Cuentos de siempre (49): el fiao de las baterías.

A Jairo, no le fue difícil convencer a la joven dueña de una quincalla, para otorgarle un fiao por el monto del precio de unas pilas redondas Eveready.

Entre ellos, se estableció que la deuda contraída ese día miércoles, seria saldada totalmente para el próximo sábado, pero habría una obligación adicional para el deudor Jairo, en informarle a la joven dueña, tan pronto se conocieran los resultados de una pelea de campeonato de boxeo.

Con esas baterías, se podría encender un radio transistor, para escuchar a partir de las seis de la mañana del jueves, 29 de julio de 1971, una transmisión que, desde el Japón, narraría los pormenores del combate de boxeo por el titulo ligero junior, entre el campeón nipón Hiroshi Kobayashi y el retador venezolano Alfredo Marcano.

Para el décimo round de esa pelea, en una acción de toma y dame muy intenso entre ambos boxeadores, el retador Marcano, logró tumbar a la lona varias veces al campeón y le ganó por nocaut técnico. Marcano, se convirtió en el tercer venezolano en obtener un campeonato mundial del boxeo. Así también de escueto, fue el resumen informativo para cumplir con una de las exigencias del fiao.

El pasado 15 de enero del año 2025, las dos personas involucradas en el fiao de las baterías, ya sobre los setentas años de edad, se reencontraron después de 53 años de ese episodio. Ambos asistieron a una ceremonia religiosa para la partida de un amigo en común. De repente se recordaron de la pelea y actuando como unos viejos lidiosos, les dio por comparar los fundamentos de la pelea, con el reciente mensaje de la líder de oposición, María Corina Machado.

Los manejadores y asesores del campeón Kobayashi y de Maduro, desestimaron la posibilidad de que Marcano y González Urrutia pudieran vencerlos. Tanto el boxeador venezolano como el movimiento político de la líder opositora, acudieron a los respectivos combates, siguiendo una estrategia muy bien definida, centradas en la verdad, para debilitar, derrotar y desalojar, tanto al campeón nipón de aquel entonces como al régimen de Venezuela.

La preparación previa del boxeador le proporcionó unas excelentes condiciones físicas, a pesar de los pocos días que los organizadores le cedieron antes del combate. La líder y su movimiento, lograron efectuar unas primarias ciudadanas, reunieron a todo el país, construyeron una inmensa mayoría popular, ganaron por paliza unas elecciones presidenciales sin garantías y con las actas electorales en la mano, probaron ante el mundo la rotunda victoria. 

Para cobrar las victorias, en ambos casos, existió una ruta larga y llena de obstáculos; en aquel 29 de julio, Marcano salió a fajarse con Kobayashi y al entrar al noveno asalto, recibió un impacto que lo paralizó, por lo cual, el árbitro efectuó un conteo de protección. Cuando la cuenta llegó a ocho, continuó la pelea y en un intercambio de golpes, logro tumbar al campeón con un upper de derecha, justo al final del noveno round. Así en esas condiciones de favorabilidad para Marcano, llegó el décimo round, el round de la victoria.

En la Venezuela actual, luego del triunfo electoral de Edmundo González, miles de venezolanos han hecho enormes sacrificios, para mantener la posición ganadora de frente a un grupúsculo de corruptos y represores de la dirección del estado. Los días en el poder de estos delincuentes, están contados y no son muchos. Por eso se está todavía en el ring, llevando la pelea, pegando y recibiendo coñazos, con la determinación de que muy pronto llegará nuestro decimo round.

Antes del round en que se decidió la pelea en Japón, ambos boxeadores estaban desgastados, Marcano estaba tan agobiado que no quería continuar y entonces su manager le dio una cachetada para que se enfureciera y cuando se enfureció le comentó “pégale a ése que viene allá, es a él a quien tienes que pegarle”.

Las palabras de María Corina, tal cual, de enérgica, son como una cachetada virtual, alentándonos a una batalla principal, que se libra en la mente y en los corazones de todos nosotros. La victoria sobre el miedo es un acto de la voluntad, valiente no es quien no tiene miedo, valiente es quien vence el miedo. Somos millones y tenemos la razón, estamos en lo correcto, la dignidad no retrocede, el bien nunca debe ceder ante el mal, la verdad no se arruga ante la mentira, nosotros tenemos a Dios frente al oscurantismo del régimen.

Vamos a ganar, el décimo round llegara y venceremos al régimen que está debilitado sobre las cuerdas. No nos vamos a detener, vamos de la mano de Dios.

Antonio Jimenez.