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Cuentos cortos (41): Sí, Cuqui.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

Mi sobrino estaba conduciendo su vehículo por las calles de Maracaibo, precisamente en una hora pico del calor y del tráfico. Esos efectos combinados, le hacían cambiar de ánimo al más reposado de los mortales.



Una señora con sobrepeso, con su cabello pintado de un amarillo cálido y muy elocuente, acompañaba a mi sobrino en esa travesía y ambos se dirigían a un almacén árabe del centro de la ciudad, en donde pensaban comprar unas flores y otros artículos.


Mi sobrino en su tarea como decorador y organizador de eventos, utilizaría esos artículos en el salón de fiesta en donde se efectuaría el festejo de unos quince años. La señora, era la tía de la quinceañera, y quien, lo había contratado.


El trayecto para llegar al almacén, les tomó como tres cuartos de hora y en ese tiempo, mi sobrino recibió una misma instrucción sobre el cumplimiento de unas tareas, tres veces, cada quince minutos y con idénticas frases.



La señora Cuqui, como se llamaba su acompañante, cada vez que repetía lo mismo, le miraba fijamente a sus ojos y lo golpeaba en el brazo con su mano y con eso quedaba satisfecha, al lograr al mismo tiempo unos contactos verbales, visuales y físicos con mi sobrino.


Desde ese momento, se popularizó entre el circulo de compañeros de trabajo de mi sobrino, una frase, que decía: “Sí, Cuqui”, con la cual le alertaban a quien hablaba, de que estaba repitiendo varias veces el mismo comentario.


Es que resulta que la repetición verbal de algún tema o asunto, siempre le es molesto a la persona quien escucha, por lo que en ocasiones se genera una respuesta de mala manera, como llegó a ser con la expresión popular “deja de cantar esa canción, que pareces un disco rayado”.



Esa frase fue creada en la época vigente del disco de vinilo o de acetato, ya que la aguja no avanzaba sobre un surco o raya profunda en el disco y se quedaba detenida en un mismo punto, haciendo que sonara el mismo pequeño fragmento una y otra vez.


La repetición de la misma historia en una conversación, la usan personas que no se quedan calladas o que quieren obtener algo y piensan que con esa técnica se pueden ayudar para conseguirlo. Ese sería el motivo que tuvo la Sra. Cuqui, quien, repetía machaconamente lo que acababa de decir, por la desconfianza en no ser atendida siguiendo sus instrucciones.


En la vida laboral, es muy probable que intervengan superiores jerárquicos con lenguaje repetitivo, unos por un carácter obsesivo y otros por el afán de convertirse en el centro de atracción, contando una y otra vez sobre sus éxitos o hazañas.


Pero es en entre los ancianos en los que más ocurre la repetición de lo ya verbalizado y ello sucede por un problema en la memoria. Ellos cuentan lo mismo una y mil veces, pues olvidan que ya lo han contado o a quien se lo han dicho.


Mi sobrino al igual que muchos de nosotros, tenemos poca tolerancia y nos desagradan las repeticiones en las conversaciones, pero todos, escuchamos sin aburrimiento y sin fastidio, al repetitivo estribillo de las canciones, e inclusive lo convertimos en su parte más pegadiza.

Antonio Jimenez.

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1 Comment


Sr Jimenez
Sr Jimenez
Nov 06, 2023

La repetición de una misma frase o texto en una conversación, puede molestar a quien las escucha, a menos de que exista una condición de la salud de por medio.

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