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Calidad de gestión y gestión de la calidad en la principal Fórmula.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

Por Calidad se entiende a un conjunto de propiedades inherentes a una cosa que permite caracterizarla y valorarla con respecto a las restantes de su especie.

La Calidad es un concepto antiguo que a través del tiempo ha tenido diversas interpretaciones. A el significado anterior para referirnos a las características de un producto, se le ha agregado el concepto para calificar los procesos y la gestión de una organización.

A través de las últimas décadas, se han dado diferentes enfoques en los movimientos por la calidad. Entre los años 1960 y 1980 el enfoque dominante fue el del control de la calidad, con utilización intensiva de procesos y herramientas de estadística, principalmente en las áreas de manufactura de las empresas; en los años 1980 y 1990 se convirtió en control total de la calidad, ampliando la cobertura a todo tipo de organizaciones y a todas sus áreas y funciones; también en los años 1990, el enfoque dominante fue el de la calidad total, como una concepción de administración de las organizaciones y la inclusión de elementos de cultura para asegurar el compromiso colectivo y la sostenibilidad en los procesos de mejoramiento continuo. Hacia el final de estos movimientos, se ha logrado un acuerdo más o menos generalizado, en el sentido que "la calidad no se controla, la calidad se produce".


Me regocija mucho que haya participado con mucha determinación al logro de resultados en esa época de retos de mejoramiento continuo de los procesos en la empresa operadora de petróleo Maraven, SA  perteneciente a Petróleos de Venezuela.


Actualmente y por lo menos en los planteamientos teóricos, está claro que lo que se controla en las organizaciones son los procesos. Edward Deming, describe la calidad como "un grado predecible de uniformidad y confiabilidad a bajo costo y acorde con el mercado".


J. M. Juran, define la calidad como "aptitud para el uso". Para Philip B Crosby, la calidad significa "conformidad con los requisitos".

La Sociedad Americana para el Control de Calidad, (ASQC), considera la calidad como la totalidad de las funciones y características de un producto o servicio, dirigidas a satisfacer las necesidades de cierto usuario. Para la Organización Europea para el Control de Calidad, (EOQC), la calidad de un producto o servicio representa el grado en que se cubren las exigencias del cliente al cual va destinado y es el resultado de la calidad del diseño y la calidad de la producción.

En la actualidad, el desarrollo conceptual y metodológico de la calidad ha tenido avances muy grandes, al ampliar sus horizontes a concepciones más profundas como el Pensamiento Sistémico, el Aprendizaje Organizacional, la Gestión Integral, los Sistemas Integrados de Gestión, entre otros, y al tener desarrollos de herramientas e instrumentos que facilitan y hacen más efectiva su implementación, hacia el logro de resultados exitosos de manera sostenida y sostenible.

La clave de todo lo anterior radica en entender claramente la diferenciación entre Calidad de la Gestión y Gestión de la Calidad. Hacer gestión significa desarrollar acciones de gerencia y de liderazgo para que permanentemente se abran y se cierren brechas que conduzcan a niveles superiores de desempeño; es el concepto más amplio de manejo de una organización. Cuando hablamos de gestión, hablamos de un enfoque sistémico tanto de la gestión misma como de la organización, a la que consideramos un "organismo vivo"; hablamos de integralidad, al involucrar a todas las personas que integran la organización y/o que interactúan con ella, es decir, a los grupos sociales objetivo (clientes o usuarios, accionistas, empleados, comunidad), y todos los procesos, áreas y/o funciones de la misma.


Y es precisamente ese sistema de gestión el que debemos hacer con altos niveles de calidad, y hablamos entonces de calidad de la gestión, donde ambas palabras, calidad y gestión, tienen gran peso y significado.

De otro lado, hay necesidad de hacer gestión de los diferentes procesos, sistemas y/o funciones de la organización; por mencionar algunos, tenemos gestión comercial, gestión financiera, gestión de los recursos humanos, gestión de la tecnología, los cuales se deben soportar en instrumentos y herramientas que respondan de la mejor forma a las necesidades específicas de cada organización, y están disponibles cada vez de manera más amplia y diversa en el mercado nacional e internacional. Y para mencionarlo de manera resaltada y priorizada, se debe también hacer gestión de la calidad, la cual se orienta fundamentalmente al aseguramiento de los niveles de calidad de los productos y/o servicios; hay diferentes formas y niveles de rigor en que puede hacerse esta gestión, como por ejemplo normas ISO de la serie 9000, sistemas Seis Sigma, Teoría de Restricciones, Tableros Balanceados de Control, Manufactura Esbelta, Gerencia del Servicio, etc. Todo lo anterior debe constituir un sólo sistema, que podemos denominar un Sistema de Gestión Integral, tal vez la concepción más moderna que existe sobre los enfoques y prácticas de la calidad, aplicable a todo tipo de organizaciones, y que le ayuda a dar sentido y efectividad a la utilización de diferentes herramientas.

