top of page

Villa miseria.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

Villa miseria proviene del nombre de una novela del escritor argentino Bernardo Verbitsky titulada “Villa Miseria también es América (1957)”. En Argentina, Villa Miseria, es el nombre que se le da a los asentamientos informales caracterizados por una densa proliferación de viviendas precarias. En la novela se describen las condiciones de vida de los migrantes internos durante la década infame de los años 1930. La expresión ya se había publicado en la prensa en esos años.

Las Villa miseria surgieron en la Argentina como consecuencia de masas de migrantes del interior del país y de países limítrofes de la Argentina, que fueron atraídas por las ventajas de empleo en Buenos Aires. En ese entonces y ahora, una Villa Miseria, se funda cuando un grupo de personas requieren de un lugar donde vivir, pero no disponen de los recursos económicos necesarios para poder adquirir una vivienda regular.


Las Villa miseria de Argentina son similares a las favelas brasileñas, las chabolas de España, los cantegriles uruguayos, las poblaciones callampas chilenas, los cerros o ranchos de Venezuela, los tugurios o precarios en costarricenses y colombianos, los pueblos jóvenes peruanos, las chacaritas paraguayas y los suburbios o guasmos ecuatorianos.

En Argentina existen más de 4200 villas, que en conjunto ocupan un total de 330 kilómetros cuadrados, una extensión mayor que toda la ciudad de Buenos Aires. Desde 1991 hasta el 2017, su población se ha multiplicado casi por cinco. De las 52 mil personas registradas en 1991, en el 2017 había contabilizadas más de 250 mil.

Este es el sector que más crece en las grandes ciudades, es un fenómeno que les es propio, aunque no exclusivo, a todas las metrópolis o megalópolis de América Latina; conocido también como “Planet slums” o “Planeta de favelas”.


En América Latina un 25%, casi cien millones de habitantes viven en condiciones límite y un alto porcentaje se concentra en las grandes ciudades. Dentro de esos porcentajes los sectores más golpeados por la pandemia del Covid-19, son aquellos que viven en villas miseria, favelas, barrios ranchos, callampas, o los distintos nombres con que se llaman a los territorios marginados y estigmatizados de nuestra América.

En los Estados Unidos y en las décadas de los años 1920 y 1930, se le dio el nombre de Hooverville, a los asentamientos irregulares construidos por las personas sin hogar durante la Gran Depresión en Estados Unidos. Tienen este nombre debido a que el Presidente de los Estados Unidos en el momento era Herbert Hoover y, supuestamente, dejó caer al país en la recesión. El nombre Hooverville también se ha utilizado para describir los campamentos que se encuentran comúnmente hoy en día en América.

La falta de vivienda estaba presente antes de la Gran Depresión, vagabundos y desempleados fueron comunes a la vista en la década de 1920, pero la crisis económica aumentó su número y los concentró en los asentamientos urbanos cercanos a los comedores populares administrados por organizaciones de caridad. Estos asentamientos se formaron a menudo en terrenos vacíos y por lo general consistían en tiendas y chabolas pequeñas. Las autoridades no reconocían oficialmente estos Hoovervilles y en ocasiones eliminaban a los ocupantes por entrar sin autorización en tierras privadas, pero eran tolerados o ignorados con frecuencia por necesidad.

Algunos de los hombres que se vieron obligados a vivir en estas condiciones poseían las habilidades de construcción y fueron capaces de construir sus casas de piedra. La mayoría de las personas, sin embargo, recurrió a la construcción de sus viviendas de madera de las cajas, cartones, trozos de metal, o cualquier otro material que estaban a su disposición. Por lo general, había una pequeña cocina, ropa de cama y un par de utensilios de cocina sencilla.

La mayoría de estos residentes desempleados de los Hoovervilles utilizaron instituciones de beneficencia pública o pidieron comida a los que tenían vivienda durante esta época. Los demócratas acuñaron otros términos, como "Hoover blanket" (periódico viejo utilizado como manta) y "Hoover flag" (un bolsillo vacío al revés).

Después de 1940 la economía se recuperó, el desempleo se redujo, y los programas de erradicación de chabolas destruirían todas las Hoovervilles. En el propio Central Park de Nueva York, decenas de familias sin hogar acamparon en el Great Lawn de Central Park que por aquel entonces era un embalse seco. También en Riverside Park de Nueva York se estableció un barrio de chabolas en la Calle 72.


El distrito de Villa El Salvador es uno de los 43 que conforman la provincia de Lima, ubicada en el departamento de Lima, en el Perú. Villa El Salvador nació como un asentamiento humano en mayo de 1971, cuando un grupo de pobladores invadió unos terrenos y luego de varios días de negociaciones con el gobierno revolucionario de Velasco Alvarado, fueron reubicados en unos arenales situados a 25 kilómetros al sur de Lima denominándose en ese entonces Pueblo Joven Villa el Salvador, el enorme e inhóspito desierto que es ocupado en menos de un mes por cien mil pobladores, casi 15 años después Villa El Salvador dejó de ser un pueblo joven y es elevado a la categoría de distrito.

En momentos en que el Perú vivía una de las crisis más graves de su historia acompañada de la violencia terrorista la población de Villa El Salvador, se movilizó para condenar la violencia en circunstancias en que el miedo parecía imponerse inevitablemente en la población, muchos habitantes y concejales fueron asesinados.

El censo del año 2017 determinó que Villa El Salvador tenía 393 mil habitantes, toda la población de Villa El Salvador es urbana y representa el 4,6% de Lima. En 1987, Villa El Salvador obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Fue concedido por ser “La práctica ejemplar para organizar un tipo de ciudad solidaria y económicamente productiva”.


