Relatos (25): juicios.
- Sr Jimenez
- Oct 6
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La doctora Santiesteban, una abogada peruana que se ocupaba de los asuntos legales de una empresa, se acercó sigilosamente a dos gerentes venezolanos que conversaban animadamente en el corredor de sus oficinas, ubicadas en un edificio del distrito de Miraflores, en la ciudad de Lima. A la doctora le había motivado que en esa conversación se había mencionado el nombre "Nuremberg", y por eso se les acercó algo contrariada, porque consideraba que la alegría y el gozo que mostraban esos gerentes no se correspondía con lo ocurrido en los juicios que eternizaron la ciudad alemana con ese nombre.

Los gerentes ni pensaban remotamente en ese calificado evento de la historia, ni ese era el motivo que tenían para estar alegres, ya que ellos solo estaban recordando el disfrute en una tarde hípica en el hipódromo de Monterrico, con el triunfo clásico del caballo del momento, que era un alazán de tres años registrado con el mismo nombre de Nuremberg.

Tan pronto como ese grupo aclaró sus divergentes reacciones emotivas, todos se retiraron a cumplir con las labores del día; pero en uno de ellos quedó pendiente que debía conocer de los intríngulis de los juicios de Nuremberg, aprovechándose de los conocimientos de la doctora Santiesteban.

De esos encuentros con la doctora sobre los juicios de Nuremberg, al gerente venezolano le pareció importante que no fue un proceso fugaz para salir del paso, y que a lo largo de 10 meses, a partir de noviembre de 1945, se constituyó en la acción jurídica más conveniente para demostrar la culpabilidad de los líderes que sobrevivieron a Hitler, descartando para ellos las ejecuciones sumariales que podrían haber ocultado la verdad de los hechos de la barbarie nazi en la Segunda Guerra Mundial, y más severamente para aquellos ocurridos en los campos de exterminio judíos.
Todos los audios obtenidos de los juicios quedaron registrados para la posteridad, siendo grabados en más de 2000 discos de pasta, aportando como se esperaba los testimonios más atroces indicativos de la culpabilidad. A los delitos nazis los clasificaron por renglones, en los cuales incluyeron crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, y en todos ellos se comprobó la existencia de un plan de conspiración con la participación de quienes secundaban a Hitler. De los acusados, doce fueron condenados a muerte, siete a prisión, tres fueron absueltos y cuatro se suicidaron.

La conversación entre la doctora y el gerente venezolano intempestivamente cambió del interés sobre los aspectos generales de los juicios de Nuremberg a ubicar algunas similitudes para aplicación en juicios contra hechos punibles de los líderes y cooperadores de los regímenes de Venezuela en lo corrido del siglo XXI.
El éxito de los nazis en imponerse como gobierno estuvo en las técnicas doctrinales para considerar a los alemanes como una raza superior, repotenciada por un medio propagandístico que alineó a la población con una utopía agradable de un futuro esplendoroso para el país, instando a que se ignorase los abusos, como con el holocausto judío y se favoreciera a la política agresiva para expandirse y conquistar el mundo.
En el caso de Venezuela, con las técnicas doctrinales populistas lograron el apoyo de las masas a través de una utopía también agradable para un mejor futuro del país, y con un medio propagandístico alienante, esas masas populares también apoyaron una política agresiva de rompimiento de todo lo establecido, inculcando todos los poderes del estado, incluido el militar, y cambiando convenientemente la constitución para perpetuarse en el poder y vaciar el tesoro de la nación para el uso personal de unos pocos.
Lo que más aterra de esa similitud es lo que ocurrió justo antes del final, recrudeciendo la destrucción y los abusos como última opción, reacios a negociar una rendición. En el año 1945, Hitler y sus más cercanos colaboradores optaron por el suicidio antes de entregarse y en el año 2025 en Venezuela se está pendiente por dilucidar ese asunto
Los juicios de Caracas, que bien podría ser el nombre de un proceso en contra de los crímenes de los regímenes de Chávez y Maduro, están en la mente y en el corazón de muchos para que la justicia alcance a los culpables de la destrucción del país y de los terribles abusos humanos cometidos a sus opositores. La justicia llegó en Nuremberg, y llegará en Caracas.
Antonio Jimenez.
Al leer tu relato, no puedo evitar pensar en lo que hoy ocurre en Gaza. Es realmente desgarrador. Ninguna razón en el mundo puede justificar la masacre de una población, sin importar de qué lado de la historia se encuentre. Como bien señalas, los juicios de Núremberg nos dejaron una lección imborrable sobre cómo debe enfrentarse a quienes abusan del poder para cometer crímenes contra los más indefensos.
Existen delitos atroces que nunca deberían quedar impunes. El poder es efímero y nunca debe ser utilizado para someter a poblaciones enteras.
Los juicios de Nuremberg dejaron un legado de cómo proceder en contra de quienes abusan del poder para cometer crímenes sobre los indefensos.