En una noche antes de quedarse dormida, Judith, una ingeniero de petróleo venezolana, le dedicó un tiempo de sus pensamientos a su extensa trayectoria laboral. Ese día del mes de enero, tenía una especial significación para ella, puesto que la fecha coincidía con el inicio y la salida de la estatal petrolera venezolana, esto último ocurrido en el año 2003, luego de acumular una antigüedad de veinte años.
Esa salida fue intempestiva e ilegal y para el siguiente e igual extenso período laboral de Judith, por otros veinte años, estuvo prestando asesorías para empresas petroleras de Trinidad y México. De eso, ya había transcurrido un año y ahora solo estaba dedicada a las tareas domésticas de su hogar en Villahermosa, México y en ayudar a criar a sus nietos.
A Judith le resultaba muy difícil desinvolucrarse de su profesión y por eso, mantenía contactos con los ex compañeros de trabajo. En esos contactos bajo el espectro virtual, era una participante entusiasta en los eventos con presentaciones técnicas. De centenares de trabajos, muchos fueron considerados por Judith como documentos de clase mundial y muy propios para la recuperación de la industria petrolera de Venezuela, que, en enero del 2025, se iniciaba con el gobierno de Edmundo González Urrutia.
Judith estaba pronto a cumplir los sesenta y siete años de edad, una edad un poco menor a la de la gran mayoría de los integrantes de su comunidad de conocimientos. Ella se mantenía muy saludable, pero aceptaba la realidad de que el estado físico y cognitivo, no la acompañaría por siempre y podría dejarla a la vuelta de la esquina y por eso, no le encajaba una utopía de que podría aspirar a estar muchos años entre los recuperadores de la industria.
A Judith le apasionaba el cine y para ver las buenas películas, ya no asistía a las salas VIP, con sus inmensas butacas reclinables y servicios de bebidas y comidas a la carta. Ella había mudado su entretenimiento, a una sala en la comodidad de su hogar y con las aplicaciones de streaming.
Una tarde, Judith estaba viendo la película “The Flash” y observó una corta aparición de Superman, personificado por Christopher Reeve, quien, había fallecido 20 años atrás.
Judith interrumpió el play con una pausa y con el uso de su celular, inmediatamente investigó sobre su observación, tal cual lo acostumbraba a hacer. La escena la habían generado por CGI, el “computer-generated imagery”, y constituía lo conocido como un cameo.
El cameo, es un término que se utiliza para definir la aparición breve de una persona en un video, normalmente representándose a sí mismo o a un personaje sin nombre, que puede o no, tener importancia para la trama. Normalmente, el actor de un cameo no aparece en los créditos, sin embargo, existen numerosos casos de cameos realizados para el cine y televisión, siendo el de Reeve uno de ellos.
Judith, interrumpió la película por un rato más, mientras pensaba cuantos cameos estarían en la trama de recuperación de la industria petrolera de Venezuela. A ella, aunque le importaba que no tuviera créditos, lo manejaría apropiadamente; pero consideraba, que eso sería un duro golpe para las aspiraciones de otros colegas. Cualquiera que fuera el caso, se entusiasmó con lo que les depararía el futuro próximo en Venezuela, cerró sus ojos y le pidió al Señor que llegara con la velocidad de Flash.
Antonio Jimenez
Al igual que los “cameos” de las películas del cine, unos profesionales competentes, tendrían una participación breve pero notable, en la recuperación de la Industria del petróleo en Venezuela.