Steve McQueen, fue un famoso actor estadounidense, conocido por la popular serie de televisión Randall, el justiciero (Wanted: Dead or Alive) transmitida de 1958 a 1961.
McQueen murió de cáncer de pulmón, el 7 de noviembre de 1980, a la temprana edad de 50 años, en Ciudad Juárez, Chihuahua, México.
Se cree que su enfermedad pudo estar relacionada con la inhalación del asbesto que contenían los trajes que usaba para limpiar los cascos de los buques de la marina, mientras estuvo alistado en los Marines, por cinco años de 1947 a 1952. Y esto agravado por el uso de trajes ignífugos compuestos por asbesto, en su carrera como piloto de carreras de autos en los circuitos del Gran turismo y mundial de resistencia en la época.
Los atentados del 11 de Septiembre de 2001, que provocaron el colapso de las Torres Gemelas del World Trade Center en New York, produjeron la muerte de miles de personas en ese mismo día, y con seguridad será la causa de otras tantas muertes en los años siguientes ya que al caer las torres se liberaron al aire millones de partículas de materiales tóxicos y de asbesto.
En situaciones normales, el protocolo para demoler un edificio, exige que primero debe retirarse el asbesto, para evitar que cuando la edificación se colapse, miles de partículas salgan proyectadas al aire al producirse la demolición, posándose en todos los lugares adyacentes y haciendo que cualquier persona que frecuente el lugar las inhale.
En EE.UU, la ley prohibió el uso del asbesto o fibrocemento proyectado en el año 1975, en ése momento ya se habían construido las famosas torres gemelas. Está comprobado que dicho asbesto fue liberado en forma de partículas por todas las zonas que rodeaban el lugar donde se encontraban las torres. Es difícil saber hasta qué punto es un problema de salud pública, ya que hay varios factores para considerar como son los distintos niveles de exposición dependiendo de la zona, el alto periodo de latencia asociado a las enfermedades provocadas por la inhalación de fibras de asbesto (20-30 años) y por la presencia de otros productos tóxicos liberados durante el colapso.
Tras los atentados terroristas, el derrumbe de las Torres Gemelas, sumergió el área circundante en una nube de cenizas de material tóxico. No se conoce el contenido exacto de esa nube de polvo, pero sí de lo que se posó en el suelo, y había muchos materiales que son cancerígenos . El polvo de cemento tiene un pH de entre 10 y 11, lo que equivale a inhalar líquido para desatascar tuberías.
Al principio, las personas no usaron protección respiratoria, respiraron y se tragaron esa nube tóxica. Los efectos fueron inmediatos: dolores de pecho, tos persistente, reflujo e irritación gastrointestinal, indigestión. Con los años, la factura de los ataques del 11-S cada vez es más costosa, según el último recuento, el cáncer afectaba a 1.655 de los policías, obreros, voluntarios y funcionarios que colaboraron en la reconstrucción de la Zona Cero y a ellos se le suman los 863 bomberos y técnicos de emergencias que también sufren la enfermedad.
Los cánceres más habituales en los pacientes, son los de próstata, tiroides, leucemia y mieloma múltiple los cuales tienen que ver con la exposición a la nube tóxica. La exposición a asbestos, que se relaciona con el cáncer de pulmón puede tardar cerca de 20 años en aparecer.
El asbesto o amianto, es el nombre de un grupo de minerales metamórficos fibrosos. Están compuestos de silicatos de cadena doble. Los minerales de asbesto tienen fibras largas y resistentes que se pueden separar y son suficientemente flexibles como para ser entrelazadas y también resisten altas temperaturas.
Las excelentes propiedades que presenta el amianto (aislantes, mecánicas, químicas e ignífugas) y su relativo bajo costo, pueden explicar sus numerosas aplicaciones industriales, así como el hecho de que figure, o haya figurado durante muchos años, en la composición de muchísimos productos o acabados industriales. Además, existen numerosos yacimientos en todo el planeta y su costo de extracción es bajo.
Debido a estas características, se ha utilizado masivamente en diversos sectores: como material de construcción en tejas, baldosas, azulejos, papel o cemento; en la fabricación y reparación de automóviles, camiones y tractores (embragues, frenos, juntas o componentes de la transmisión); en la fabricación, reparación y mantenimiento de materiales ferroviarios; en la construcción naval, reparación y desguace de barcos; en la siderurgia; en el sector eléctrico (centrales térmicas y nucleares) y en diversos materiales textiles, envases o revestimientos.
