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Anuncios clasificados: Humildes oficios.

Writer's picture: Sr JimenezSr Jimenez

“Debemos aprender a pasear perros, podría ser nuestra próxima ocupación”, una ocurrencia de Fredy Portillo en el medio de una conversación con Antonio Jimenez (ambos ex pdvsa) en Bogotá en el año 2009, durante la crisis financiera y petrolera.


La Humildad es una virtud moral contraria a la soberbia, que posee el ser humano en reconocer sus debilidades, cualidades y capacidades, y aprovecharlas para obrar en bien de los demás, sin decirlo. De este modo mantiene los pies en la tierra, sin vanidosas evasiones a las quimeras del orgullo. La humildad permite a la persona ser digna de confianza, flexible y adaptable.


Se habla de oficios para referir aquellas actividades laborales que se transmiten de una persona a otra mediante el entrenamiento y la experiencia directa, muchas veces heredadas de generación en generación familiar, o enseñadas en escuelas técnicas que ofrecen también servicios o productos a la comunidad.


Los oficios suelen ser actividades de corte manual, artesanal o práctica, que no requieren de una preparación académica o formal previa, sino que dependen de la pericia, destreza o fortaleza de la persona que las lleva a cabo.


Sabemos que todo trabajo en sociedad tiene el fin de producir bienes u ofrecer servicios, para satisfacer así los requerimientos del conjunto social organizado. Pero no todo el mundo lo lleva a cabo de la misma manera. Existen diversas formas de trabajar en la sociedad, cada uno remunerado distinto y con distintos niveles de exigencia formal y de calificación para su mercado laboral específico.


En 1887, un artista hispanoamericano pintaba en París un controvertido cuadro, con impactante estilo naturalista, donde mostraba a una doméstica en el momento de comenzar a vestirse; hasta entonces, los cuerpos de las mujeres pobres sólo se habían mostrado vestidos. El pintor argentino Eduardo Sívori (1847-1918) logro que su óleo sobre lienzo "El despertar de la criada" fuera admitido en 1887, con muchas críticas adversas, en el 'Salón de París', pero cuando viajó con él a Argentina como muestra evidente de su triunfo en Europa, se encontró con el más estrepitoso rechazo, fue considerado escandaloso y obsceno, simplemente porque era inaceptable para la sociedad bonaerense de su época, que mostrara desnuda a quien ejercía un humilde oficio.



El recordado líder político colombiano Jorge Eliecer Gaitán, el mismo que despertó un debate intenso en el país tras su muerte el 9 de abril de 1948 (El Bogotazo), tenía una gran capacidad para dirigir comunidades y siendo alcalde de Bogotá, en 1936 fundó los lavaderos comunitarios en el antiguo barrio Fábrica de Loza, situado en la carrera 2 con calle 3, hacia el centro de la ciudad. El lavadero construido en los escombros de la primera fábrica de platos, tazas y vajillas, fue recibido como la solución para evitar que las mujeres lavanderas continuaran haciendo su oficio de rodillas en las quebradas. Hasta 1978, los lavaderos eran administrados por la alcaldía local y desde entonces por los habitantes del sector, logrando proteger su historia, tradiciones y funcionamiento. Hoy, sólo con dos mil pesos mensuales, quienes deseen, pueden ingresar y disponer del agua necesaria para lavar sus prendas. El olor a jabón, cloro y hojas húmedas intensifican la experiencia de acercarse a los más de 80 años de historia que tiene el lavadero.



En Colombia no existe ninguna norma en el ámbito nacional o territorial que reglamente la actividad de los paseadores de perros. A falta de reglamentos, es común observar hasta 14 animales de diferentes razas y tamaños conducidos por una sola persona. Esto, no solo complica extremadamente el manejo de los animales y la recolección de sus heces, sino que obviamente no disfrutan del paseo de forma adecuada, siendo fuente de mucho estrés para toda la manada. Un paseador no debe llevar más de 6 perros y estos deben ser del mismo tamaño, edad y estado físico similar. Obligar a un perro dominante a juntarse con uno con alto grado de vulnerabilidad o temor, es motivo de mucha angustia y eso denota irresponsabilidad de dicho paseador, que jamás puede excusarse en la falta de conocimientos. En una reglamentación debería exigirse unos perfiles y requerimientos para las personas que se dediquen a ser paseadores de perros. Entre ellos, el grado de compromiso emocional con los animales, la ética y el amor por encima de la necesidad económica, paciencia, afabilidad, tranquilidad, confianza y seguridad en sí mismo.



Tras la llegada del Covid-19 y el acelerado aumento de casos se hicieron más estrictas las medidas de restricción en la circulación personal para evitar el contagio, razón por la cual, el volumen de vehículos en las calles se disminuyó considerablemente. En el caso de los limpiavidrios, son personas que, para ganarse el sustento de sus hogares, a diario tienen que enfrentarse al tráfico, ubicándose en cada esquina de las principales avenidas preferiblemente en los semáforos. Los limpiavidrios muchas veces están a merced de la Policía quienes le decomisan sus herramientas de trabajo o simplemente les piden que se retiren de algunos sectores, con la amenaza de arrestarlos. Para algunas personas e incluso para las autoridades, los limpiavidrios se han convertido en un dolor de cabeza porque hay algunos que aprovechan para robar, agredir a los conductores o les generan daños a sus vehículos. Además, el aspecto de algunos genera temor entre las personas que se detienen por la señal de tránsito. Sin duda, no es una tarea fácil, porque además de exponerse a que los atropelle un carro, mientras limpian los vidrios son víctimas de insultos, burlas y en ocasiones manifiestan que son ellos los que se sienten agredidos por parte de los conductores. El semáforo se pone en rojo, los vehículos paran y los limpiavidrios se acercan, algunos de manera intimidante y sin preguntar tiran el agua o si les dicen que no, se molestan, como hay otros que preguntan si pueden arrojar agua sobre las ventanas y se retiran si los conductores no les autorizan.



Las funciones o actividades de un paletero en una oferta de servicio incluyen señalizar y orientar a los operadores y conductores en la movilización de una carga, informar sobre los movimientos de peatones y otros obstáculos de la vía, ubicar las paletas de señalización (generalmente en rojo Stop y en verde Siga) para garantizar la seguridad de los vehículos y transeúntes. Se requiere como formación la de básica primaria, preferiblemente saber leer y escribir. Al momento de realizar el proceso de selección y contratación se validará que el postulado cumpla con los requisitos de estudio, experiencia, cursos, certificado de residencia, así como no tener infracciones de tránsito y comparendos. Los líderes comunitarios que deciden la selección de los paleteros en algunos contratos de trabajo prefieren en algunas ocasiones ubicar solo a mujeres en función de su determinación y firmeza al hacer cumplir las restricciones.



Recopilación de la Información y Restructuración por Antonio Jimenez.


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