Transcurría los días finales del mes de octubre en un año al inicio de los setentas y a un joven, a quien, le sobraban unas monedas de su mesada por tareas domésticas, lo embargó el antojó por comerse unos besitos de coco.
Para ese joven el placer se desbordaba con el sabor de esas galletas, elaboradas en base de coco, papelón y especias. El antojo en realidad era por el sabor repotenciado del besito de coco, al acompañarse de un café negro, lo que inclusive lo impulsaba, a mojar parte de la galleta con el café contenido en un vaso dixie.
Los besitos de coco y el café eran vendidos como un combo, en la casa de la vecina María Quintero y esa vez al llegar allí con el propósito de compra, ese joven se sorprendió, con una promoción para una preventa de hallacas de cerdo o de la mezcla de carne de cerdo con la de res.
Con esa preventa, la señora María sometía el producto terminado al escrutinio de su clientela, solo para validar con antelación, que la técnica y la calidad de los ingredientes, seguían siendo los mismos y que no irían a empañar a la que se consideraba como la mejor hallaca de Maracaibo. En una pizarra había dibujado un cuadriculado para anotar el nombre y el pedido, el cual tenía un límite máximo de reserva y de compra, hasta 3 hallacas por familia.
A la señora María, a quien, también conocían como la Vieja Linda, hasta le dedicaron una gaita zuliana, en cuyo estribillo decía: “Le vamos a dar ahora a esa señora una placa, por sus famosas hallacas, que fabrica con esmero, a Doña María Quintero, que en el Zulia se destaca. Ella usa buen tocino para preparar su hallaca y verán que se destaca el gruñido del cochino” y allí intervenía un gaitero, quien, era su propio nieto e imitaba ese gruñido de “oinc, oinc, oinc”.
La hallaca es una comida completa, con olor inconfundible, hecha a base de harina de maíz amarillo, que se rellena con un guiso de carne de cerdo, res, gallina o pollo, con pasas, aceitunas, alcaparras y hasta garbanzos y que luego se envuelve en hojas de plátano o de bijao, para evitar la entrada de agua hirviendo en el proceso de su cocción.
Una de las narrativas más populares sobre el origen de la hallaca venezolana, se remonta a los años de la independencia, cuando los esclavos recibían las sobras de los banquetes de navidad de sus amos y las mezclaban con masa de maíz, envolviéndolas en hojas de plátano para ser cocidas. Eso significa, que la hallaca nació de los más humildes en época decembrina y evolucionó en su preparación hasta la versión moderna, para llegar a convertirse en la reina de nuestro plato navideño.
Siendo que ese joven también evolucionó con el transcurrir del tiempo, siguió empeñado en repotenciar el sabor de algunas comidas e intentó con la hallaca y vino, para concluir que, a esa reina no le resultaba tan apropiada la compañía, como si sucedió con el besito de coco y el café. La razón principal es la gran variedad de sabores que se pueden encontrar en la infinidad de variedades de sazón y relleno que existen.
Unos acompañantes en incontables cenas con platos navideños, creyentes de la frase “In vino veritas”, han opinado que por ser la hallaca multisápida, debía armonizarse con vinos complejos, con cuerpo y según su dulzor y grasosidad, con vinos con cierto grado de acidez para compensarla. En cualquier caso, debían usarse vinos de uvas con la suficiente estructura para seguirle el ritmo a la explosión de los sabores contenidos en una hallaca, pero sin apabullarla; es decir, crear un equilibrio.
Con una hallaca, bien sea acompañada con vino, con gaseosa o con agua, para completar el proverbio latino, “In vino veritas, in aqua sanitas”, se les desea una Feliz Navidad y un mejor año nuevo 2024 para todos.
Antonio Jimenez.
El célebre Herrera Luque describe en los Amos del Valle el antecedente de la hallaca constituida por esclavos como un mazacote de restos de la mesa de los "grandes cacaos" envueltos en maíz y hojas de plátano.....pero indica que esos restos putrefactos mataron a muchos, lo que conlleva a que el clero condenarse a los españoles a comer lo mismo. Allí viene la multisapida, dónde la viveza del asturiano incluye cerdo, aceitunas, pasas y los mejores vinos...creando el manjar que hoy disfrutamos
Para cerrar el año, nada más apropiado que una reverencia a la reina del plato navideño.
Féliz navidad y próspero año 2024.
Entramos en asueto navideño, retomamos la publicación de posts a mediados de enero del 2024.