La Fórmula 1 o F1, es la máxima competición de automovilismo internacional y campeonato de deporte motor más popular y prestigioso del mundo.

A cada carrera se le denomina Gran Premio y el torneo que las agrupa se denomina Campeonato Mundial de Fórmula 1. La mayoría de los circuitos de carreras donde se celebran los Grandes Premios son autódromos, aunque también se utilizan circuitos construidos en las calles de las ciudades. Los automóviles utilizados son monoplazas con la última tecnología disponible, siempre limitadas por un reglamento técnico; algunas mejoras que fueron desarrolladas en la Fórmula 1 terminaron siendo utilizadas en automóviles comerciales, como el freno de disco.

El inicio de la Fórmula 1 moderna se remonta al año 1950, en el que participaron escuderías como Ferrari, Alfa Romeo y Maserati. Algunas fueron reemplazadas por otras nuevas como McLaren, Williams, Red Bull ,Renault y otras que volvieron como Mercedes que se han alzado varias veces con el Campeonato Mundial de Constructores. Las escuderías tienen que planear sus fichajes y renovación de contratos 2 o 3 carreras antes del fin de la temporada. Por su parte, los pilotos deben contar con la superlicencia de la FIA para competir, que se obtiene sobre la base de resultados en otros campeonatos.


El pasado 4 de agosto de 2019, se efectuó el Gran Premio de Hungría con una victoria del piloto inglés multi campeón Lewis Hamilton de la escudería alemana Mercedes, el segundo lugar fue para el piloto holandés Max Verstappen (Red Bull) y en tercer lugar para el piloto alemán Sebastian Vettel (Ferrari).



El triunfo de Hamilton sin desestimar la calidad del auto y sus competencias como piloto, es el producto de una acertada estrategia de cambios de neumáticos en inusuales dos paradas en la segunda mitad de la carrera. La última de ellas fue en la vuelta 48 y mereció la crítica del comentarista deportivo televisivo, por haber consumido un alto tiempo de 4.5 segundos con el auto detenido en el pit. A escasas 22 vueltas para finalizar la carrera, se le instalaron llantas de mediana dureza y esto lo dejo rezagado en mas de 20 segundos con respecto al puntero en ese entonces Verstappen. En 18 vueltas más y a solo cuatro vueltas para el final, el auto de Hamilton con mayor estabilidad y velocidad sobrepasó a su contendor, obteniendo una fácil victoria con 18 segundos de ventaja. Al final de la prueba el auto Verstappen no pudo mantener su potencia por inestabilidad debido al desgaste de sus neumáticos, lo que lo obligó a entrar a los boxes para el reemplazo de dichos neumáticos que le garantizara culminar la carrera en el segundo lugar.

La Fórmula 1 lejos de ser solo un entretenimiento para los aficionados a la competición, es una industria en donde las escuderías han optimizado sus procesos para el reemplazo de neumáticos, combustible y otras partes del auto por daños inducidos en la competencia.

Desde el primer Mundial disputado en 1950 hasta la actualidad, la evolución de los pit stops de la F1 ha sido impresionante, han pasado de durar más de un minuto en aquella época, a menos de dos segundos hoy en día. Las paradas en boxes es actualmente un ejercicio de precisión, eficacia, coordinación, velocidad y perfección de los equipos.

Durante los primeros años del Mundial de F1 en los 50, la seguridad no era una prioridad.


Los objetivos de la competición se centraban en conseguir la victoria sin pensar en los riesgos. La desorganización y la lentitud reinaban en las paradas en boxes, actividades muy pausadas y anárquicas, tanto que los pilotos se bajaban de sus autos para tomarse un vasito de agua o comer algo, mientras les cambiaban las ruedas pero solo las delanteras.

Del grupo de mecánicos solo dos se encargaban de realizar las tareas en el auto, desenroscar las tuercas de las ruedas a martillazos y empleaban un simple embudo para suplir el combustible.

