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La poda, la timidez y el sacrificio de las Ramas.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

La expresión "irse por las ramas", significa perder el hilo de un tema sobre el cual se discute, en ella se hace referencia a la frondosidad y a la abundancia del tejido de un árbol, pero de alguna manera desvirtúa la importancia de las funciones invalorables que cumplen las ramas como parte integrante de los árboles.


El árbol es una planta, de tallo leñoso, que se ramifica a cierta altura del suelo, cuya altura supera un determinado límite en la madurez que según las fuentes va de dos a los seis metros. El árbol produce ramas secundarias nuevas cada año, que parten de un único fuste o tronco, con clara dominancia apical, dando lugar a una nueva copa separada del suelo.



Los árboles han existido desde hace 370 millones de años y se estima que hay poco más de 3 billones de árboles maduros en el mundo, pero esta cantidad representa sólo el 46% desde que comenzó la civilización humana. Hoy en día existen en promedio 422 árboles por persona, pero, cada año se pierden 15 mil millones de ejemplares. Cualquier iniciativa para reducir la emisión de carbono a la atmósfera, debería tomar en consideración como caso base la siembra de árboles y la prohibición de la tala y la quema.



Los árboles son un importante componente del paisaje natural debido a que previenen la erosión y proporcionan un ecosistema protegido de las inclemencias del tiempo en su follaje y por debajo de él. También desempeñan un papel importante a la hora de producir oxígeno y reducir el dióxido de carbono en la atmósfera, así como moderar las temperaturas en el suelo. También, son elementos en el paisajismo y la agricultura, tanto por su atractivo aspecto como por su producción de frutos. La madera de los árboles es un material de construcción, así como una fuente de energía primaria en muchos países.


Los árboles están formados por tres partes: la raíz, el tronco y la copa. Las raíces fijan el árbol al suelo, pueden tener una raíz principal, o bien, ser numerosas raíces en las que ninguna de ellas predomina, adoptando la forma de raíz ramificada fasciculada. El tronco sostiene la copa, su capa exterior se llama corteza o súber, de espesor y color variables, que sirve para proteger la savia. Si se corta un tronco de manera longitudinal, por ejemplo, en un tocón, pueden verse los anillos, cada año se forma un anillo, contándolos puede saberse la edad del árbol.


La copa está formada por las ramas y las hojas; las ramas suelen brotar a cierta altura del suelo, de manera que dejan una franja de tronco libre. La copa adopta formas diversas, según las especies, distinguiéndose básicamente tres tipos: la alargada y vertical, la redondeada o la que se extiende de manera horizontal, como si fuera una sombrilla. Las ramas que salen del tronco, se subdividen en ramas menores y en estas están las yemas y las hojas. De la yema nacerá una flor, una rama, u hojas. A través de las hojas el árbol realiza la fotosíntesis y puede por lo tanto alimentarse. Las raíces absorben el agua con minerales disueltos en ella. Suben por el tronco, las ramas y hasta las hojas. Allí reaccionan con el carbono procedente del anhídrido carbónico y forman azúcares. Luego el azúcar se transforma en celulosa, que es la materia prima de la madera. La hoja tiene una parte superior (haz) y otra inferior (envés), en el que se encuentran los estomas, pequeñas aberturas por las que penetra el anhídrido carbónico y por los que sale el agua sobrante y el oxígeno.


Las ramas son elementos importantísimos para el árbol o planta. Ellas se conectan con el tronco del árbol y a través de sus espacios internos es por donde circulan los nutrientes que hacen brotar los frutos y hojas del árbol. Es por esto que las ramas son quizás una de las primeras partes en demostrar las condiciones positivas o negativas de un árbol. Cuando el mismo no ha sido bien cuidado y protegido de posibles daños, las ramas enseguida se secan, se vuelven quebradizas e impiden el crecimiento y florecimiento general del árbol.


