Hace 40 años, a finales del año 1981, transité por una prolongada ausencia de tres meses al hogar. En ese tiempo, asistí a dos cursos en Europa; en un primer curso de 5 semanas se atendió un intensivo de inglés en Londres y a continuación en otras 6 semanas, se cubrió un paquete de cursos técnicos en La Haya, Países Bajos. Estos últimos cursos constituían el Phase I, dentro del programa de adiestramiento de la Shell, a los cuales teníamos acceso los ingenieros de petróleo en desarrollo de la empresa Maraven. En una época, sin las facilidades de comunicación por internet y con un costo excesivo para las llamadas telefónicas, se hacía más sentida la separación del núcleo familiar, todo un reto a la valentía y determinación en la preparación profesional.
En ese año, al igual que en el presente, teníamos problemas en Venezuela con la emisión de los pasaportes, a muchos nos tocaba viajar con un pasaporte provisional en una sola hoja amarilla tipo oficio, en donde se imprimían la identificación y las visas y se dejaba un espacio en blanco que estaría reservado para los sellos de entrada y salida de los países en el extranjero. Con esa hoja amarilla, tomé un vuelo de la línea aérea KLM desde Maiquetía hasta Heathrow en Londres. En el vuelo estuve acompañado de varios colegas que viajamos con el objetivo de mejorar nuestro nivel del idioma inglés en un curso intensivo, person to person, en un prestigioso instituto en Londres.
Tan pronto salimos de migración de Heathrow, tomamos el Metro en el mismo terminal aéreo, hasta una estación muy cerca del hotel en donde pernoctaríamos por una sola noche. El metro de Londres, conocido como el London Underground, es una red de transporte publico ferroviario eléctrico que funciona tanto por encima como por debajo de tierra en la mayor parte del Gran Londres.
Es el sistema de transporte de este tipo más antiguo del mundo. Entró en funcionamiento el 10 de enero de 1863 y hoy en día existen 274 estaciones abiertas y más de 408 kilómetros de líneas activas, con más de tres millones de pasajeros que usan el metro cada día.
A partir del siguiente día de estadía en Londres, nos mudamos al Chelsea Cloisters, un edificio de apartamentos tipo suites que opera como hotel y que todavía en estos años recientes se mantiene en tales funciones. Este edificio está ubicado en el centro de la ciudad de Londres, relativamente cerca del Royal Albert Hall, del Palacio de Buckingham, de los museos de Ciencias y de Historia Natural, del Sea Life London Aquarium, etc. y de la estación del metro South Kensington a menos de 10 minutos a pie. En cuatro integrantes del grupo, yo uno de ellos, se tomó la decisión de compartir una suite con dos literas y una sala de baño para hacer rendir nuestros viáticos. La empresa otorgaba unos viáticos fijos para estadía y alimentación sin necesidad de una relación de gastos al retorno del viaje. Quedarse con los ahorros, optimizando los gastos, era una decisión que pasaba por las necesidades de cada quien.
En ese año 1981, la Gran Bretaña se hundió en la crisis económica más grave desde el fin de la segunda guerra mundial, con alta inflación y desempleo. Antes de la fecha de nuestra estadía en Londres se habían sucedido dos eventos muy importantes y totalmente antagónicos. En abril de 1981, ocurrieron violentos disturbios en Brixton, al sur de Londres, en una zona con una predominante comunidad negra. En los disturbios participaron más de 5 mil personas, resultando en 279 policías y 45 civiles heridos, con un centenar de vehículos quemados incluyendo 56 patrullas y con 150 edificios dañados con 30 de ellos quemados.
Brixton era un área de profundos problemas económico y sociales, con alto desempleo, y alta criminalidad, con viviendas carentes de servicios públicos. En este barrio, la policía no era bien recibida, se sentía como distante, debida a la actitud reaccionaria de la gente quienes argumentaban el abuso con la violencia racial. Desde hace mas de 40 años se daban en Londres las protestas con extenso daño a la infraestructura como en estos años en los países de Latinoamérica, como en Chile, Ecuador y Colombia.
