En la noche del sábado, 23 de marzo del año 1968, acudí al sellado de cuadros del 5 y 6, ubicado justo a un lado de la entrada del restaurante Punto Criollo, en la Urbanización Urdaneta en Maracaibo.
Tan pronto sellé el cuadrito de 4 bolivares, entré al restaurante para comprar un helado Alfa y allí observé a Manuel, quien, estaba de pie, detrás del mostrador, frente a una caja registradora. Allí Manuel recibía de parte de los meseros, un pequeño papel cuadrado, con una orden escrita a mano y un dinero en efectivo, por el total del importe. El dinero lo guardaba en la caja y luego entregaba la orden, o bien a un cocinero a través de una ventanilla, o a un despachador del área del mostrador.
Manuel, un migrante portugués, era el dueño del restaurante y mientras efectuaba su tarea, se estaba bebiendo una cerveza Super Bock Stout negra y se comía una parte de unos callos a la madrileña, servidos en una cacerola de barro.
Se le notaba muy alegre y conversador con sus clientes, quienes, se acercaban y lo saludaban con mucho aprecio.
Le alcancé a escuchar un relato que repitió por un par de veces, “antier tomé un vuelo desde Maiquetía para retornar a Maracaibo, ese, el de Avensa, en un avión Convair 580, a las 10 de la mañana.
Yo estaba sentado al lado de una ventana y a mi costado, estaba un hombre moreno fuerte que sudaba copiosamente. Yo pensé que era por razones de salud y nervios, pero tan pronto que una aeromoza, estuvo en frente de él, repartiendo el café, se levantó y la sujetó por la espalda, colocándole un cuchillo en su garganta”.
A Manuel y que le dieron ganas de pelear para someter al tipo con unos golpes, pero, y que se contuvo. El continuó contando, que el moreno y la aeromoza caminaron a la cabina y allí se quedaron. Al rato, el capitán, les hablo por los parlantes del avión, luego de que se identificó como el capitán Eutimio. Él les informó que había sido obligado a desviar el vuelo y ahora no iba a Maracaibo, sino a Cuba, les pidió mucha calma y que más bien, elevaran una plegaria al Señor, para que todo resultara sin problemas y volvieran a la normalidad.
Principalmente en las décadas de los años 1960 y 1970, ocurrieron varios secuestros de aviones de pasajeros, mientras atendían rutas internas de Venezuela. El propósito principal de la mayoría de los secuestros, fue el de propaganda política en favor del comunismo y de Cuba, siendo en ese país en donde arribaron los aviones, refugiaron a los secuestradores y liberaron a la tripulación y a los pasajeros. Un caso extraño de voladura de un avión, con 13 muertos, la ejecutó un ruso en abril de 1960, pero no por la ideología del proletariado, sino, en venganza por el decomiso de un yate. Para las islas de Curazao y de Trinidad, también se dirigieron los secuestradores.
Manuel al ingerir una ración de los callos, comentó lo bien que sabía al gusto, esa combinación de la panza de la res, de los garbanzos y de la cerveza negra. En eso, desvió el tema de la conversación, hacia su estadía obligada en el aeropuerto José Martí en La Habana.
Unos soldados los custodiaban y les acomodaron unas colchonetas, para que descansaran por el tiempo en que estarían a disposición del gobierno cubano.
Tan pronto los soldados se enteraron de que Manuel era el propietario de un restaurante, con el mondongo entre sus especialidades, le trajeron una cocina eléctrica, algunos utensilios de cocina y los víveres suficientes, para preparar una olla de ese alimento. Tanta fue la cantidad de la panza, que el separo una parte y preparó unos callos, que se convirtieron en la delicia de los soldados. Un oficial a cargo de la tropa, le ofreció una especie de salvoconducto con garantías civiles, para quedarse a vivir en la isla, estando a cargo de los servicios de restaurante para las milicias.
El pobre Manuel pasó por más dificultades con la explicación para convencer al oficial por no aceptar esa propuesta, que, con la mortificante espera para lograr salir de Cuba.
Antonio Jimenez.
Tony: Leyéndo este nuevo cuento de ficción sobre el Reztsurant Puntp Criollo y su propietario, el Portu Manuel, vino a mi mente nuestro querido colega y gran amigo Jesús Laguna Rios, sabanetero fe la Ur. Urdaneta donde vivió muchos años (el demonio oriiginal, como el decía) y q.e.p.d, simplemente porque Jesús era un cliente muy asíduo a Punto Criollo por el buem mondongo y los cayos madrileños q allí cocinaba Manuel.
Por cierto, recuerdo una ocasión cuando estuvimos allì y me comentó Jesús que Manuel era muy atento con su clientela y de paso también "faramallero", cuya característica fue lo que lo obligó a tener que prepararle esos cayos a los militares cubanos, que por poco lo hubiesen dejado preso…
La piratería aérea es el secuestro de una aeronave por un individuo o grupo. En la mayoría de los casos, el piloto se ve obligado a volar bajo las órdenes de los secuestradores.
En un período de cinco años, entre 1968 y1972, el mundo experimentó 326 intentos de secuestro de aviones, o uno cada 5,6 días y 90 intentos de esos, estaban relacionados con Cuba.