“Va mi espada en prenda, voy por ella”. Guadalupe Victoria, primer presidente y benemérito de la patria, México.
La espada es el instrumento reservado al caballero defensor de las fuerzas de la luz contra las tinieblas. En un sentido primario, es un símbolo de la herida y del poder herir y por ello un símbolo de la libertad y de la fuerza. En la alquimia simboliza el fuego purificador y en la mitología griega es el símbolo de la suprema espiritualización.
La espada de Bolívar es un objeto mítico que todos quisieran tocar por haber sido empuñada por el Libertador de 5 naciones, es un símbolo de lucha y revolución y su magia proviene del efecto de una conexión con los momentos de gloria de la independencia y transfigura a aquel que la sostenga.
En la carrera militar de Bolívar debieron existir decenas de espadas de su propiedad, algunas de las cuales pudo haber perdido y otras cuantas, obsequiado.
Según los pocos escritos de la época, existen 6 espadas originales de Bolívar de las cuales se tiene algún tipo de registro. Una espada le fue regalada en Lima, Perú, según Las Memorias del General O’Leary. Dos espadas más aparecieron publicadas en 1883 en El Papel Periódico Ilustrado de Bogotá. Una cuarta espada se encuentra en Bogotá, y es famosa por haber sido sustraída de la Quinta de Bolívar en los años setenta por el comando guerrillero del M-19. Una quinta espada fue la que le regaló Bolívar al general Páez en 1826 y éste la entregó 40 años después al arzobispo de Caracas para rendirle homenaje al libertador. Finalmente hay una sexta espada en la Quinta de Los Libertadores en Perú, obsequiada por el presidente Petión de Haití. En la Quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta, existe una réplica de la espada de Lima.
La hoja de la espada regalada en Lima según el General O’Leary, tiene las siguientes inscripciones: “Simón Bolívar, Unión y Libertad” en una cara, y en la otra cara “Libertador de Colombia y el Perú, Chungapoma me fecit en Lima 1825”. Chungapoma fue el orfebre de la espada. En 1833, las hermanas y sobrinos del Libertador, dividieron las prendas y joyas de Bolívar, tocándole esta espada a su hermana doña Juana Bolívar, de quien pasó después de su muerte a manos de las familias Briceño Palacio y Amestoy Palacio. Esta espada se expuso el 28 de octubre de 1872 en Caracas, junto con los demás objetos preciosos del Libertador. En 1889, durante el gobierno del Doctor Rojas Paul en Venezuela, se adquirió esta espada de las familias Briceño Palacio y Amestoy Palacio y se destinó al museo de Bolívar en Caracas, en donde se encuentra.
La segunda espada fue regalada por Bolívar al señor D. Rafael Arboleda, junto con una carta fechada el 29 de diciembre de 1829 en donde se establece que fue utilizada en la campaña del Sur de Colombia en el año de 1822.
La tercera espada fue regalada por Bolívar al General Rafael Urdaneta, quien la obsequió al General Francisco Urdaneta; de éste pasó a su hijo el coronel Manuel Urdaneta, quien la dejó como recuerdo al señor General Carlos Urdaneta.
La cuarta espada, se hizo famosa al ser sustraída de la casa-museo Quinta de Bolívar en la ciudad de Bogotá, por el desaparecido grupo guerrillero de Colombia, M-19, el 17 de enero del año 1974. La historia de esta espada es más complicada, pues no hay registro o algún tipo de certificación que la confirme como propiedad del libertador. La espada fue inventariada por el gobierno de Colombia en 1924. El gran misticismo y la fama que creció alrededor de esta espada, se debe más al tiempo que estuvo desaparecida, 17 años, y a la incertidumbre de poderla recuperar. Dónde estuvo oculta y quienes la custodiaban fueron los secretos mejor guardados de esa organización insurgente. El sigilo con el que se manejó siempre este asunto fue uno de los factores que alimentó el mito alrededor de ella.
En una versión, se cree que la espada fue llevada a Cuba en 1980, el mismo año en que el grupo guerrillero realizó la toma de la embajada de la República Dominicana. En 1986 se creó la "orden de los guardianes de la espada", para aquellas personas que simpatizaban con el M-19 y en el que se incluía al líder cubano Fidel Castro, el líder panameño Omar Torrijos y a las madres de la Plaza de Mayo de Argentina. En otra versión y según testimonio de Jhon Jairo Velásquez alias Popeye, recientemente fallecido y quien fue el jefe de sicarios del Cartel de Medellín, la espada fue entregada por el M-19 a Pablo Escobar, antes del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla en 1984 y de la Toma del Palacio de Justicia en 1985.
La espada fue devuelta por el entonces ex comandante del M-19 desmovilizado Antonio Navarro Wolff, el 31 de enero de 1991, en una ceremonia en la Quinta de Bolívar en Bogotá.
Después de recibida, el gobierno colombiano guardó la espada en un depósito del Banco de la República, donde permanece hasta la fecha. La devolución de la espada en 1991, coincide con el año de la entrega voluntaria de Pablo Escobar al Gobierno de Colombia. El M-19 se desmovilizó en 1990, lo que pone en duda la versión oficial de que la espada estaba en Cuba.
El Libertador Bolívar obsequio en 1827 la quinta espada de los registros, al general José Antonio Páez, como un símbolo de reconciliación, para evitar la intención de Páez de separar Venezuela de la Gran Colombia. Páez en el año de 1866, retorno la espada al arzobispo de Caracas, para que fuese colocada sobre la tumba del Libertador.