En contraste con esta violencia, el 29 de julio de 1981, se efectuó una ceremonia para fomentar el amor y mejorar la afluencia turística a la ciudad, con la boda real entre Carlos de Gales y Diana Spencer. La ceremonia siguió el rito tradicional anglicano y el enlace fue ampliamente descrito como una boda de cuento de hadas y considerada la boda del siglo, un acontecimiento presenciado por una audiencia global estimada en 750 millones de personas.
Estos aspectos que impactaron Londres, los pude captar en las semanas de mi estadía desde mi perspectiva personal. El efecto de la crisis económica se notaba en la presencia de los instructores; del curso de inglés, eran unas personas cultas y conocedoras de la estructura gramatical del inglés, pero se notaba que la enseñanza del idioma no era para lo que se habían preparado en la vida. En mi opinión estaban aprovechando las pocas oportunidades de empleo disponibles o lo que se conoce como matar un tigrito. Sus vestimentas con un estilo sobrio tenían evidencias del desgaste por un uso excesivo e inclusive lo presencié en un día de paseo que aprovechábamos con los instructores para desarrollar nuestras habilidades del inglés de la calle. Una profesora joven que me acompañaba se detuvo y se arregló la posición de un cartón colocado en lo interno de su calzado. El cartón se le había rodado y no estaba tapando un hueco en la suela. La profesora actuó de forma muy natural, nada a escondidas y sin pena, eso la enalteció ante mí, y me demostró que esa gente estaba hecha para todas las circunstancias de la vida, inclusive para esos momentos de fuerte crisis económica.
En el instituto, también conocimos a una profesora de origen francés, una mujer joven muy elegante, alta y bonita, que destacaba por sobre sus colegas. Un día conocimos a su boyfriend, que para sorpresa de todos, era un colombiano paisa, residente en Inglaterra, alto, bien parecido y mujeriego, el propio latinlover. Londres era y sigue siendo un sitio muy deseado por los migrantes de todo el mundo y en especial por los procedentes de países africanos y asiáticos. Era impresionante la cantidad de personas de color, muchos de ellos en parejas de mujeres muy rubias. Esta circunstancia no era bien recibida por partidarios de la supremacía blanca y del racismo y entre ellos los más peligrosos que eran lo cabezas rapadas que formaban un grupo neonazi.
El Frente Nacional, en ingles el National Front, era y sigue siendo un partido político de extrema derecha y fascista del Reino Unido. Fundado en 1967, muy pronto en los inicios de los años 1970 se aprovechó del descontento por la migración de los sudasiáticos a la Gran Bretaña. Aumentó rápidamente su número de miembros y su perfil público se elevó a través de marchas y mítines callejeros, que terminaban en violentos enfrentamientos con manifestantes antifascistas. El NF sigue presentándose a las elecciones, aunque sin éxito. El partido defiende la opinión nacionalista étnica de que sólo los blancos deben ser ciudadanos del Reino Unido, promueve el racismo biológico y la teoría de la conspiración del genocidio blanco, pide el separatismo racial global y condena las relaciones interraciales y el mestizaje.
En el año 1981, era común las golpizas a migrantes por estos grupos radicales con la cabeza rapada. Esto fue la principal preocupación de nuestro grupo en nuestras salidas a horas de la noche. Si había que hacerlo, preferíamos utilizar taxis en vez del metro.
En Londres y en ese año 1981, también formamos parte del público pionero en presenciar la obra musical Cats en el año de su debut (11 de mayo de 1981) en el New London Theatre del West End. Esta producción original londinense se representó durante veintiún años estableciendo un nuevo récord.
Para destacar en materia de turismo también, estuvo nuestra visita al Museo Madame Tussauds en su sede central en Londres. De todas las figuras de cera, la que más me impresiono fue la de Hitler, y no por su acabado, sino porque era la única resguardada con una vitrina con vidrio de seguridad, a través del cual se dificultaba ver su interior, por el efecto opacante de los millones de escupitinas en el vidrio.
Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.
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