Los tocayos Alfredo, se comportaban muy eufóricos en la víspera del nuevo día D, siendo que ahora, el “D” seria el del desembarco de los votos, para lograr la liberación del país de sus nacimientos, Venezuela.
Ellos habían planeado su asistencia a los centros de votación en Bogotá y Santa Cruz de Tenerife, en los cuales permanecían formalmente inscritos en el registro electoral. Los tocayos estaban de lo más orgullosos por depositar su voto, estando conscientes, de que representaban a una minúscula parte de la diáspora y de que probablemente esos votos no entrarían en la contabilización final. Lo que los motivaba, era su amplio sentido del deber ser, sus principios y valores.
Alfredo el del voto en Bogotá, había recibido la información de que el centro de votación había sido ubicado en el colegio técnico Palermo, en un barrio conocido como Teusaquillo.
Él debía viajar por avión, junto con su esposa, quien, también votaría, desde el interior de Colombia hasta la capital Bogotá. Tan pronto comentó de su intención en las redes, recibió mensajes de amigos, algunos de los cuales eran desmotivantes, aduciendo manipulaciones con mensajes fake y con la falta de seguridad de la zona.
Alfredo, su esposa y otros familiares asistieron en la mañana del domingo 28 de julio, al centro de votación en Teusaquillo y transitando por la ruta elegida, se deleitaron con los participantes de la media maratón de Bogotá, muchos de ellos con camisetas amarillas, lo cual le resultó un buen augurio para algo que iría a ocurrir.
A la salida del centro, coincidió con otros venezolanos, todos con la luz de la esperanza reflejada en sus rostros y se movilizaron a una plaza vecina, que, albergó a cientos de paisanos, enarbolando banderas, sonando vuvuzelas, bebiendo chicha de maíz y escuchando música. Los gritos, la bulla y el exceso de adrenalina, resultó evidente con la llegada de un vehículo con potentes altavoces y la gaita zuliana de fondo.
La movilización del otro Alfredo, fue aún más complicada, ya que él vive con su esposa Emérita, en Las Palmas de la Gran Canaria y para llegar al centro de votación en Tenerife, requirió de un viaje inicial de 40 minutos con su vehículo, desde su casa hasta el puerto de las Nieves, al norte de la Gran Canaria, en donde abordó un ferry de la línea Fred Olsen, el cual, con otro recorrido de 80 minutos, llegó a Santa Cruz de Tenerife.
En esa ciudad, votó en la sede del consulado venezolano y a la salida, les dio por degustar empanadas de cazón, pabellón criollo y jugo de tamarindo, servidos en un mercado popular y preparados con la mano de venezolanos migrantes.
Así como ocurrió con los tocayos Alfredo, muchos venezolanos que viven en el exterior, apoyaron con sus votos y la gran mayoría, lamentablemente fueron obligados a abstenerse, por las circunstancias de la migración y de trabas del sector oficial.
El 28 de julio del 2024, se manifestó la potestad del pueblo venezolano para elegir, siendo que, los votantes abarrotaron los centros de votación y se decidieron por Edmundo González Urrutia. Desde muy temprano en el día, a ese candidato le fueron favorables los resultados de los exits pool.
Pasada la medianoche, se hizo pública la torcida del proceso de conteo, mostrando unos resultados con la reelección del candidato oficial. En ese momento, se inició con fuerzas, el proceso de cobrar el triunfo y en pocas horas, se mostró el efecto demoledor del arma, utilizada para la defensa del voto, con un sistema computarizado, que aglutinó la mayoría de las actas recolectadas del proceso de votación, mostrando la realidad del barrido espectacular del candidato González Urrutia.
Los días han pasado y el bando perdedor ha recurrido a la represión y al manejo de unas instituciones sumisas, para intentar continuar con un mandato que nunca le fue otorgado, mostrando al mundo, lo inapropiado y delincuencial, que puede ser el comportamiento indeseado de un primer mandatario.
Antonio Jimenez.
En esta serie se muestran las acciones, desde las perspectivas de la gente e instituciones, en apoyar un cambio para Venezuela. En este primer post, de aquellos, quienes, lograron votar en países del exterior.