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Extra innings oscuros del béisbol.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

El béisbol, ​es un deporte jugado entre dos equipos de nueve jugadores cada uno, para lo cual se utiliza un gran campo cubierto completamente por césped natural o artificial, con la excepción de una zona llamada línea del corredor y la zona del área del lanzador, que son de tierra.

Los dos equipos se turnan durante nueve entradas o innings, estando uno a la ofensiva con los jugadores que por turnos se disponen a golpear una pelota con un bate (batear), mientras el otro equipo está a la defensiva, cubriendo las bases y los jardines. En el equipo defensivo está lo que se conoce como la “batería” la cual está constituida por un lanzador y un receptor de una pelota con un diseño único para este deporte, la que intentan batear del equipo ofensivo. La duración de cada entrada a la ofensiva lo determina que se den 3 bateadores fuera (outs).

Existen varias posibilidades de juego de las cuales las más comunes que sucedan, son: que el bateador quede fuera al no lograr golpear la pelota por tres veces y que esta caiga en una zona del receptor marcada como buena o strike. En compensación, el juego permite que, si la pelota cae cuatro veces en una zona del receptor marcada como mala, el bateador accede gratis a la primera base.

Otra posibilidad es que la pelota bateada sea capturada en el campo, o bien de aire sin tocar el suelo, o bien que sea capturada después de tocar el suelo pero que sea lanzada a la base antes de que llegue cualquier corredor ofensivo en el campo, incluyendo el bateador.


La mejor de las posibilidades para el bateador es que la pelota salte la barda (homerun) o caiga al terreno sin ser capturada y el corredor ofensivo que esté en el campo alcance las bases, con la mira en la mayor cantidad de bases posibles hasta dar la vuelta desde donde se bateó (home), lo cual se llama carrera.

El equipo que anote más carreras al cabo de las nueve entradas (innings) que dura el encuentro, es el que resulta ganador. Si al término de las nueve entradas regulares persiste un marcador igualado en carreras, el encuentro se extiende cuanto sea necesario (extra innings) para que haya un ganador, ya que según las reglas básicas del juego no existe el empate, permitido solo en ligas amateurs e infantiles para limitar el desgaste de los jugadores.

El béisbol es considerado uno de los deportes más populares en los Estados Unidos, México, Corea del Sur, Cuba, Curazao, Japón, Nicaragua, Países Bajos, Panamá, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela, también no es tan popular pero con una cantidad importante en el número de aficionados en Australia, Sudáfrica, Colombia e Italia. Los países considerados potencias de este deporte se encuentran concentrados en América (Norte, Central, Caribe) y en Asia.

Las Grandes Ligas de Béisbol son una organización profesional de béisbol y la más antiguas de las ligas mayores profesionales deportivas en los Estados Unidos y Canadá.



Está conformada por 30 equipos (29 en los Estados Unidos y uno en Canadá) que juegan 15 en la Liga Nacional (NL) y 15 en la Liga Americana (AL). La organización también supervisa las Ligas Menores de Béisbol, formada por 256 equipos afiliadas con los equipos de las ligas mayores.


Los equipos juegan 162 partidos por cada temporada y cinco equipos de cada liga avanzan a un campeonato de postemporada, el cual culmina con la Serie Mundial, que consiste en una serie de campeonato de siete juegos entre el campeón de cada liga que se efectúan desde 1903. El béisbol es transmitido por radio, televisión y por Internet. Las Grandes Ligas tienen la más alta asistencia de público para una liga deportiva en el mundo con más de 69.6 millones de espectadores en el año 2018.

No todo ha sido claro con el béisbol, algunas entradas oscuras se han presentado en su historia de éxitos como deporte masivo; sin embargo, ha logrado vencer las dificultades.

El béisbol sobrevivió a la conspiración del arreglo de la Serie Mundial de 1919 (Escándalo de los Medias Negras) y emergió en popularidad en la década de 1920, sin importar las crisis severas como la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.