El área urbana de Medellín se divide en 6 zonas, estas a su vez se dividen en comunas sumando un total de 16. Las comunas se dividen en barrios y en áreas institucionales. La ciudad tiene 275 barrios oficiales y 20 áreas institucionales. Las áreas institucionales son grandes sectores con algunas características de barrio, pero su población no es permanente y carece de viviendas, ejemplo los campus universitarios. La zona rural se divide en 5 corregimientos, estos a su vez se dividen en veredas.

La comuna 13, San Javier, es una de las comunas más alejadas del centro de la ciudad, tiene varios problemas de pobreza, desorganización territorial, inseguridad entre otras, sin embargo, tiene diferentes barrios en donde la organización, la limpieza y la seguridad son sus principales características. Los barrios altos que viven en una marginalidad aguda fueron el escenario de un conflicto militar urbano, la denominada Operación Orión, en el año 2002.

La Operación Orión fue un operativo militar entre el 16 y el 17 de octubre de 2002 que buscaba someter a grupos de milicias urbanas de las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los Comandos Armados del Pueblo (CAP). Se realizó bajo la declaratoria de Estado de Excepción. Hubo 80 civiles heridos, 17 homicidios cometidos por la Fuerza Pública, 71 personas asesinadas por los paramilitares, 12 personas torturadas, 92 desapariciones forzadas y 370 detenciones arbitrarias, según la Corporación Jurídica Libertad.



Esta operación ha sido cuestionada por las víctimas civiles que dejó un gran número de desaparecidos y ejecuciones extrajudiciales, muchas de ellas arrojadas al sitio de La Escombrera.

La Escombrera, ubicada en la comuna 13 de Medellín, es la fosa clandestina urbana más grande de América Latina. Se trata de un terreno de cerca de tres hectáreas de botaderos de materiales de construcción, utilizados por grupos armados al margen de la ley para ocultar los cuerpos de sus víctimas.


Petare es una población venezolana, capital del municipio Sucre del estado Miranda y una de las 32 parroquias del área metropolitana de Caracas. Petare en un principio fue una ciudad independiente, y después plaza dormitorio de Caracas, hasta reconocerse como incorporada al Área Metropolitana de Caracas a mediados del siglo XX, siempre con un crecimiento próspero, al estar tan cerca de la ciudad de Caracas. Hacia 1961 contaba con 177 mil habitantes, incrementándose a 557 mil en 1990 y 675 mil en el año 2000. En el año 2016, Petare contaba con una población de 1 millón 200 mil habitantes.

Petare se levanta en el extremo este de Caracas como un gigante de callejones estrechos, intrincados, oscuros, apretados entre casas improvisadas, es considerado el barrio más grande de América Latina y también uno de los más violentos.

En la capital venezolana, las tasas de homicidios más elevadas se concentran en los municipios más pobres, que son Sucre, donde está Petare, y Libertador, en el centro-oeste. En ambos municipios, las víctimas son en su mayoría hombres jóvenes y las muertes son causadas principalmente por armas de fuego.

La entrada de jóvenes a bandas delincuenciales u otros grupos armados puede explicarse desde la crisis económica del país. Un problema principal es la dificultad para obtener alimentos, que no es exclusiva de Petare sino de toda Venezuela. El sueldo mínimo que no llega a un dólar al cambio oficial, no alcanza para comprar comida importada. Un kilo de azúcar puede costar una quincena. El dinero fácil, moda, droga, estatus, poder, son las constantes por las cuales miles de jóvenes de estos barrios terminan siendo víctimas o victimarios. A falta de canales formales de educación, inclusión laboral e ingresos, las vías más expeditas para conseguir recursos son las economías ilícitas.

En medio de esta profusión de actores armados, se hace evidente uno de los problemas claves de la violencia en Petare, extensivo a otros sectores de Caracas y Venezuela: hay demasiadas armas en circulación y es demasiado fácil conseguirlas. Por un lado, el gobierno ha entregado armas a los civiles. Por el otro, las armas circulan sin control en el mercado negro y hasta algunos miembros de las autoridades estatales las venden para hacer algo de dinero.

Hay ejemplos frescos de cómo hoy las armas siguen teniendo un papel relevante en la política. Nicolás Maduro dijo que, si la Revolución Bolivariana fuese destruida, “lo que no se pudo lograr con los votos, se logrará con las armas”. Luego aseguró que el gobierno expandiría a 500 mil los milicianos armados por todo el país y finalmente con fusil en mano, dijo que repartirían 10 o 20 mil fusiles en las zonas populares para proteger la soberanía nacional. En barrios como Petare, esto se traduce en más muertos.

El gobierno no reconocido de Maduro, ha hecho operativos militarizados para enfrentar la criminalidad y la violencia, los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad del estado y las bandas duran un par de días con intercambio de disparos de armas largas y de allí se detienen sin mostrar resultados de bajas o de sometimiento al imperio de la ley. Pareciera que se arreglan tras las cámaras con un armisticio secreto.


El gobierno dejó de publicar las cifras oficiales sobre homicidios desde el 2008.


La entonces fiscal Luisa Ortega anunció en el exilio que en el año 2016 hubo 22 mil homicidios en Venezuela y que más de la mitad de las víctimas fueron jóvenes entre 15 y 30 años.


La tasa de homicidios en Venezuela en 2016 llegaba a 70 por cada 100 mil habitantes y la de Caracas, llegaba a los 90 homicidios por cada 100 mil habitantes. Venezuela es después de El Salvador el país más violento de las Américas, y Caracas es una de las capitales más violentas del mundo. Según los datos, en Petare es donde más matan gente en la capital venezolana. Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.

Enlaces

149 views0 comments

Recent Posts

See All

1953.

Comments


bottom of page