top of page

Relatos (13): extrasalariales.

  • Writer: Sr Jimenez
    Sr Jimenez
  • Jul 7
  • 3 min read

El señor Niviayo es uno de los miles de colombianos que atiende al llamado con dos nombres diferentes, siendo Manuel para unos y Guillermo para otros. Esos son, en realidad, su primer y segundo nombre, haciendo del señor Niviayo un ejemplo de una costumbre colombiana en identificar popularmente a las personas con el empleo de los segundos nombres y apellidos.


El señor Niviayo utilizaba en sus días laborales un radio despertador para levantarse a las cuatro y treinta de la madrugada, y tan pronto que eso ocurría, lo apagaba presionando un botón y se levantaba para ejercitarse por media hora antes de arreglarse y salir para su labor diaria como conductor de un vicepresidente de una empresa transnacional canadiense en suelo colombiano.


Su emisora favorita para sintonizar era la FM 105.9 de Bogotá, y ocurrió que en una madrugada helada del primer día del mes de septiembre del año 2009 se escuchó la voz de un locutor anunciando que iría a transmitir una noticia de última hora. El señor Niviayo reaccionó y no presionó el botón para enterarse del acontecimiento, lo que en la realidad fue un jingle muy pegajoso que en la voz del locutor mencionaba “desde septiembre se siente que viene diciembre…oooolímpica stereo”, para luego seguir con una breve parte de una cumbia de los Corraleros del Majagual.

Ese día, todos los habitantes en la casa del Sr. Niviayo se quedaron despiertos y medio sobresaltados y mientras el señor Niviayo se ejercitaba, pensaba en la llegada de los aguinaldos decembrinos que la empresa le entregaría a mediados de ese mes, todavía lejano, y que le solucionaría parte de las deudas adquiridas y de los gastos decembrinos.


La empresa patrona del señor Niviayo reconocía la gestión de sus empleados y disponía para repartirle a todos ellos un porcentaje de sus utilidades netas anuales. La información del monto de un bono decembrino les llegaba con el anuncio del propio CEO al final de una reunión extendida para mostrar los resultados. Ese bono extrasalarial arribaba en un escenario con jolgorios y algarabías, en respuesta a la ceremonia del CEO, quien al mejor estilo de un animoso conductor de una subasta aumentaba in crescendo las adiciones al salario que recibirían y que regularmente se excedían de dos.

Para el señor Niviayo, ese bono ya tenía un programa de desembolsos definido desde el pasado mes de septiembre, preparado tan pronto escuchó el jingle promocional de la FM.


Los beneficios extrasalariales para el personal de una empresa son incentivos, prestaciones y servicios adicionales al salario que buscan mejorar el bienestar, la calidad de vida y la satisfacción laboral de los empleados. Entre ellos están el reconocimiento y la recompensa para premiar el buen desempeño y la dedicación de los empleados, buscando con esa medida que le revierta a la empresa una mayor productividad.


El señor Niviayo estuvo presente entre los años 2008 y 2014 recibiendo ese bono con la técnica de la subasta del CEO, pero también estuvo en el punto de inflexión sin recibirlo en el año 2015, al momento en que la empresa enfrentó una serie de desafíos significativos que la llevaron a su eventual venta y reestructuración, siendo adquirida por un fondo de inversión, y en el año 2016 se completó la venta de sus activos.


En ese año 2015, sin bono y sin fiesta, al señor Niviayo le quedó solo los recuerdos de los festejos del anuncio del año 2008, estando en la propia instalación majestuosa de las afueras de Bogotá que le sirvió de sede a la filmación de la novela Pasión de Gavilanes, y la del año 2013, que incluyó la participación del cantante neoyorquino Marc Anthony, el propio gavilán cazando palomas.

Antonio Jiménez.

3 commentaires


Hector Javier Ospina Valbuena
Hector Javier Ospina Valbuena
6 days ago

Era el bono por los buenos resultados de una empresa con trabajadores comprometidos y que nos hacía sentir que estábamos en el mejor lugar para trabajar

J'aime

ritarobaina
ritarobaina
07 juil.

Tu texto me pareció muy ameno y refleja muy bien cómo esos bonos decembrinos iban más allá del simple dinero: eran una manera de motivar al trabajador y hacerlo sentir valorado. Coincido contigo en que también ayudaban a reforzar el sentido de pertenencia y compromiso con la empresa.


Además, creo que era fundamental el ambiente festivo que los acompañaba. Las fiestas de fin de año, con buena comida, tragos, música y espectáculos, rompían con la rutina del trabajo y fomentaban el compañerismo. Ese rato de disfrute y relax entre colegas también sumaba mucho a la motivación. Por eso, cuando se combinaban todos esos elementos, el resultado era casi siempre un éxito rotundo.

J'aime

Sr Jimenez
Sr Jimenez
07 juil.

La entrega de un bono decembrino a los trabajadores, a manera de un reconocimiento de su gestión anual en favor de los resultados de la empresa, es motivo de alegrías y satisfacción por los usos en pagos atrasados y en los gastos de fin de año.

J'aime
bottom of page