La sexta espada de los registros, fue un obsequio del presidente Petión de Haití a el Libertador Bolívar, quien a su vez, se la obsequió al general venezolano Jacinto Lara por destacarse en las batallas de Junín y Ayacucho. Al abandonar el Perú, el general Lara se la obsequió al coronel venezolano Pedro Guas, quien era teniente coronel en Ayacucho y cuyo nombre figura en el cuadro oficial de los combatientes de aquella célebre batalla.
La espada pasó luego a poder del coronel Juan Rubina y luego al Conde Don José Carillo y Albornoz, quien la incorporó a su museo en la Calle la Presa No. 685 en Lima, el 3 de octubre de 1867. A su muerte, pasó a manos de su bisnieta, señorita Adelaida Schmidt, quien se casó con el Cónsul general honorario de Haití en Lima, don Víctor Kiefer Marchand, y ambos la obsequiaron al Senado de la República Peruana, en la persona de su presidente Don Roberto Leguía, el 1° de agosto de 1927. Esta espada se encuentra actualmente en la “Quinta de Los Libertadores”, en el Palacio de la Magdalena, Museo Nacional de Historia del Perú.
En Venezuela y en la década de los cincuenta, se comenzó a otorgar en un acto especial, unas réplicas de la espada de Bolívar a los oficiales que alcanzaban el grado de General de Brigada y Contralmirante, como un símbolo de liderazgo y don de mando. Por esta resolución y en la actualidad, un contingente exagerado de más de 2500 generales en las fuerzas armadas venezolanas, debe tener su réplica de la espada de Bolívar. Solo a manera de comparación, el ejército de los Estados Unidos cuenta con 900 generales.
Desde el año 1999, las réplicas también se han venido otorgando por decisión arbitraria de los presidentes de Venezuela, a personas que, en su mayoría, han sido cuestionados por la comunidad internacional por sus desmanes como gobernantes, generalmente, por su afán de perpetuarse en el poder, violación de los derechos humanos e incluso, en algunos casos, autoría o responsabilidad en crímenes de lesa humanidad. Mandatarios de Haití, Chile, Brasil, Ecuador, Bolivia, Argelia, Indonesia, Irán, Nigeria, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Irak y Kuwait, entre otros, han recibido réplicas de la espada. Pero las entregas más polémicas han sido las hechas a los presidentes Robert Mugabe (Zimbabue), Raúl Castro (Cuba) y Muammar Gadafi (Libia).
A Evo Morales le robaron la réplica de la espada de Bolívar que le regaló Chávez, “Era linda la espada, estaba en mi cuarto, después de unos tres años reviso y el estuche estaba vacío. Me robaron. Después Hugo me regaló otra”, así lo contó Morales alegremente y sin ningún sentido de la realidad de este símbolo, en un libro autobiográfico.
Chávez había entregado a Putin la réplica de la espada de Bolívar, cuando visitaron el buque escuela del país europeo Kruzenshtern, anclado en el puerto de La Guaira, estado de Vargas, en abril del año 2010. Existe información de que esta réplica fue devuelta por Putin en el año 2015.
La espada de Bolívar corre libre por el mundo; "está dignificada", señaló el entonces canciller Nicolás Maduro, durante la comparecencia de los ministros en la Asamblea Nacional, en torno a una petición que realizara un diputado de la oposición, sobre quitarle al líder libio Gadafi una réplica de la espada del Libertador que le fue otorgada en Venezuela.
Maduro recordó que Gadafi reunificó Libia en una sola nación y recuperó los recursos naturales de los pueblos del sur. El ayudó a consolidar organizaciones vitales que luchaban por la independencia económica de los pueblos del sur, ha sido vital para la Organización de Países Exportadores de Petróleo, ha jugado un papel fundamental en la consolidación del Movimiento de los Países No Alineados y su participación fue decisiva en la construcción de la Liga Árabe. Argumentos como este, han sido utilizados por Chávez y Maduro, para entregar réplicas de la espada del Libertador Simón Bolívar, desvirtuando la esencia del significado de la espada y el alto valor que le confirió Bolívar como símbolo de la libertad.
Rubén Limardo quien ganó medalla de oro en el torneo de espada de los Juegos Olímpicos de Londres-2012, fue distinguido por Chávez con una réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar.
Nicolás Maduro como sucesor de Chávez entregó las réplicas de la espada del Libertador Simón Bolívar a varios de los funcionarios de su régimen sancionados por los Estados Unidos y que fueron incluidos en la lista del tesoro. “La mayor demostración del fracaso del imperialismo y sus lacayos aquí (en Venezuela) son las pretendidas sanciones. Las sanciones representan una victoria del Estado venezolano”.
La réplica de la espada también fue entregada a los habitantes del municipio Cárdenas del estado Táchira. “Entregándoles a ellos y ellas, se lo entregó a toda la Venezuela heroica”, asimismo se entregó una réplica de la espada a funcionarios de Corpoelec por su labor para restituir el servicio eléctrico tras el supuesto sabotaje de marzo de 2019.
La falta de respeto y consideración en su máxima expresión se vivió el día en que el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, fue condecorado como uno de los héroes que participó en la Batalla de Los Puentes, tomada por ellos, como una victoria popular en contra del imperialismo norteamericano que se gestó el 23 de febrero de 2019, en la frontera colombo venezolana, en donde se pretendió llevar a cabo acciones desestabilizadoras para sacar del poder a Nicolás Maduro, con el pretexto de ingresar un cargamento de medicinas y alimentos como "ayuda humanitaria" a Venezuela.
Cabello recibió una réplica de la espada de Bolívar de manos de Freddy Bernal, un funcionario de segunda, nombrado defensor del estado fronterizo de Táchira.
Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.
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