Un corto tiempo después de la guerra, Jackie Robinson rompió la barrera del color en las Ligas Mayores, cuando fue contratado por Brooklyn Dodgers. Entre los años 1950 y 1960 se dio la expansión, entre 1970 y 1980 aparecieron nuevos estadios y sus superficies artificiales (pasto sintético).


Los largos batazos dominaron el juego durante los años 1990 y se inició la polémica sobre el uso de esteroides, a mitad de los años 2000 en una investigación conocida como Reporte Mitchell, quedaron implicados muchos jugadores en el uso de sustancias prohibidas para mejorar su desempeño, encontrando un jugador en cada equipo con dopaje positivo. La última controversia en el 2019 tiene que ver con el uso de la tecnología en el robo de las señas del equipo defensivo.

El Escándalo de los Medias Negras se conoce a los sucesos que tuvieron lugar en 1919 relacionados con la Serie Mundial del Béisbol de ese año. El nombre Medias Negras también se usa para referirse al equipo de los Chicago White Sox.


Ocho miembros de este equipo fueron expulsados de por vida del béisbol de las Grandes Ligas por perder intencionalmente la serie final de esa temporada frente a los Cincinnati Reds.


La conspiración fue una idea original del jugador de primera base de los White Sox, quién tenía vínculos de larga duración con el submundo de las apuestas ilícitas. Este jugador reclutó a varios de sus compañeros de equipo para implementar el arreglo. Incluso antes del inicio de la Serie Mundial corrieron rumores respecto al arreglo de la misma, habiendo los apostadores iniciado fuertes apuestas a favor de los Reds, considerado el equipo más débil.


Los Sox perdieron el octavo y definitivo juego ante los Reds, bajo amenazas de los corredores de apuestas. Durante la temporada de 1920, el rumor del arreglo de la serie acompañó a las sospechas de corrupción que se cernían sobre varios clubes. En septiembre de 1920, un Gran jurado de Chicago fue convocado para esclarecer el caso y dos jugadores admitieron haber recibido dinero para perder la Serie Mundial. El equipo suspendió a los siete jugadores que aún permanecían en el equipo; sin embargo, todos los jugadores fueron absueltos en el juicio.


El daño hecho a la credibilidad del deporte, conocido como el "pasatiempo nacional" en los Estados Unidos, forzó a los dueños de equipos a la creación de la Oficina del Comisionado del béisbol de las Grandes Ligas, quien dictó su propia sentencia:


“Independientemente del veredicto del jurado, un jugador que arregle un juego de pelota, un jugador que acometa o se comprometa a arreglar un juego de pelota, un jugador que se sienta en confianza con un montón de apostadores y jugadores corruptos, donde los medios de arreglar un juego se discutan y no acuda con prontitud a denunciar a su club sobre este arreglo, nunca jugará béisbol profesional”.


Con dicha declaración, los ocho jugadores de los Sox implicados en el escándalo fueron expulsados de por vida de las mayores.


Pete Rose es un beisbolista retirado estadounidense y uno de los mejores bateadores en la historia de las Grandes Ligas. Posee el récord de más hits (4256), entre algunos logrados a través de su carrera, ya que es líder en más participaciones en juegos (3562), y más turnos al bate (14053).


Se caracterizaba por su agresiva forma de jugar. Alcanzo quince temporadas consecutivas con average ofensivo arriba de 300. En ese periodo ganó tres títulos de bateo (1968, 1969 y 1973). Su actividad como jugador cesó en 1986 y continuó como mánager logrando cuatro segundos lugares divisionales para los Reds desde 1985. En 1989 Rose fue acusado de involucrarse en apuestas que eventualmente perjudicarían los resultados de su equipo.


El 24 de agosto de ese año, después de una lucha legal, el Comisionado de las grandes ligas y Pete Rose llegaron a un acuerdo en el que la organización no seguiría con las investigaciones, pero Rose sería alejado de la actividad del béisbol. Los problemas legales de Rose continuarían, pues el siguiente año fue sentenciado a prisión por cinco meses por evasión de impuestos. Rose ha admitido estar involucrado en las apuestas, negando haberlo hecho en contra de su equipo. El debate sobre el perdón de parte de la organización de las Grandes Ligas y su reinstalación y potencial ingreso al Salón de la Fama continúa hasta el día de hoy.



