto se graduó en un liceo en su natal Maracaibo, se trasladó a Caracas, la capital de Venezuela y en los últimos cuatro meses del año 1971, formó parte del plantel de estudiantes en la recién fundada Universidad Simón Bolívar, ubicada en las afueras del casco urbano de la ciudad.


En los días de la semana en que asistía a las clases, ocupaba mucho de su tiempo en el transporte público. Desde su casa de habitación, necesitaba de uno o de varios trasbordos de autobús y justo en el primero de ellos, con apenas 15 minutos de iniciado el trayecto, pasaba por la entrada principal de la más prestigiosa universidad pública del país.



En ese momento que observaba melancólico la entrada a la Universidad Central de Venezuela, una imaginaria espinita de enojo, se le hincaba en su cerebro y le hacía dudar de la decisión que tomó para su selección por la otra casa de estudios. Dieguito tenía una especie de manía con el uso del tiempo; ya que, según él, el tiempo era un elemento vital que con su uso y su optimización lo tendría de aliado, a sabiendas de que siendo un componente que pertenecía al pasado, implicaba al presente y también se relacionaba con lo que vendría.


Esa espinita debía ser extraída de alguna manera y por eso, Dieguito se esmeraba en aprovechar el tiempo en que permanecía sentado en los asientos de los autobuses. Entre las opciones de distracción y optimización, estaba la observación del progreso de la construcción de la infraestructura de la ciudad capital, lo que también le permitiría alardear ante sus amigos.


El paso del autobús al final de una avenida repleta de restaurantes y negocios, dejaba al descubierto el avance de un viaducto, formando parte de una nueva autopista hacia el este de la ciudad. Su elevación del piso era imponente y venia ganando terreno en frente del mejor hotel de cinco estrellas de Caracas. No lejos de allí, también avanzaba lo que sería el distribuidor vial conocido como El Ciempiés, con el cual se permitiría el empalme de varias autopistas.



Esas obras formarían lo que sería un gran sistema vial en Caracas y mientras se ejecutaban, complicaban el transito hasta colapsarlo por horas. En ese año 1971, para empeorar la situación, también se ejecutaba la demolición de unas propiedades en el centro de la ciudad, con miras a la futura construcción del Metro.


Las calles de Caracas en esos años setenta, torturaban a diario a los miles de Dieguitos y en su favor como una terapia, se transmitía por radio el programa de la Tango Tango Fox, el nombre que se le otorgaba a una avioneta, con un vuelo mañanero, desde donde se reportaba en vivo, la ubicación de los sitios de los peores congestionamientos. Los reportes del tránsito, pronto se ampliaron con otros temas más entretenidos, como para acompañar a los conductores, sumergidos en el tedio de unas inevitables colas.


La manía de Dieguito que se agravó con el paso de los días, terminó por apartarlo de su primera selección con fines universitarios y sin perder el tiempo, logró un empalme prefecto para otra carrera y en su ciudad de origen.


Para la ciudad de Caracas, se iniciaron unos estudios y planes para instalar un transporte rápido masivo, como un tren subterráneo a partir del año 1947. Eran propuestas de empresas francesas y americanas, nada de chinas, e incluían versiones a cielo abierto y subterráneas, monorriel, birriel y hasta vagones de rueda de caucho sobre pista de rodamiento de madera. La variedad de las propuestas, los cambios de gobierno, los procesos de licitación y los diferentes criterios técnicos, influyeron en que la construcción de la primera línea no se iniciaría hasta el año 1975 y la puesta en operación seria en 1983, acumulando un total de 36 años para hacer realidad la primera intención de tener un Metro.



Actualmente el servicio del Metro de Caracas, mayoritariamente subterráneo, se distribuye en seis líneas, 51 estaciones, 107 kilómetros de líneas y transporta un millón y medio de pasajeros diarios.


Una década después, en 1981, Dieguito visitó Londres y conoció el Underground, que es como se conoce su Metro, el primero del mundo, que comenzó a funcionar en 1863. Ese Metro con 274 estaciones operativas y 408 kilómetros de líneas, atiende más de 3 millones de pasajeros que lo utilizan diariamente. A pesar de llamarse Underground (subterráneo), sólo el 45% de la red transcurre bajo tierra.


Para sorpresa de Dieguito, el Underground tenía estaciones en el propio aeropuerto de Heathrow y desde el mismo día de su llegada, se inició como un usuario, hasta portando su equipaje a bordo.

 


Eso de la pérdida de tiempo, que le mortificaba tanto a Dieguito, también ocurría en los sistemas de transporte masivo y en especial en el Underground. Según sus propias estadísticas, un viajero promedio, podría perder tres días y medio al año debido a retrasos, y eso, sin considerar el tiempo normal del servicio. En un mes, más de 211 servicios tenían retrasos de más de 15 minutos.


En la actualidad, Dieguito no tiene esa manía, la edad se había encargado de todo, pero a veces en la calma de su hogar, se le ocurría leer unas noticias al respecto de la pérdida de tiempo y volvía a molestarse, como, por ejemplo, con una cifra de la factura de casi 100 horas perdidas al año, por los trancones en la ciudad de Bogotá.


Ni en Londres ni en Caracas, se ha logrado con las mejoras viales y con el transporte masivo, lograr la satisfacción de la población, en lo que respecta a la utilización de su tiempo en la calle. En Bogotá se conocerán de los ahorros de su factura, en los años próximos mientras avanza la construcción de su Metro, de manufactura china.   


Antonio Jimenez.

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5 則留言


ritarobaina
ritarobaina
2024年3月13日

El tiempo es para algunos de poca importancia, pero otros son esclavos de el . He tratado personalmente de desligarme un poco del afán del tiempo, pero creo no lo logro.

Interesante relación del sistema publico de transporte de la sempiterna Londres, la moderna Caracas y la futurista Bogota.

Engranaje ameno y apropiado de elementos dispares pero llevados a un relato con maestría.

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jonesparral
jonesparral
2024年3月11日

Considero a Dieguito! Me pongo en sus zapatos, tanto tiempo perdido en tráfico o en transporte público. Muy interesante el enlace de Dieguito con el metro de Caracas!

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Sr Jimenez
Sr Jimenez
2024年3月11日

Con la optimización del tiempo, se gestiona de forma inteligente nuestras actividades y tareas diarias. Si por factores externos imponderables, no es posible esa optimizacion, se hace necesario afrontar las consecuencias negativas.

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Gerardo Molero
Gerardo Molero
2024年3月11日

Así son las cosas, como dijera Yanes.

Cada uno de nosotros tiene su particular "manía", sin tener que ser necesariamente maníaco.

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Sr Jimenez
Sr Jimenez
2024年3月11日
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Espero que tengas ahora la manía por leer temprano este post

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