No había muro de protección entre la zona del circuito y los boxes, no existía limitación de velocidad para circular por el pit lane, la medida de máximo 80 km/h se adoptó en 1994 tras la muerte de Ayrton Senna.

El punto de inflexión se dio en 1955, producto de un terrible accidente en las 24 Horas de Le Mans que se saldó con la muerte de 82 espectadores y el piloto francés del equipo Mercedes, Pierre Levegh. Su coche salió volando hasta impactar contra el público presente en una de las tribunas. Las normas de seguridad en el Motorsport pasaron a tener un peso protagónico mayor. Algunas de las innovaciones y mejoras también llegaron a las paradas en boxes. Así, se sustituyeron los rudimentarios martillos por unos extraños artefactos para fijar las tuercas de las ruedas de forma más sencilla y rápida. Esta medida, unida al incremento de personal hizo que se redujera considerablemente el tiempo en las paradas.



Poco a poco, la técnica iba avanzando, aunque todavía quedaba mucho por mejorar.

A principios de los 80, la evolución de los pit stops de Fórmula 1 fue estratosférica. El paso por los garajes adquirió una función estratégica desconocida hasta entonces en la F1. El concepto se basaba en cargar los monoplazas con el menor volumen de combustible para reducir su peso y hacerlos más rápidos. Dicha táctica les permitiría obtener el suficiente margen para entrar a cargar y volver a la pista manteniendo la ventaja sobre sus adversarios.

Hasta ese entonces el incremento de velocidad y la supremacía en la pista era con la mayor potencia de los motores y no recortando el peso de los autos. Así las cosas, las paradas dejaron de ser una simple operación de sustitución de ruedas, para convertirse en un elemento determinante en el resultado final de las carreras.

En este siglo XI, las escuderías continuaron centrando su atención en arañar segundos al crono en los pit stops. Por eso incrementaron el número de mecánicos hasta los veinte e implementaron sofisticados sistemas y nuevas herramientas, por ejemplo las pistolas con guiado láser, que han reducido por debajo de los dos segundos, el tiempo de las paradas.

La Fórmula 1 también es un banco de pruebas para desarrollar nuevas tecnologías automovilísticas aunque muchos de estos avances se quedan por el camino, la mayoría han llegado, con adaptaciones, a los automóviles de producción que conducimos habitualmente.

La fórmula 1 maneja una gran cantidad de avances electrónicos, y son tantos, que en una sola temporada se puede llegar a remodelar el coche por completo, innovando en todos sus aspectos. Los equipos invierten grandes sumas de dinero en instalaciones tecnológicas para poder diseñar los nuevos componentes; como por ejemplo el túnel de viento, en la que se pone a prueba la aerodinámica de las nuevas piezas. El tener una buena combinación de carga aerodinámica y potencia marca la diferencia.

Una parte también importante del monoplaza son los neumáticos por lo que continuamente se está investigando los componentes con los que se fabrican, para lograr más velocidad, una mayor adherencia y un menor desgaste.

Los neumáticos también se benefician directamente de la experiencia que se logra en la competición, sobre todo en términos de agarre y duración. De hecho, los neumáticos radiales nacieron para las carreras. Los neumáticos blandos, dan una mayor adherencia y velocidad al auto, pero acusan un pronto desgaste.

Diseñados para aguantar cerca de 200 kilómetros en un monoplaza, se fabrican con materiales poco pesados destinados a mejorar cada día la rigidez estructural de los mismos.


También surgieron en la F1 los neumáticos de agua, con mayor capacidad de evacuación y adherencia que los de serie. Esto contribuye a que las gomas de producción comercial sean cada vez más duraderas y seguras.

Otra pieza muy importante es el alerón (trasero y delantero) que ayuda a reducir la resistencia del viento. El más conocido es el alerón trasero móvil o DRS; un alerón que se mueve verticalmente abriéndose y cerrándose a voluntad del piloto (pulsando un botón) esto hace que el piloto pueda adelantar más fácilmente a su rival. Para crear una mayor igualdad y reducir el riesgo de accidentes la FIA (Federación Internacional de Automóviles) decretó que sólo es posible abrir el alerón en sectores delimitados del circuito, y solo si se tiene al piloto rival a menos de un segundo antes de comenzar el sector.