Casi todas las formas de amianto son muy resistentes a los ácidos y a los álcalis y todas se descomponen a altas temperaturas (800-1000 °C) y por ello se han utilizado para la protección ignífuga de estructuras metálicas y trajes de bomberos. Se emplea en la fabricación de tuberías de presión, así como reforzante de plásticos por su gran resistencia mecánica. El crisotilo o amianto blanco, es la fibra de amianto de mayor utilización y representa el 94% de la producción mundial. La industria de fibrocemento es con mucho el principal usuario de fibras de crisotilo y representa cerca del 85% del uso total.
Las autoridades médicas demostraron que los productos relacionados con el asbesto provocan cáncer con una elevada mortalidad. Fue en 1906 en Londres (Inglaterra) cuando fue identificado el primer caso conocido de fibrosis pulmonar por asbesto, en una trabajadora de 33 años, del área de cardado de una fábrica textil. Desde 1935 se conocen los primeros trabajos que relacionan científicamente la exposición al asbesto y el cáncer de pulmón, y en 1947 se describen los mesoteliomas de pleura y peritoneo. Hoy día se reconoce que el amianto es la más conocida de las sustancias industriales relacionadas con el cáncer de pulmón.
Actualmente se tiene absoluta certeza de tres tipos de cáncer producidos por exposición al amianto: asbestosis, cáncer del pulmón y mesotelioma. No se reconoce una cantidad mínima del agente causal por debajo de la cual un expuesto pueda considerarse seguro. El cáncer de pulmón en trabajadores expuestos llega a ser hasta 10 veces más frecuente que en la población general.
El asbesto ocasiona la enfermedad cuando es inhalado. La ingestión o el contacto con la piel no son vías de ingreso demostradas como causa de enfermedad. Las fibras de amianto son de tamaño microscópico, se desprenden con facilidad, no se disuelven con agua pero se desplazan por el aire, ingresando al pulmón con cada inspiración que se haga en un ambiente contaminado.
Las fibras de asbesto pueden liberarse al aire al manipular materiales que contienen asbesto durante el uso del producto, demoliciones, mantenimiento, reparación y renovación de edificios o viviendas. En general, la exposición sucede cuando el material que contiene asbesto es perturbado de manera tal que libera partículas o fibras al aire.
Las enfermedades por la exposición al asbesto, tienen un largo tiempo de latencia (tiempo que transcurre entre la inhalación de la fibra y la aparición de la enfermedad) que puede superar los 30 años, tal cual fue el caso de McQueen. Se han elaborado curvas de seguimiento usó/enfermedad, dando como resultado que, a pesar de haber interrumpido el uso del asbesto es a los 20 o 30 años después cuando se produjo el mayor número de enfermedades.
La asbestosis es una fibrosis intersticial difusa de los pulmones, esas cicatrices en el pulmón, dificultan respirar, se presenta tos persistente y en los casos graves se produce dilatación del corazón.
Las alteraciones en la pleura, generan las llamadas placas. Las placas pleurales pueden manifestarse en trabajadores y ocasionalmente en gente que vive en áreas con altos niveles ambientales de asbesto. Los efectos de las placas pleurales sobre la respiración generalmente no son serios, pero la exposición a niveles más altos puede producir un engrosamiento de la pleura que puede restringir la respiración.
Hay dos tipos de cáncer producidos por exposición al asbesto: cáncer de pulmón y el mesotelioma. Los estudios en trabajadores sugieren también que respirar asbesto podría aumentar las posibilidades de contraer cáncer en otras partes del cuerpo (estómago, laringe, intestino, esófago, páncreas y riñones). Los síntomas habituales son: pérdida de apetito y de peso, cansancio, dolor torácico, hemoptisis o expectoración de sangre y dificultad respiratoria. Multitud de muertes por cáncer, que anteriormente se diagnosticaba sólo como debidos a cánceres de pulmón, se consideran actualmente producidas por el asbesto, pero sólo si se realiza una correcta autopsia del fallecido, por lo que las estadísticas al respecto no son del todo fiables.
El mesotelioma pulmonar es un tumor maligno primario de las superficies mesoteliales, que suele afectar a la pleura y, en un menor número de casos, al tejido que envuelve la cavidad abdominal (el peritoneo).
Para evaluar enfermedades relacionadas con la exposición al asbesto, se necesita un historial médico completo, un examen físico y pruebas de diagnóstico. La radiografía de tórax es la mejor herramienta para detectar en los pulmones cambios que resultan de la exposición al asbesto. Pruebas de la función pulmonar y sondeos computerizados en tres dimensiones del pulmón también ayudan en el diagnóstico de enfermedades relacionadas con el asbesto.
Recopilación de la información y Estructuración por Antonio Jimenez.
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