Bates, guantes, cascos, gorras, hits, jonrones… y esteroides. Estos aspectos son “normales” en el beisbol de las Grandes Ligas, el último de ellos por desgracia, pero quizá tan común como ver cualquier pitcheo.


En el año 2007 salió a la luz el llamado “Informe Mitchell”, una investigación realizada por el senador estadounidense George Mitchell. Ahí se revelaron nombres que, de acuerdo a sus informes, habrían consumido sustancias para mejorar el rendimiento. Sin embargo, ese reporte llegó muy tarde y solo lo hizo para ponerle cara a los culpables, pues ese era un hecho que ya se conocía.


Un total de 89 jugadores fueron señalados por el senador Mitchell, pero dos años antes, fue el beisbolista José Canseco quien hizo reventar la bomba llamada dopaje con su libro Juiced, en el cual reconoció haber consumido esteroides junto a otros compañeros de equipo, además de asegurar que el 85% de los jugadores lo hacía, causando un revuelo a nivel mundial.


El tema del dopaje en las Grandes Ligas comenzó a tratarse desde 1991, cuando el uso de esteroides fue prohibido a menos de que hubiera una receta médica de por medio, aunque en ese momento la asociación de beisbolistas se negó a las pruebas. En el año 2002, hubo un acuerdo entre jugadores y dueños para aceptar el control antidopaje y no fue sino hasta el año 2004 cuando se comenzó a aplicar sanciones.


Después vendría el libro de Canseco y así, cuando llegó el 2007, el tema del uso de sustancias prohibidas ya se había tratado, por lo que el Informe Mitchell solo sirvió para comenzar las pesquisas serias y poner los nombres de jugadores (sin darles el beneficio de réplica), basadas en artículos de prensa, confesiones de jugadores retirados y el testimonio de informantes que aceptaron hablar para evitar condenas o enjuiciamientos por distribución de esteroides.



Todos los que trabajaron en el béisbol en las últimas dos décadas, comisionados, directivos de los equipos, la asociación de jugadores y los jugadores, son responsables hasta cierto punto por la era de los esteroides, apunta la investigación del 2007.


Si bien los grandes señalados son los jugadores, junto a ellos hubo alguien que les suministró la droga, quien se las aplicó y, por supuesto, quien mantuvo el silencio, haciendo de este uno de los casos más vergonzosos que el béisbol haya sufrido. El fantasma del uso de esteroides en el beisbol norteamericano no ha dejado de rondar los diamantes, pues hasta el presente siguen apareciendo peloteros que usaron sustancias prohibidas.


Quizá ya no es una exposición tan mediática como 12 años atrás, en el que el tema estaba en boca de todos. Sin duda parece que erradicar este problema pasa por endurecer las sanciones, como son los casos de Barry Bonds y Roger Clemens.


Bonds fue investigado por el posible uso de esteroides y otras sustancias para mejorar su rendimiento durante su carrera en las Grandes Ligas y enfrentaba la posibilidad de que sus récords fueran cuestionados o anulados, además de no ser tomado en cuenta para ingresar al Salón de la Fama del Béisbol. Sin embargo, el 21 de julio de 2015, el Departamento de Justicia de Estados Unidos decidió cerrar el caso contra el pelotero. ​


Barry Bonds tiene el récord de homeruns en una sola temporada, con 73 en 2001, y posee el récord absoluto de homeruns bateados de por vida con 762.


Clemens es un lanzador, ganador de siete (7) premios Cy Young (1986, 1987, 1991, 1997, 1998 y 2001 en la Liga Americana y 2004 en la Liga Nacional) y miembro de MLB All-Century en 1999, en la que se le consideraba entre los mejores pitchers del siglo.


Los dos presuntos usuarios de esteroides ingresarán a su noveno año en la boleta del Salón de la Fama del Béisbol cuando comience la votación para la clase de 2021, y la votación ha sido cruel para ellos en los últimos años. Si bien ambos jugadores eran talentos claros y lejanos del Salón de la Fama, los susurros del uso de esteroides han nublado sus legados y podrían sacarlos por completo del Salón de la Fama.

