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Cuentos de ficción (27): parásitos.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

Nuri era una maestra del plantel Carmelita Morales, ubicado en la zona de Arismendi en Maracaibo, justo en frente de la estación de bomberos No 2 y al lado del cauce natural de la cañada Morillo. En esa zona existía un parque industrial y un barrio no consolidado asentado sobre terrenos invadidos.



En el plantel asistían como alumnas regulares, dos sobrinas de Nuri, unas niñas menores de 8 y 7 años de edad, quienes, no salieron ilesas de una afección muy contagiosa en el colegio, que lamentablemente no era la de un resfriado común. Esas niñas eran las hijas de mi tía Neri, quienes, muy pronto se disponían a vivir un calvario.


En una tarde al regreso del plantel, Nuri le comentó a Neri sobre una epidemia de piojos y que debía revisar exhaustivamente las cabezas de las niñas para detectar y tomar acción en contra de esos parásitos intrusos. Tan pronto conversaron de ese asunto, notaron a las dos niñas con rasquiña en la cabeza, pero Neri, su madre, pensó que les había quedado champú del baño al mediodía, antes de ir a la escuela. Al rato les revisó las cabezas y quedó paralizada, ya que estaban llenas de piojos y liendres.



Los adultos que estaban presentes en la casa al momento del asqueroso descubrimiento, de una vez comenzaron a planear estrategias de como eliminar los bichos y recomendaron que les colocaran creolina con limón, insecticidas, mata cucarachas y otras fórmulas más.


Uno de ellos, afortunadamente comentó que había observado unos puestos de venta informal en el mercado principal, que ofrecían unos potecitos, conteniendo un polvo con químicos para exclusivamente acabar con los piojos. El ahora entendía del porqué de tanta gente comprándolos y sugirió que se adquiriera el Polvo Juan, que así era como se conocía a ese pote y que se usara en las niñas, siguiendo las instrucciones de la etiqueta.


Mientras se esperaba por el siguiente día, se avanzó en la extracción de algunos piojos, utilizando un peine de metal.



Para lograr ver los piojos, colocaron una tela blanca en el piso y con la cabeza inclinada de las dos niñas, les peinaban repetidamente el cabello. Esos parásitos eran mínimos de tamaño, de color oscuro y una vez recogido de la tela los colocaban entre las dos uñas de los pulgares y los apretaban hasta que explotaran, escuchando el sonido que era perceptible.


El piojo es un parasito cuyo huésped es siempre un humano, pica e inyecta una toxina en la piel de la cabeza, antes de succionar la sangre. El rascado era fastidioso para las niñas, pero ni ellas ni los familiares, se imaginaban los terribles momentos a causa de una reacción alérgica muy grave, que las colocó al borde de la muerte.


Los químicos en el polvo resultaron demasiado tóxicos y les ocasionaron problemas para respirar, opresión de garganta, ronquera, pitos al respirar, dificultad para tragar, ronchas en la piel que les provocaba picores, enrojecimiento e inflamación y hasta desmayos.



Las niñas debieron ser internadas en un hospital para tratamientos con inyecciones de decadron y untado de leche magnesia en la piel. Los médicos tratantes recomendaron que a las niñas las cambiaran de residencia para evitar una segunda oleada de síntomas graves. La temperatura en la piel les aumentaba tanto, que solo tenían alivio si se sumergían en una bañera con agua fría.


La crisis duró más de un mes, pero allí no terminó todo, ya que las primas continuaron atrayendo piojos, hasta en la edad de la adolescencia.


Antonio Jimenez.

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2 Comments


Gerardo Molero
Gerardo Molero
Aug 08, 2023

La infección causada por los piojos es algo que no ha cedido con los años.


Actualmente sigue siendo un problema sanitario muy contagioso que sigue afectando los niños (as) de edades entre los 4 y 10 años que se contagian en las escuelas, sean éstas públicas como también privadas, independientemente de que sus padres estén atentos al aseo personal de estos infantes.


La pregunta obvia es por qué sucede y la respuesta, por supuesto también obvia es, simplemente por falta de higiene en el hogar, sobretodo en el lugar donde duermen. Son las almohadas y sus fundas donde estos "parasitos" vomunmente se alojan, siendo el cabello su lugar preferido para sobrevivir, creando un cultivo infecioso en la sangre de estos…


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Sr Jimenez
Sr Jimenez
Aug 07, 2023

La buena intención por ayudar a expulsar los parásitos en niños, podria complicar la salud con fuertes alergias, si los productos no son los apropiados.

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