Los árboles que cuentan con frondosas ramas que ocupan gran espacio y que están bien nutridas son justamente árboles cuidados y bien nutridos.


Las ramas pueden variar en su grosor y su longitud. Si bien cada tipo de árbol tiene un estilo particular de ramas, también se pueden encontrar variaciones dentro de la misma planta o árbol ya que el mismo puede contar con ramas gruesas y finas, horizontales, verticales y diagonales, ramas más oscuras y ramas más claras. El tipo de rama también puede variar de acuerdo a la presencia de elementos dañinos como plagas o excesivo podado.


La poda es una actividad que se practica recurrentemente sobre las ramas y que consiste en el recorte y corte de las mismas con los objetivos de mejorar su estética, para eliminar las ramas muertas, para estimular el crecimiento y en los árboles frutales para aumentar la producción de frutos. Por otro lado, en las grandes ciudades provistas de árboles es habitual la poda de las ramas cuando alcanza un largo relevante y pueden complicar la visión o hasta ser peligrosas para los habitantes.



Los trozos de rama que quedan en el árbol tras la poda se conocen popularmente como tocón de rama o muñón. Cuando el corte se hace de forma incorrecta, sin dejar una rama menor lateral llamada tira-savia, la cual debe tener como mínimo un tercio del diámetro de la rama cortada, o alguna yema, este tocón lamentablemente muere.


Al igual que una viga en voladizo, una rama se flexiona concentrándose el esfuerzo máximo en la base de la misma. Aunque normalmente su rotura no llega a ocurrir, puesto que su peso no es lo suficientemente grande. Sin embargo, una sobrecarga, como el peso de un animal, la acción del viento o cualquier otro método no convencional, puede hacer que se produzca la fractura de la rama al superar una tensión mecánica determinada.


La poda de rejuvenecimiento es un tipo de poda que se realiza con la intención de mejorar las condiciones de las plantas. Es común que sea necesaria, cuando se trata de plantas viejas que no han tenido un seguimiento. Entonces, se eliminan las ramas secas y aquéllas que están entrecruzadas, así como las que están muy débiles. Esto es una excelente reflexión para recuperar la industria del petróleo en Venezuela.


Si alguna vez has contemplado hacia arriba en sitios con varios árboles, podrías haber notado que el cielo forma un reguero de líneas azules que se entrelazan entre sí de forma extraña, impidiendo que los árboles intercambien las ramas que surgen de sus troncos. El resultado es un panorama de carácter surreal donde los árboles aparentan haber sido diseñados en sus límites para mantenerse separados los unos de los otros.


Una explicación popular del fenómeno, está relacionada a que el contacto físico directo entre las copas de los árboles podría ser causa del cercenamiento de sus respectivas matrices, en el caso de que una tormenta o fuertes rachas de viento las acosara. El espacio vacío entre unos y otros no surgiría de forma natural, sino del impacto resultante de un shock externo. Otra explicación aduce que existe un equilibrio natural al contacto, en zonas de fricción, de unas y otras copas de árboles, la abrasión producto de la fricción propia del contacto entre unas ramas fronterizas y otras, daña sus tejidos y limita su crecimiento.


Este fenómeno tiene fundamento real y ha sido bautizado universalmente como "timidez", lo cual se trata de la alelopatía. La alelopatía es un fenómeno biológico, por el cual, un organismo produce uno o más compuestos bioquímicos que influyen en el crecimiento, supervivencia o reproducción de otros organismos. La timidez sería un resultado natural de sus propias limitaciones. Las plantas no son inteligentes en el sentido neuronal, pero sí tienen sensores, fotorreceptores, que operan y se activan en función de la luz disponible (son los que permiten que las flores se orienten en relación al sol, por ejemplo). Se sabe que muchas plantas saben dónde están sus vecinos y las esquivan a propósito. El objetivo es competir mejor por la luz, un bien en ocasiones escaso (como, por ejemplo, los bosques).