Tratar de adivinar las señas en los lanzamientos es algo normal en el béisbol, pero el uso de la tecnología está prohibido. El escándalo del robo de señales en las Grandes Ligas lo tiene todo: una conspiración amplia y difícil de manejar, sabotaje de monitores de vídeo secretos, mensajes de texto ocultos, amenazas veladas contra soplones y reclamos de que el castigo no es lo suficientemente duro.


También tiene soluciones obvias que podrían haberse implementado hace mucho tiempo si el deporte no estuviera tan atado a sus tradiciones.


Una introducción rápida para los no fanáticos: supongamos que el juego no es béisbol sino póker. Los jugadores profesionales de póker estudian constantemente las caras de sus oponentes en busca de avisos: los pequeños cambios en la expresión que revelan si éste acaba de obtener un par de ases o si está blofeando.


Ahora supongamos que uno de los jugadores tiene escondido en su bolsillo un dispositivo que está conectado a una cámara en sus lentes y lee las instrucciones automáticamente. Aunque podría decirse que está haciendo lo mismo que todos los demás, el hecho de que la tecnología lo esté ayudando nos lleva a la conclusión de que está haciendo trampa.


Eso es de lo que el equipo de los Astros de Houston está acusado. Robar señales es tan antiguo como el béisbol: el receptor usa señales de sus manos para indicarle al lanzador qué lanzamiento hacer. Si el oponente puede descubrir qué significan los signos, el bateador tiene una ventaja. El robo de señales no es explícitamente ilegal, y en la mayoría de los casos se tolera, incluso se espera.



Lo que hace que este caso sea diferente es que los Astros robaron las señales a través de medios tecnológicos prohibidos. En palabras del informe oficial, el equipo usó la cámara del jardín central de la transmisión del juego en vivo para intentar decodificar y transmitir las secuencias de señales de los equipos rivales.


Todo inició en 2017, cuando personal de los Astros comenzó a usar las salas de video donde se analizan las jugadas para solicitar repetición instantánea para intentar decodificar las señales de los receptores rivales.


Una vez cazada la señal, se compartía la información en la caseta del equipo o bien le avisaba por señas a un corredor, quien a su vez le pasaba las señales al bateador.

Además, se instaló un monitor afuera de la caseta que recibía la señal de la cámara del jardín central. Un jugador veía el monitor y comunicaba al bateador el tipo de lanzamiento que venía, como recta, curva o cambio de velocidad.


El escándalo se hizo público en noviembre pasado, los fanáticos han clamado por acción desde entonces. Sin duda, el comisionado pensó que había resuelto el asunto con firmeza al imponer uno de los castigos más severos en la historia del deporte. Habiendo concluido que los Astros de Houston efectivamente rompieron las reglas al usar la tecnología para robar las señas de sus oponentes durante su temporada de campeonato 2017, multó al equipo con 5 millones de dólares, quitó selecciones de draft y suspendió al mánager y al gerente general del equipo, ambos a quien el equipo despidió posteriormente.


Los Medias Rojas de Boston siguieron despidiendo a su propio mánager, quien trabajó en Astros y era parte del plan.

Pero en lugar de avanzar, el beisbol ahora está luchando contra los fantasmas del escándalo de los Medias Negras de 1919, los periodistas deportivos y los jugadores se preguntan por qué Houston no debería perder su campeonato de 2017. Esas preguntas razonables no se desvanecerán pronto, sin importar cómo la oficina del comisionado finja que el escándalo ha terminado.


Comencemos con una propuesta simple: robar señales, si se hace con éxito, produce una ventaja tan grande que muchos equipos lo intentarán si creen que pueden salirse con la suya. Si no se controla, no hay duda de que la práctica se volverá más sutil tecnológicamente. El truco de Houston, que a veces incluía enviar señales al bateador golpeando un bote de basura, fue muy sutil.

Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.


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