Y el volante, que además de controlar la dirección del auto, permite al piloto controlar las diversas funciones del coche, desde los cambios de marcha, el reparto del freno, la dirección, el diferencial, el control de tracción, hasta la mezcla de la gasolina, y una cantidad innumerable de funciones; y un conjunto de LEDs que marcan el velocímetro, la marcha, el marcador de revoluciones, estado del DRS. Debido a esto, el volante se considera una pieza clave en el auto y la más cara del mismo.


Entre los últimos avances tecnológicos de la F1, se encuentran: Los motores híbridos que se están utilizando en la F1 combinan un propulsor de combustión pequeño con baterías eléctricas, con el cual se obtiene un consumo menor de gasolina.


Esta tecnología mixta resulta más viable económicamente al sistema eléctrico puro, pero sigue siendo de alto costo.

Un equipo de F1 trabaja constantemente para desarrollar el coche más veloz y eficiente posible. En el caso de la escudería Toro Rosso, más de 450 ingenieros y técnicos trabajan de forma conjunta en la ciudad italiana de Faenza, en colaboración con Honda, que suministra a su monoplaza (auto de carreras) con un motor V6 turbo híbrido de 1.6 litros capaz de ofrecer entre 900 y 950 CV.

Desde la década de los 60, y tras 26 temporadas como equipo o proveedor de motores, Honda ha conseguido 72 Grandes Premios y seis títulos de campeonato. Algunos de los avances que ha desarrollado se han trasladado directamente a su vehículo deportivo de carretera más brioso, el Type R. Este compacto ostenta el récord de velocidad para un vehículo de tracción delantera en el célebre y difícil circuito de Nürburgring, con un tiempo de vuelta de tan solo 7 minutos y 43,8 segundos.

No obstante, no hace falta acudir a coches tan radicales para encontrar avances nacidos en la competición. En la F1, por ejemplo, nacieron los frenos de disco, diversos tipos de suspensiones, cajas de cambio automáticas y accionadas por levas. También los sistemas de recuperación de energía de frenado y componentes que se testean y que incorporan muchos utilitarios.

Para los conductores a los que no les gusta la utilización de un cambio manual, las transmisiones automáticas secuenciales supusieron toda una revolución. Los ingenieros del equipo Williams de Fórmula 1 dieron los primeros pasos de este tipo de cambios a finales de los años 60. Una tecnología utilizada de la misma forma en los monoplazas como en la calle. Cada día más demandada, permite cambios de marcha extremadamente precisos, rápidos y suaves, y con distintos parámetros de funcionamiento.

Actualmente muchos vehículos, sobre todo de alta gama, equipan sistemas de suspensión en los que se puede modificar su comportamiento y su firmeza. Tecnología que, debido al espacio y peso limitados en F1, ha permitido que los fabricantes encuentren soluciones más prácticas a la hora de fabricar sus vehículos de calle, equipados con suspensiones ligeras y compactas.

La aerodinámica también es un factor crucial en el diseño de los automóviles de Fórmula 1, al igual que ha adquirido un papel importante en los coches de calle. En un Fórmula 1 se persigue un alto coeficiente aerodinámico para evitar que despegue del suelo, con soluciones como los alerones, adoptados por coches de calle de alto rendimiento como el Type R. En un coche de calle normal, por el contrario, se busca un bajo coeficiente aerodinámico, que permite desde obtener consumos más ajustados hasta reducir la sonoridad percibida dentro del habitáculo.

Otro avance heredado por los vehículos de calle es la frenada regenerativa, que llegó de la mano del sistema KERS (Sistema de Recuperación de Energía Cinética) que este deporte adoptó hace siete años. Hoy en día ya es habitual que los coches de producción híbridos o eléctricos aprovechen la energía de la frenada para recargar sus baterías.

La mayoría de los fabricantes que participan en la Fórmula 1 intentan alzarse con el Campeonato Mundial de Constructores, un importante galardón para su reputación que luego se refleja en las ventas. Los diez equipos usan cuatro tipos distintos de motores, en cuyo desarrollo también se aprenden técnicas y se prueban materiales que luego pueden trasladarse a los coches de calle.

Mercedes-Benz monta propulsores propios y los utilizan equipos como Force India y Williams. Renault utiliza también sus propios motores y nutre a los equipos McLaren y Red Bull. Aunque para la temporada 2019, la escudería austriaca compartirá el motor Honda junto con la actual Escudería Toro Rosso. Por su parte, Ferrari, al mismo tiempo que utiliza sus motores, los provee a Haas y Sauber.

Recopilación de la información y Estructuración por Antonio Jimenez.

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