Los árboles tímidos operarían del mismo modo, valiéndose sus hojas de los preciados fotorreceptores fitocromo, el crecimiento de las copas de los árboles se dispararía en dos direcciones distintas. Por un lado, buscaría los espacios de luz, óptimos y de obligatorio acceso para el crecimiento. Por otro, evitaría las zonas de sombra, más pobres e indeseable, y precisamente aquellas que generaría la presencia de sus colegas.


El resultado sería la timidez de grupo, una separación consciente y una forma razonable y casi democrática de repartirse la luz que incide sobre sus respectivas copas. Los árboles serían conscientes de sus semejantes, y los espacios y las siluetas sólo serían el resultado de una bella y brutal competición por la supervivencia. En esto, la importancia de las ramas es incuestionable y mostrado en sus diferentes formas.


Tenemos que buscar los espacios de luz para garantizar la recuperación de la industria del petróleo en Venezuela, actuando con timidez, evitando la competencia por los logros individuales en el favor de uno colectivo de negocio.


Las bajas temperaturas del invierno suponen para los árboles un estrés añadido a su periodo de letargo hasta primavera. La llegada del intenso frío invernal somete a los árboles para sobrevivir por las bajas temperaturas y disponibilidad de agua en estado líquido. Para perdurar a las condiciones invernales, los árboles han ido creando diferentes estrategias, desarrollan una amortiguación o latencia del metabolismo para consumir la menor energía posible subsistiendo de las reservas. Con la llegada del frío los árboles priorizan sus procesos biológicos habituales para mantener aquellos que les garanticen salvaguardarse hasta la vuelta del calor. Así, pierden las hojas para centrar sus esfuerzos en mantener otros órganos como el tronco, las ramas y las raíces. Las herramientas de las que dispone el árbol para asilarse del frío, son la corteza, las cutículas, su estructura de conductos compartimentados y el uso de sustancias orgánicas que hacen la función de anticongelante (savia). Las hojas de los árboles de las zonas templado-frías se pierden con el comienzo de los fríos, después de que buena parte de los nutrientes que contienen sean translocados y almacenados en las partes leñosas.



Durante la época invernal, el tronco y las ramas de algunos árboles, respiran a través de unos poros de tejido esponjoso llamados lenticelas, que intercambian los gases entre la atmósfera y el interior de la corteza. Los árboles parecen dormidos debido al frío y la falta de luz y aunque no lo veamos en su interior, tanto su tronco como sus ramas trabajan frenéticamente en la respiración, la fotosíntesis, la división celular, la síntesis de enzimas y la producción de sustancias que estimularán el crecimiento de las yemas en primavera.


En las regiones en las que la nieve se acumula durante un periodo prolongado, los árboles utilizan las precipitaciones caídas en forma de copos también para protegerse del aire helado, del viento y de la desecación que puede producirse por el hielo. Actualmente se investigan los mecanismos de recuperación, como sanación de heridas, nuevos crecimientos foliares, así como los umbrales sobre los cuales los árboles no pueden recuperarse de eventos como fuertes nevadas y tormentas de hielo.


Entre las estrategias evolutivas que han desarrollado los bosques para sobrevivir a eventos de tiempo extremo destacan la su arquitectura biológica, su capacidad para deshacerse del hielo que les cubre, su anatomía y su exposición al viento. Y en esto las ramas llevan su cuota de sacrificio. Los árboles con ramas horizontales tienen más probabilidades de acumular hielo y romperse más que los árboles que disponen de las ramas inclinadas, en ángulo o que se puedan doblar.


En la industria del petróleo en Venezuela, hemos transitado por caminos tortuosos, incluyendo el de la separación obligada, evitando la acción de nuestra preparación y nuestra dedicación de años. Tal cual las ramas, hemos y seguiremos transportando la savia del conocimiento para una industria que ha podido soportar los fríos más intensos y que no han llegado a doblegar nuestro ímpetu y fe de actuar en su propio bien.

Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.


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